viernes, enero 29, 2016

¿CAMBIÓ FELIPE GONZÁLEZ?

Esa es la imagen más emblematica de los días de mayor gloria de un Felipe González muy joven, que inflamó de esperanzas a sus partidarios y nos hipotecó el futuro en cambio a otros –aún más jóvenes que él entonces-, condenándonos a una (dura) expatriacion que coincidió nota bene con el inicio de su ascenso tan fulgurante en la política española. ¿Se puede dejar de ser lo que se fue ? Cuestión irresuelta en la historia del pensamiento. Felipe González quiere ahora convencernos de ello, pero dudamos mucho que esa imagen y esas fotos tan estelares no sigan fascinando al propio interesado –hoy hombre ya mayor de pelo blanco, entrado en carnes como en años- tal y como fascinaron –y obnubilaron- a tantos otros, en España y en el extranjero
Felipe González acaba de hacer unas (larguísimas) declaraciones al diario el Pais que aparte de provocar un verdadero estado de levitación (de puro entusiasmo) en el líder de Ciudadanos -a quien tal vez iban especialmente dirigidas,- están sin duda llamadas a encontrar gran eco en la clase política y en la opinion y despertar a la vez grandes esperanzas y a levantar fuertes ampollas.

Viejo conocido del que esto escribe Felipe Gonzalez, como sin duda lo sigo siendo yo también de él mismo. No sé ya las veces que habrá évocado el incidente –que él mismo se encargó de recordar en los medios cuando me detuvieron en Fátima- que nos opuso en la primera fase de su carrera politica antes de acceder a la jefatura del gobierno, en el aeroperto de Orly –invierno del 82- donde le increpé por sus posturas políticas. ¿Ha cambiado el autor de estas líneas dede entonces? ¿Ha cambiado Felipe Gonzalez? Puestos a contemporizar habría que concluír que cambiaron (cambiamos) un poco, tanto el uno como el otro.

Hoy por ejemplo ya no llamaría yo comunista asesino (sic) a Felipe González como se lo llamé entonces. Amigo de comunistas sí sigo pensando que lo fue –y no creo que ni él mismo me lo desmentiría-, pero entretanto el comunismo murió –en todas partes nota bene, salvo tal vez entre españoles- y los neocomunistas o posmarxistas de Podemos se llevan ahora la mayor parte de las flechas y venablos (envenenados) de estas recientes declaraciones suyas que hay que apostar que son sinceras.
Felipe González iba entonces de camino a a una reunión internacional de apoyo (politico) a la guerilla marxista salvadoreña, ahora en cambio viene posicionándose desde hace ya un rato contra la experiencia chavista en Venezuela que tanto apoyo y aliento nota bene recibió de la Cuba castrista, alma mater de todas las guerrillas del continente sudamericano de la década de los sesenta y de los setenta (incluida la salvadoreña) De sabios es el rectificar. Y a fe mía que sus declaraciones de ahora que no dejan de ser un alegato pro domo -para los suyos, los socialistas, me refiero- me parecen bastante sensatas. En una primera lectura al menos, como dirian en Francia.

A Jiménez Losantos le merecen una apostilla que me parece no obstante de lo mas acertada, y es cuando dice que Felipe González viene ahora a descalificar y a condenar -en Iglesias y en los de Podemos- lo mismo que el practicó siendo presidente del gobierno (durante cuatro legislaturas), a saber esa consigna de odio (sic) a la derecha que daria paso (Losantos dixit) al zapaterismo y (añado yo) a su guerracivilismo irreconciliable.

Riza el rizo un poco Jiménez Losantos en su último vídeo blog que me acabo de ver, es cierto, y es cuando dice que la solución de todos los pecados de Israel que según él encarna el PSOE lo arregla el que se vaya no Pedro Sanchez sino Mariano Rajoy (¡como lo oyen !) el Rajoy de las culpas y pecados y de las fiebres y noches blancas de Federico Jiménez Losantos. Y puestos a seguirle la cuerda, al hilo de su análisis y razonamiento que me diga, se puede y debe concluir que van buscando lo mismo Losantos y Gonzalez, convertidos de pronto en estrechos compañeros de viaje, a saber una gran coalición como la que propugna Rajoy pero sin Rajoy. ¿Y en su lugar quién?

La pregunta ociosa porque esta claro que tanto para el uno como para el otro, para el antiguo jefe de gobierno y líder del PSOE y para el periodista inconformista -y converso de la (extrema) izquierda- ese candidato ideal lo es a todas luces el joven Albert(o) Rivera, el único tal vez de los candidatos a la investidura presidencial emergentes de las últimas elecciones generales con posibilidades reales de desbancar al todavía presidente del gobierno, con el apoyo de los enemigos jurados de éste. Y ese sea tal vez el reto magno al que asistimos.

Hasta el punto que cabe ver en las declaraciones de hoy de Felipe Gonzólez –« auto entrevista » la llama Losantos- un guiño al joven líder de Ciduadanos, como queriendo decirle que lo mismo que acabó él diciéndole sí a la Susana a nivel de laautonomía andaluza, le diga sí a Felipe González, quiero decir al partido que éste y sus amigos de la vieja guardia del PSOE en cierta medida todavía representan. ¿ Lo logrará ? Se admiten apuestas;

Como quiera que sea, la espadas siguen en alto entre las dos tendencias que se disputan ásperamente la hegemonía del partido socialista en espera de la reunión del comité federal del partido prevista para el próximo sábado. Y algo que demuestra que los « barones » a los que González representa no dejan de afilar las suyas, lo son la serie de andanadas –certeras y juiciosas a fe mía en gran medida- recogidas en las declaraciones de Felipe González contra Podemos, y los ataques directos, personales –y a la vez fundados y defendibles contra la persona de su líder Pablo Iglesias en el que aquél ve a todas luces su más directo rival y su peor enemigo.

La peste y el cólera y que se me perdone los dos términos de esta comparación (odiosa) El Frente Popular que van persiguiendo el de la coleta y el socialista cuatro/caminero, o esa gran coalición escorada a la izquierda a nivel nacional a imagen de Andalucía -y en la que un PP descabezado de su actual líder, ganador de las pasadas lecciones, por mucho que Felipe González le cueste el reconocerlo poniéndolo al nivel del gran perdedor (socialista) de las mismas se vería reducido a la condición de rehén- no haría mas que servir de incubadora de la amenaza podemista-leninista (por servirnos de una expresión que utiliza Felipe Gonzalez en su auto entrevista) Felipe González, sin duda como otros –me replicará tal vez (con ironía sangrienta) algún abogado del diablo de los que tiene costumbre de aquí leerme- arrastra un pasado.


Es cierto, pero allí donde en otros hubo luz y taquigrafos de antiguo –como en el que esto escribe (se me reconocerá)- en el antiguo presidente del gobierno se ve en cambio rodeado de nubes de opacidad de lo más espesas, que Jiménez Losantos se encarga de embestir –como si fueran molinos de viento- en la ultima edición de su video blog a la que aludí mas arriba.

Felipe González fue el principal mentor -Losantos lleva razón- de la operación de odio a la derecha (sic) y de su corolario inseparable de cordón sanitario contra el PP –léase contra la derecha (o derechona como decía Umbral) y en definitiva contra media España que se veía –como en cierto modo se sigue viendo- en aquel partido representada. Y doy yo mismo fe de ello, de la postura de observación privilegiada que me otorgaron mis largos años de estancia en Bélgica, que dieron inicio nota bene con el felipismo (socialista) en el poder y a los que por vía de consecuencia me veo obligado de echar la culpa de mi larga expatriación (y auto exilio)

Por donde entendí no obstante asumir –en la medida de mis modestas posibilidades- esa media España a la que Felipe González declaró una guerra sorda y a la que sus sucesor de la jefatura del partido, Pedro Sánchez se muestra decidido –como se mostró José Luis Zapatero- a seguir haciendo la guerra de forma abierta. Errare humanum est.

¿Cambió Felipe González? In dubio libertas. Traducido al roman paladino, que se piense lo que se quiera. A falta de convencernos (del todo) que ya no es lo que era

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