viernes, enero 08, 2016

AGRESIONES SEXUALES Y ALCALDESA DE COLONIA

Manifestación de mujeres en reacción al escándalo de Colonia. ¿También fachas, fascistas, nazis o neonazis, o machistas occidentales (e hispanos de preferencia), los autores de las agresiones sexuales de la pasada Nochevieja en Colonia y en otras ciudades alemanas (Hamburgo, Dusseldorf, Stuttgart) ? Es lo que dan a entender estas iluminadas –y no menos indignadas- en sus gritos y pancartas. Como un eco de las palabras de la alcaldesa de Colonia sobre esos incidentes, que exoneran a los agresores y culpabilizan a las víctimas (femeninas) ¡Peste del feminismo ! Particularmente virulenta en su variante alemana, como me fue dado el comprobarlo en mis primeros años de estancia en Bélgica, por mi frecuentacion –breve (…)- del Instituto Goethe en Bruselas, regentado y administrado y atendido, entonces por lo menos, mayormente por mujeres ostensivamente antifascistas  y desaforadamente masculinas (horresco referens!) Como una variante de la neurosis colectiva que arrastran alemanes y alemanas desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial en el 45, secuela una más de la derrota
Feminismo contra la Mujer –y contra las mujeres-, así se pueden glosar la actitud y las palabras de la alcaldesa de Colonia envuelta (a su pesar) en el triste y engorroso caso de las agresiones sexuales a mujeres jóvenes alemanas el pasado día de Nochevieja a manos de jóvenes de origen magrebí procedentes (muchos de ellos) de la actual oleada de refugiados que habrán vendio inundando el país del otro lado del Rin desde inicios del pasado año. Sucedió en la plaza de la catedral de Colonia, uno de los rincones mas bonitos de Alemania, y alto/lugar emblemático de la civilización europea y de sus raíces y tradiciones milenarias.

« Enlevado » –en español embelesado (o algo así)- así debería decir tomándole prestado a la lengua portuguesa un término sin equivalente exacto es cierto en legua española, que el profesor Plinio, fundador y dirigente de la TFP brasileña gustaba de utilizar mucho en sus escritos (y disertaciones)- de como me sentí por dentro cuando me encontré, en unas de mis andanzas por Alemania residiendo ya en Bélgica, a la salida de la estación del tren delante de la célebre catedral de Colonia, única en su genero arquitectónico por lo grandioso e impresionante en toda Europa. Exactamente en el mismo sitio donde se habrán producido los incidentes de Nochevieja.

O témpora o mores! Porque por las fotos que nos vienen llegando de los incidentes a los que aludo del día de Nochevieja ese mítico lugar ya no es lo que era y ya no inspira lo que inspiraba, a mi y sin duda también a otros muchos. Los sucesos de una gravedad indiscutible -¿una nueva variante de terrorismo islamista (y no de simple criminalidad (sic), como lo vienen anunciando los respnables)?- habrán desatado una tremenda polémica en la Republica Federal -todos tratando de quitarse la patata caliente de encima - en la que se habrán visto envueltos tanto la policía alemana y los medios de su país, como también su clase política. Pero lo que habrá acabado verdaderamente incendiando las redes sociales lo habrán sido las declaraciones de la alcaldesa de Colonia, ninfa egeria de la corriente anti-Pégida en la República Federal, e icono emblemático en extremo de la causa a favor de la acogida de los refugiados, víctima de una agresiónn atribuida a la extrema/derecha el pasado mes de julio, lo que le valdría -pesee a tratarse de una personalidad extremamente controvertida de antiguo- el ser reelegida (con un cincuenta y uno por ciento de los sufragios) en las elecciones que tuvieron lugar como por casualidad apenas dos días mas tarde.

La culpa (sic) es de las mujeres que no tomaron las debidas precauciones. Esa viene a ser la moraleja -chocante en extremo y extravagante - que se desprende de la lectura integral de sus palabras, por somera que esta sea ¡no me digan! Una feminista acusando o aconsejando –lo mismo me da que me da lo mismo- prudencia a las víctimas -que en este caso resultan ser víctimas del sexo femenino–, léase disculpando a los verdaderos culpables, inmigrantes norteafricanos -provenientes del aluvion de refuigados- conforme lo vienen consignando (de forma unánime) los medios.

Así, la alcaldesa de Colonia, en el colmo de la tomadura de pelo (o eso parece) se permite consejos de orden práctico, de la distancia en metros (y centímetros) que deben mantener las mujeres en situaciones como las que se vivieron en Colonia el pasado domingo. La vuelta a las consignas de las mamás (o de algunas de ellas) a sus niñas en la época de los guateques y del baile agarrado que fue (aún) la mía propia ¡No me digan ! Y ahora ya no sólo en el baile agarrado sino en todos los ámbitos y situaciones de la vida cotidiana, en el ascensor, en las aulas de clase, en los parques, en los bares, cines, portal de casa, escalera del piso (o de servicio), lugar de trabajo, oficina, medios de transporte, etcétera, etcétera.

¡Para un viaje así no necesitábamos alforjas, señoras feministas ! Y todo porque algunas y algunos parecen incapaces de asumir el fracaso (clamoroso) de esa política de brazos abiertos al aluvión de refugiados (musulmanes la inmensa mayoría de ellos) que habrán venido predicando la Merkel y a sus ancas una gran parte de la clase política alemana, contra viento y marea, contra toda esperanza (Pablo de Tarso dixit) y pese a todas las apariencias (en contra suya)

Lo que no viene por otra parte, más que a ilustrar de una forma deslumbrante esa colusión desconcertante y no menos escandalosa entre el feminismo y las corrientes islamistas que se puso ya de manifiesto con ocasion de las primaveras árabes, y de las revueltas en Egipto, en Túnez, en el Yemen y por supuesto en Siria. El feminismo occidental es anti-occidental en el fondo y pro-islamista por paradójico que parezca. Y los consejos prácticos de la señora alcaldesa de Colonia vienen ahora a traer agua a ese molino sin duda alguna, en la medida que con esas advertencias e interdictos que viene por su cuenta y riesgo a imponer al sexo femenino, se diría que esté preparando el terreno a la aplicación (integral) de la charia en nuestros países occidentales –en lo referente sobre todo al estatuto y al comportamiento (publico y privado) de la mujer, tal y como lo viene predicando toda clase de imanes y mollahs –cada vez más a las claras, y más agresivamente a auditorios in crescendo en número de inmigrantes- en nuestros países occidentales.

¡Peste del feminismo ! Hay que atreverse a proclamarlo aunque se nos venga el palacio de la Cibeles con su actual ocupante (vade retro !)- encima nuestra ! Con la llaga aún en carne viva, confieso que es  como estoy escribiendo estas lineas. Aún calientes en mis sienes y bien vivas en mi retina las impresiones y las imágenes del incidente (incruento) -unos cristales rotos (y no por mí) apenas- en el que a mi pesar me vi (en publico) envuelto hace unos días, y en el que llevó la voz cantante (léase la iniciativa), una mujer joven, con todos los síntomas de arrastrar un problema (serio) mas que con los hombres con las mujeres(…)

No me arredré ni me dejé intimidar por cierto, y al final el dragón se reveló lo que era, no más que un (pobre) tigre de papel. No odio a ese tipo de mujeres, no vale la pena, diría que no se lo merecen tampoco. Que el odio es algo muy serio, por razón aunque solo sea de su peso. Pero no me arredran, ya digo, y el incidente aquél me desató la lengua, soltando mi pluma que me diga, o mas bien la tecla. De lo que dan testimonio fehaciente estas lineas. Con todo el respeto

2 comentarios:

Anónimo dijo...

http://www.infovaticana.com/2016/01/05/profanan-el-santuario-de-la-virgen-de-la-cabeza-en-andujar/

Anónimo dijo...

http://www.alertadigital.com/2016/01/09/el-pentagono-estudia-reconocer-al-estado-islamico-con-condiciones/