Blas Piñar jurando -de corbata y camisa blanca- su cargo de Director General del Instituto de Cultura Hispánica, en 1957, en el octavo gobierno de Franco que arrumbó en el desván las camisas azules, al cabo de la más grave crisis interna del régimen. Él en cambio que no la había vestido en su juventud se la pondría por su cuenta -como un espantapájaros- años más tarde, ya sin cargo, cuando ya no se veían en España por ninguna parte. ¿Por qué lo hizo? Misterio (...) Y rumores también (a espuertas) ¿Franquista, "sin arriar banderas", Blas Piñar, hasta el final de su vida? La leyenda cuenta que Carrero poco antes de su muerte le propuso de ministro y que Franco le dijo que no, "ese no, que es un exaltado" Lo que explicaría ciertos giros y bandazos sorprendentes suyos o de los suyos en los años de democraciaHa muerto Blas Piñar, el espantajo público de una generacion, la mia propia (y de otras también quizas) y el gran padrino de todo lo que se movía a la derecha del PP desde hace décadas, y sobre todo, primero y principal, uno de los albaceas sino el único del régimen de Franco tras haber sido notario -o protonotario- de la derrota española -o de la rendición pactada, lo mismo me da que me da los mismo- del final de la segunda guerra mundial, en el 45.
Me curo no obstante en salud antes de proseguir con mi artículo. No figuré nunca en la lista de sus detractores, compartí un poco incluso con él el estigma de apestamiento del que se vio blanco y víctima en la Universitaria madrileña los años que yo alli estudié (finales de los sesenta princpios de los setenta) y fue en la medida que me sentí (y no lo oculté) cercano a sus posturas a partir de un momento de mi enroque sociológico e ideológico por llamarmo asi, de cara a la indignacion creciente -y manipulada y orientada ideológicamente (como la de nuestros días)- que se vivía y respiraba en las facultades y en el campus de la Complutense.
Mucho más tarde, a principios de los noventa, me recibió incluso en su residencia de Puerta de Hierro en una de mis visitas fugaces a España residiendo yo ya en Bélgica, y conservo hasta hoy la correspondencia que mantuvimos por aquellos años hasta nuestro encuentro aquél, cuando nuestros contactos cesaron como de un común acuerdo (implícito) (...) ¿Por qué? Sin duda porque tanto él como yo comprendimos entonces en nuestro fuero interno que no sintonizábamos ni poco ni mucho en ciertos planos y en uno sobre todo que sin duda era prioritario para él como lo seguía siendo un poco para mí y fue en lo que (con terminología maurrasiana) vengo denominando politica religiosa.
Blas Piñar pasa a la historia -con minúsculas- como un franquista incondicional -¿lo siguio siendo realmente hasta el final de sus dias?- y sobre todo como un católico o nacional/católico de gran protagonismo (y mayores credenciales) en la España de la posguerra y no sólo en en la vida política. Fiel a los obispos y cardenales -por muy crítico que se manifestase a veces de boca para afuera- y al papa de Roma (y al nuncio), fuera el que fuera, como lo fue en tiempos de Montini ("A Montini le han hecho papa y a Franco papilla", se dijo entonces en España) y como los seguiría siendo en el pontificado (interminable) del papa Wojtyla, y en los dos otros -un período mucho mas breve para él- que hasta hoy se sucedieron.
"Azul Mahón" (hoy cerrados) eran los foros de opinión del partido FE-La Falange. En ellos se vertió un insulto grave (e infamante) en contra mía que está en trámite de verse ventilado en los tribunales como aquí ya saben. ¿FE-la Falange no tenía nada que ver con Blas Piñar? En principio se trata de un partido con sus propios mandos y responsables, no es necesario no obstante el arrastrar un pasado que se remonta a más de cuarenta años (finales de los sesenta y principios de los setenta) cuando transité y milité en los medios azules -muchos años antes de mi gesto de Fátima- para darme cuenta desde el primer momento que oí hablar de ellos viviendo ya en Bélgica que se trataba de un grupo en la órbita del político hoy fallecido, y que por consiguiente con su veto expreso ese insulto no se habría visto publicado y mantenido en aquel portal durante días y días pese a mi advertencia, que ante los oídos sordos de la administración del portal, acabé poniendo en ejecución como es lógico. ¿No sabían nada, ni él ni los suyos más allegados? A falta de pruebas en sentido contrario me cuesta creerlo, y aquí lo dejo así constar en el día de su fallecimiento¿Por fidelidad a las promesas/de/su/bautismo? Sin duda alguna. Y también (y sobre todo) por un respeto escrupuloso y reverencial -por la cuenta que les traía a él y a sus mentores de entonces (...)- a las claúsulas no/escritas por llamarlo así de la rendición pactada -al pan y al vino vino - (como lo fue una neutralidad favorable al Eje al principio de la guerra), que consintieron Franco y su régimen en el 45 tras la derrota de Alemania y que negociaron a no dudar a traves de la Iglesia (léase el Vaticano) y muy en concreto a través del Sustituto entonces del Secretario de Estado (que ejercia como tal, en lugar y en nombre de Pio XII que se había arrogado para si dicho cargo hacia el final de la guerra), Monsignore Juan Bautista Montini precisamente, futuro papa Pablo VI no se olvide. Lo que evitó "in extremis" la invasión de la Península por los aliados con la VI Flota presta ya a intervenir (a primera vista al menos), desplegada a la entrada del puerto de Valencia.
Y fue sin duda lo que le aseguró a Franco su permanencia a la cabeza del estado, con la amenaza espectral de la suerte reservada al Duce italiano -como lo hizo observar el historiador Javier Tussel- colgada como espada de Damocles sobre su cabeza. Y Blas Piñar fue (no sé si hasta el final de su vida, ya digo) un franquista incondicional y como tal gran comparsa en la evolución -transición incluida- del régimen anterior que en sus grandes líneas fue decidida y sentenciada de antemano, en aquel entonces. ¿Dónde, cuándo exactamente? Se admiten apuestas.
¿En Yalta, en Postdam, en el tribunal de Nuremberg que firmó sin duda no pocas sentencias secretas ("en rebeldia" o "en asencia" de los condenados)? El secreto tal vez se vea develado algun dia, lo que esta más que claro es que todo quedó entonces atado y bien atado (conforme a una frase célébre de Su Excelencia) -como asi lo daría a entender el antiguo secretario de Estado de Richard Nixon, Harry Kissingery en sus memorias-, y que el destino de todos y cada uno de los españoles -de la generación aquella y de las que se seguirían- se viera sellado hasta hoy sin que pudiéramos escapar de una manera u otra, en mayor o menos medida, ni individual ni colectivamente, a las secuelas y reatos de aquella derrota, que fue la de Alemania y de los paises del Eje, y que no dejó de ser también la nuestra (diga lo que diga Pío Moa)
Pax Romana fundada al día siguiente de terminar la segunda guerra mundial fue la matriz del Instituto de Cultura Hispánica. En él tuvieron un protagonismo innegable tanto Blas Piñar como Joaquín Ruiz Giménez (aún de los tiempos que vestía aún camisa azul, antes de quitársela defintivamente) El auge al interior del régimen de Franco de un catolicismo/político de signo implícito o explícito anti-falangista (y anti-fascista), manipulado y telederigido desde fuera (pasando por el Vaticano) , fue una de las secuelas principales de nuestra derrota en el 45Y en esa partitura, Blas Piñar, hijo/fiel de la iglesia ante/el/altismo, jugó fiel y escrupulsamente la parte que le correspondió, según las épocas. De incondicional de los incondicionales, recibido en audiencia en el Pardo en más de una ocasión a finales de los sesenta, a la cabeza incluso de profesores y catedraticos fuera de toda sospecha -mientras que el orden publico se degradaba a ojos vista en el campus y facultades de la Universitaria madrilena- ante el mutismo de Franco que parecía soportar impávido e impertérrito el que le leyeran públicamente la cartilla en materia de orden publico y disciplina (...)
Y Blas Piñar iba de espantajo publico también, ya por entonces entre los universitarios y no sólo, como iría un poco más tarde de leal de los leales en la transicion y en la visicitudes de todo tipo -como el 23-F- que la acompañarían. Y en los últimos años su papel se veria traducido particularmente por el de oráculo (por llamarlo así) de la memoria de los vencedores del 36 puesta en entredicho por la llamada ley de la Memoria Histórica. Un oráculo ineficaz, por lo demás, que no pasaba de lo declamatorio en la medida que no denunciaba -ni él ni los suyos- el compromiso iglesia/estado (uno más) que había hecho esa ley posible -a cambio sólo de ver favorecido el negocio (jugoso) de las beatificaciones y canonizaciones de los martires/eclesiasticos del 36-, y que impedía así o condenaba de entrada al fracaso cualquier tentativa seria encaminada a abrogar la ley funesta o a corregirla tan siquiera.
Aunque tal vez la faceta más destacada en ese papel de comparsa de la evolucion del réigmen de Franco -tal y como aquí lo acabo de describir- que cupo a Blas Pinar (como a tantos otros) lo fue el de escenógrafo o maestro de ceremonias (comparable mutatis mutandis a la de Ridruejo veinte años antes) Y fue por las escenificaciones fascistas o fascistizadas (léase franquistas o falangistas e incluso carlistas) que tantas veces impulsó y protagonizó -de brazo en alto y camisa zul (y bona roja) si hacía falta- y que contribuyen hoy a perpetuar su memoria.
Lo más sintomatico y revelador a la vez en la trayectoria tardía de la galaxia Blas Piñar -de grupos e individuos aisladamente considerados en torno suyo- lo fuera tal vez su actitud ambigua en extremo en relación con la "movida" -de un innegable signo de extrema/izquierda- del 15-M, de la acampada del Sol y de los indignados. Un artículo editorial publicado con su firma en la revista Fuerza Nueva un año después de la eclosion de la "movida" aquella bajo el titulo "En torno a la dignidad" y presidido por una foto de la acampada de Sol daba incio con la distinción entre "indignados que son dignos" y "los que no lo son", seguido de una sarta de argumentos teológicos -inspirados en textos del concilio- de la que no se sabía en claro del principio hasta el final si su autor subía o bajaba en el tema, todavía en ascuas entonces. Y por detrás de los topicos y de los eufemismos...y de las homilías, está claro que grupos e individuos (emblemáticos) en la órbita de Blas Piñar bailaron el agua todo lo que pudieron al 15-M y tuvieron una participación innegable incluso en alguna de las "movidas" de desestabilización más serias que aquellos protagnizaron como la toma /del/congreso. Como lo denunció la delegada de Gobierno en Madrid -en sus alusiones a grupos de "extrema derecha" operantes entre bastidores del 25-S-, ante mi perplejidad, que no conseguía ver claro entonces entre las sombras de aquello, lo confiesoPorque la desfascistización (o desfalangistización) pactada en los terminos de aquella rendición de Franco y de su régimen ante las potencias aliadas vencedoras en el 45 debia o podía serlo sin duda de forma gradual poco a poco, en medidas dosis y en función o acorde a lo que la conyuntura del momento permitiera.
Y el que Blas Piñar vestido todo/de/azul -tras una trayectoria primera, de joven, irreprochablemente blanca y apostólica en la Acción Católica (y en los Propagandistas)- irrumpiese en la política partidista a mediados de los sesenta -depués de haber ocupado ya cargos públicos- recuperando toda una simbología (y parafernalia) fascista o "fascistizada" que ya no se veia en España por parte alguna, y prosiguiera impávido antes y después de la muerte de Franco con la puesta en escena aquella, de toda una escenografía vencida y sentenciada en el 45 -y no para redimirla o de rehabilitarla como parece estar lográndolo en Grecia ahora "Amanecer Dorado", sino para desprestigiarla y desacreditarla aún más en la práctica en el conjunto de la sociedad (como así ocurriría)- era sin duda algo que entraba también dentro de la partitura.
O a título si se prefiere del propósito de enmienda -y de cumplir la penitencia- que traería fatalmente consigo aquella rendición o puesta de rodillas (y en confesionario) a la que el régimen de Franco se plegó entonces por dictamen de las grandes potencias. Blas Piñar, o el proto/notario (honorario) de la derrota española en el 45
6 comentarios:
COMPLETAMENTE DE ACUERDO, UN ESPANTAJO, ÉL TAMBIÉN NOS ENGAÑÓ A TODOS HACIENDONOS CREER LO QUE NO ERA. ENHORABUENA POR TU ARTICULO
Un espantajo y un flautista mágico también como se ve por los ditirambos de algunos ahora. Lo uno con lo otro, su papel y su puesto, ya digo en la partitura aliada enrelacion con España y con su régimen. "¿Al que nadie rindió"? (...) Las malas lenguas dicen que "aparcó" su movimiento tras el 23-F. Y jaleo a Lefebvre y a sus partidarios españoles hasta que le dieron el toque de rigor del lado de la Nunciatura y se hecho atras después de haber salido con el obispo vfrancés al balcón en la sede de Fuerza Nueva a saludar al publico que les aclamaba presente en las aceras. Y apoyó (solapadamente) al final de su vida a todo el rejerío del 15-M después de haber declarado hace unos años ns(in el menor rubor) al socialista José Bono como el mejor presidente de la Junta Autonómica de castilla-laz-Mancha "de toda nuestra historia" Misterios toledanos (o sefardita/toledanos)
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Una aclaracion necesaria. Apoyé y lo sigo haciendo al colectivo "España en marcha" con mi presencia en Montjuich (bien a las claras, en primera fila, para que se me viera bien) el pasado 12 de Octubre. Eso no quiere dicr que firmase un cheque en blanco a todos los grupos que integran la plataforma, y que no viese la sombra de Blas Piñar y de los suyos gravitando en torno. ¿Actitud divisionista la mía? No, porque pienso que en la medida que "la España en marcha" consiga desembarazarse de ciertos padrinazgos y de ciertas rémoras reforzará su unidad y su cohesión interna.
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Gracias por tu mensaje. Un abrazo
Blas Piñar fue un soplón de la policía tanto la de Rosón como la del Guti, por su sede pasaba gente muy peligrosa y era un avispero de espías. buen inquisidor como judío toledano era el hombre. Por lo demás, a esta gente España les preocupa poco, forman parte de la derecha de la nómina, de la misma forma que los psoatas se rinden ante el Poderoso Caballero, pero por ellos sólo siento desprecio porque como dijo el Eterno ausente, "sólo nos salvará la poesía" La hora de España llegará cuando esto degenere a una situación caótica pero de momento no otean mis arúspices ese horizonte. Enhorabuena por tu actividad política y por haber estado en Cataluña el día 12 octubre defendiendo la bandera. Eso te honra.
Lo de su problema con los Estados Unidos y el artículo de "Hipócritas" se merecería también un esclarecimiento en toda regla. He estado releyéndome algunos pérrafos de ese editorial de ABC que tanto le celebraron algunos y se me caen de las manos, lo confieso. ¿Qué teniamos que ver nosotros ni él con el contencioso (historico) de los negros en los Estados Unidos. ¿Adoleció de ignorancia de la historia o de lagunas de memoria como le habra ocurrido a la hora de enfrentarse a la ley funesta de Zapatero en la materia. El Ku-Klux-Klan o los grupos y partidos en su órbita fueron los mayores apoyos -por no decir los únicos- que tuvo el bando nacional que él siempre tanto defendio, entre la mayoria protestante de los Estados Unidos. Los que impidieron sin duda ninguna que Roosevelt declarase la guerra a Franco (que era lo que su mujer le pedía) Una simple cortada suya además ese articulo contra los Estados Unidos, acorde a las versiones de aquello que siempre se oyeron y a los rumores insistentes que corrieron sobre el tema. Gracias por tu mensaje. Un abrazo
En cuanto a Blas Piñar ministrable, también Arrese en su libro "Una etapa constituyente", se explaya sobre el particular: En reunión con Arrese, Franco iba pasando revista a distintos ministrables: Al llegar a Piñar, Franco, le pidió a Arrese su opinión y este respondió: "Es un buen chico, aunque es el notario que iba levantando acta con los de la candidatura monárquica" (se refiere a las elecciones municipales en Madrid cuando frente a la candidatura del movimiento concurrió otra). Franco con su lenguaje característico, dijo: "Si es así se le quita".
Gracias por tu mensaje, Restituto, y bienvenido por este portal. Ya te había leido la anécdota (tan crucial), que no debió escapar a oidos del interesado como tampoco la que menciono en mi artículo por cuenta del Almirante Carrero. Y en alguien de rencores tan tenaces como él -a mi desde uego no me perdonó a todas luces, hace ya más de veinte años, el disentimiento que notó en mi-, aquellos dasaires no debieron caer en saco roto (...) ¿Franquista incondicional sin falla y sin reproche hasta el final Blas Piñar, "sin arriar banderas"? ¡A otro perro con ese hueso! Y eso -y otros pormenores concurrentes en su persona- expliquen sin duda entre otros bandazos suyos su complicidad con el 15-M que fue sobre todo una conspiración extranjera financiada con capitales judíos. Al pan pan y al vno vino. Un abrazo
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