sábado, noviembre 01, 2014

VIENTOS DE GUERRA EN LOS CIELOS DE EUROPA.../...

VIENTOS DE GUERRA EN LOS CIELOS DE EUROPA
Vientos de guerra en los cielos de Europa. Durante dos días, el espacio aéreo de Suecia y los cielos del Báltico, del Atlántico y del Mar Negro se habrán visto surcados por caza/bombarderos rusos en una clara demostración de fuerza. Está la cuestión de Ucrania siempre en ascuas que amenaza con reencenderse en cualquier momento –con ocasión de las elecciones de pasado maña domingo en los territorios controlados por los separatistas-, sin ir más lejos, que Vladimir Putin ha anunciado estar dispuesto a reconocer-, y está también en el tapete otra cuestión espinosa que viene incordiando no poco en las relaciones ruso/francesas en torno al contrato de compra de dos fragatas de guerra Mistral de fabricación francesa, una de las cuales, “la Vladivostok”, estaría ya dispuesta a echarse al mar en cuanto que los rusos puedan hacerse cargo de ella- en el puerto de Saint-Nazaire en la Bretaña francesa, y que conforme a filtraciones producidas en los medios estos últimos días, debería serlo en la fecha (aparentemente ya fijada) del próximo 14 de noviembre.
Y el anuncio habrá desatado ipso facto una guerra de nervios a todos los niveles de la política afrancesa y en las más altas instancias de la OTAN, y disparando además todo tipo de especulaciones. La diplomacia francesa es por/ursa de antiguo después de haber sido peo soviética con el General De Gaulle quien entre la medida tan emblemática de los años de su mandato contaría la de poner a Francia fuera de la Alianza Atlántica, que le costó lo que le constaría, nada menos que la tormenta de Mayo del 68 t(y lo que se seguiría) Un a Europa del Atlántico a los Urales sería una de los eslogan gaullistas más célebres. El gaullismo ya pasó hace mucho Francia acabo reintegrándose en la OTAN con el anterior mandatario Sarkozy, pero se diría que los viejos reflejos sobreviven como lo muestra este contrato de compra que fue firmado por el ministro de exteriores del anterior mandatario, Alain Juppé. La crisis rápidamente degenerada en conflicto armado en Ucrania y en la nexion por prte rusa de la peninsula de Crimea, habrá revuelto las cartas y borrado todas las pistas. Así, en vísperas de la cumbre de la OTAN en el país de Gales a principios del pasado mes de septiembre el presidente Hollande anuncio la suspensión de la entrega de la fragata Mistral a los rusos. El contrato seguía no obstante en pie, y –carde a las informaciones unánimes de los medios- satisfecho integralmente a día de hoy en su capítulo financiero por parte rusa. El anuncio (‘oficioso) de la fecha prevista para la entrega del 14 de noviembre próximo se vería seguido no obstante de desmentidos un tanto contradictorios del gobierno francés lo que explica sin duda la demostración de fuerza rusa en los espacios aéreos del contente europeo. La motivación y le extraordinario interés del complejo industrial militar/ruso en la la firma del contrato se verían puestas al destape hace cinco años en declaraciones el comandante en jefe de la Marina rusa conforme a las cuales su país había echado cruelmente en falta navíos portahelicópteros –del genero del Mistral- en el Cáucaso durante la guerra en Osetia del Sur (en el 2008, con participación de Georgia) El coste de cada uno de dichos navíos se estima entre cuatrocientos y quinientos millones de euros. Y dese el pasado mes de junio cuatrocientos marinos rusos (cuatrocientos) se encuentran en el puerto de Saint-Nazaire adiestrándose y preparándose a hacerse cargo del navío.
¿Cuál será el primer destino de los Mistral –capaz nota bene de trasportar y desembarcar de una vez hasta cuatrocientos cincuenta hombres (y en coordenadas familiares, capaz de haberse hecho ella sola en cuatro viajes el cruce del Estrecho por las fuerzas nacionales durante la guerra civil española)-, de entre las zonas geoestratégicas en llamas bajo control o supervisión de los rusos? Se admiten apuestas, porque lo que desde esta luego está claro es la urgencia que se tiene asignada en Moscú a la entrega de la primera fragata. El mar de Azov –que baña las costas de Crimea y de las zonas de Ucrania oriental (el Donbas) directamente afectadas por el conflicto amado entre el gobierno de Kiev y los insurrectos pro-rusos-, o la base naval de Tartus en Siria única base rusa en el Mediterráneo –de los tiempos de la Unión Soviética y del padre de Bachar el Assad- que demostró toda su importancia estratégica el pasado año a punto ya del desencadenamiento de un conflicto a gran escala con motivo de la crisis de las amas químicas. Porque lo que está claro es que esos navíos no irán a servir para verse marrados a puerto con vista a un turismo de tipo naval o cumplir con los objetivos estratégicos tácticos o logísticos que son los propios del Kremlin, al contrario de la suerte que se ve deparada el estado español por su lazos (inmovibles) con potencias extranjeras,–in casu la OTAN, y los Estados Unidos y Gran Bretaña (por separado cada una de estas dos últimas potencias)- a cuyos intereses se ven hoy por hoy ciegamente supeditados la Marina y el conjunto de las Fuerzas Armadas españolas. ¿A cuando una demostración de fuerza española –si se exceptúa el Perejil (con todas las contrapartidas gravosas que traería) o el embrollo gibraltareño-, desde los tiempos de la Guerra de Ifni?

¿PRIMAVERA ÁRABE EN EL AFRICA NEGRA?
Monseñor Lefebvre, francés del Norte hasta los tuétanos, tenía una frase favorita que usaba mucho de ejemplo o facsímil de un situación desesperadamente confusa e inextricable de donde no cabía sacar nada mínimamente en claro y era la de una pelea de negros en un túnel (“combat de nègres dans un tunnel”) Me supongo que no la prodigaría más allá de los encuentros de carácter privado y en sus charlas a los los seminaristas en Ecône donde yo se la oía (a menudo), por la connotación racial de la frase, me refiero. Y es algo de lo que no se sabe decir a ciencia cierta si tuviera directamente que ver con la trayectoria del prelado tradicionalista francés que fue arzobispo de Dakar y delegado apostólico (sic) para toda el África Occidental francesa justo hasta producirse la independencia de aquellos países (a principios de la década de los sesenta), lo que le pasaría factura al final de su vida, fallecido en una cama de hospital del cantón suizo del Valais abandonado de casi todos –salvo de sus fieles suizos (algo que se ve rodeado de un tabú espeso entres sus herederos y partidarios)- aquejado de un cáncer súbitamente agravado sin duda alguna tras haberse visto condenado en sala de lo correccional por un tribunal civil en París, acusado de racismo y xenofobia por asociaciones islámicas. Y me habrá venido ahora a la mente por razón de fuerza mayor y a casa tal vez de un dato meramente geográfico y es que en la demarcación jurisdiccional eclesiástica del arzobispado de Dakar relativa al África occidental francesa se encontraban tanto la Costa de Marfil como el Alto Volta bautizado décadas mas tarde Burkina Fasso, que han pasado al primer plano de la actualidad en los dos últimos días con motivo de derrocamiento del longevo presidente Campaoré que llevaba a la cabeza de aquel país sin costas -de mayoría musulmana acorralado entre las costas selváticas del golfo de Guinea y el desierto del Sahel- nada menos que la friolera de veintisiete años, tras el derrocamiento del anterior presidente (igualmente putschista) Sankara, que resultaría muerto en el golpe de estado.
Pelea de negros, en un túnel, es la imagen que me viene fatalmente a la cabeza, es cierto, tratando de descifrar la actualidad del África negra en su vertiente francófona surcada desde hace décadas por golpes de estado y guerras triviales e intestinas y ahora vuelta al primer plano de la actualidad por la epidemia de Ébola. Y más aún, tras la desaparición del único hilo conductor del que el autor de estas líneas disponía –del anticomunismo y del anti-sovietismo-en aquella región (a modo de línea divisoria entre países pro occidentales o en la órbita del bloque comunista (pro/chinos o pro soviéticos) Coto cerrado de la diplomacia francesa el África occidental (de raza negra) Pero en la medida que se va viendo claro en la política francesa, se despeja (un poco) ese túnel tan negro de la actualidad política en el África negra. Así, se habrá sabido en las últimas horas que el presidente depuesto se encuentra en la Costa de Marfil, un país limítrofe de Burkina Fasso, salido hace tres años de una sangrienta guerra civil de la que resultó ganador el líder mayoritario en el Norte (musulmán) del país, gracias al apoyo descarado del presidente francés Sarkozy. ¿La mano del Eliseo (Presidencia de la República), del Hotel Matignon (Primer Ministro) o del Quai d’Orsay (Asuntos Exteriores) en los acontecimientos de Burkina Fasso? Como sea, ni por su alcance ni por su repercusión en los medios parece que puedan dar pie al estallido de “una primavera negra” –en alusión (horresco referens!) las primaveras árabes-, como alegremente lo venían anunciando en las primeras horas algunos medios de expresión francófona

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