domingo, enero 12, 2014

Piedra y Cielo (poesía en domingo)

Lo blanco es blanco
lo negro es negro,
lo bello es bello,
lo feo es feo,
lo malo es malo,
lo bueno es bueno
lo grande es grande
y lo que no, no (y punto)
Y lo sano no es lo enfermo

Esa es la regla
La cuerda tensa
-y la Gran Cuestión-
entre la Forma
y una malformación

Ora alegre y bufo,
ora triste y quedo,
río cuando quiero,
ora me entristezco,
lloro o bien me alegro,
soy dueño de mí,
de mis sentimientos
soy yo lo que soy
somos lo que somos
Y ella no eres tú
ni él ni aquél soy yo
Y yo soy yo,
y tú eres tú
¡Y como tú no hay dos!
(Sin trampa ni cartón)

Piense lo que piense,
crea lo que crea,
diga lo que quiera,
mande lo que mande,
pese lo que pese
el ministro Gallardón

Tu cuerpo es tuyo
y el mío es mío,
mi alma es mía
y la tuya es tuya
Tú haces lo que quieres,
yo hago lo que quiero
¿Quieres que te obligue?
¡Quiero que me obligues!
Y te obligo,
ordeno y mando
si así quieres
y te quiero aunque no quieras
aunque sé que sí me quieres
que si no, es que no
y si es sí (si quieres)
digo yo: sí, quiero
Yo soy piedra
y tu eres cielo

¿Tú la igual a otra
ella igual que tú?
Ya te oigo (¡tururú)
Que el amor es eso:
juego ("jeu de dupes")
en rosa y en azul,
yo a ser yo (y más yo)
tú a ser tú (y mãs tú)
más que ella
tú, más joven,
tú, más bella,
¿Y más "vieja"? (...)
¡Milagro, aparición! (...)
¡Sí, sólo al trasluz!
Se abrió la tierra
y tembló el cielo
¡Y la virgen/sabia
se hizo al fin mujer!
(Tú vista por mí,
tu príncipe azul)

¡Epifania de tu amor,
Noche de paz, Noche de luz!


Me traje de mis vacaciones
como un aire viejo y nuevo
y me traje además tu rostro
como un feliz contratiempo

Y también tu cuerpo menudo
Y tu silueta en movimiento
que todo lo penetraba
como alma pura sin cuerpo

Que todo lo controlabas
en el espacio aquel repleto
de gente, de tus clientes,
de tu mirar más que atento

Y me huías, te escurrías
en el último momento
como si fueras una anguila
o la ratita del cuento

Tú me huías y yo huía
contrariado, descontento
y me preguntaba el por qué
¿Alergia aversion? ¡Qué misterio!

El de esa sonrisa tuna
que pusiste, tú en puesto
sin arriesgarte, en tu sitio,
de un recato más que avieso (...)

Al verte la primera vez
en el Gran Bazar del Cuento,
del Libro, del Papel Precioso
en fase ya de descuento (...)

En esa cabeza de puente
de ese barrio que frecuento
en mi saltos entre aquí y allí
(y frecuenté de pequeño)

Que conseguí asegurar
a punto ya de regreso
con la sonrisa abierta (en flor)
que me pegaste (¡y no miento!)

Como prenda de futuro
de ese puente aéreo
entre tu mundo y el mío
(¡Porque te hice de los Nuestros!)

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