martes, noviembre 04, 2014

¿ALEMANIA CULPABLE? "PODEMOS" Y LA DIÁSPORA INDIGNADA EN EUROPA.../...

¿ALEMANIA CULPABLE? "PODEMOS" Y LA DIÁSPORA INDIGNADA EN EUROPA
En su estrategia claramente electoralista de ganarse y asegurarse clientelas como sea, de donde vengan ,antes de que sea demasiado tarde, me explico, antes de que se vean obligados a “mojarse” asumiendo responsabilidades políticas concretas,  el líder de Podemos acaba de marcar puntos sin lugar a dudas cualquiera que sea el grado de demagogia y de oportunismo que se vean obligados a derrochar en el empeño. Y habrá sido arremetiendo contra un proyecto de ley (de inmigración) en Alemania patrocinado por el gobierno de la canciller Ángela Merkel contra lo que se denomina en el citado decreto “un turismo de pobreza”, que tendría en la mirilla, entre los principales afectados (y destinatarios) de las medidas a unos quince mil jóvenes españoles emigrantes allí llegados en busca de un empleo formando parte de la diáspora que se habrá producido en los últimos años en sincronía grosso modo con el estallido y coletazos sucesivos de la movida de los indignados. ¿Emigración económica la de esos jóvenes mayormente del perfil indignado? En parte sí no cabe duda, pero su aumento espectacular –y a ritmo in crescendo- en estos últimos tres o cuatro años es difícil que pueda examinarse haciendo abstracción de ese fenómeno de orden fundamentalmente ideológico y cultural –o contracultural más bien para ser exactos- de la indignación callejera. Mutatis mutandis es comparable a aquel otro fenómeno migratorio –en mucho mayor escala aquél, es cierto- de la emigración de finales de los cincuenta y primera mitad de la década de los sesenta.
Era la aventura, y eran las dificultades sociales y económicas de una España en vías de adaptarse al sistema económico imperante en los países occidentales, y eran las aspiraciones legítimas de prosperar, ellos y sus familiares, y era también un sueño o una fiebre colectiva de tipo político e ideológico que llevaba a muchos de aquellos emigrantes a ver en el régimen anterior una fortaleza carcomida en vías de derrumbe inminente que caería –como decía Franco de Gibraltar- igual que fruta madura, el tiempo justo de irse ellos a darse un garbeo por Europa v volver justo con la caída de la fruta aquella, y en la versión más heroica el sueño aquel pasaba por una escenario de asalto al palacio de invierno –del Pardo que me diga (como el de la Revolución Rusa)- o algo parecido, de guinda del pastel como quien dice, en plan –olímpico, deportivo- de veni vidi vincit como Julio César, y al final fue lo que fue, que no hubo tal, y muchos de aquellos emigrante/españoles se vieron cogidos en la trampa de la emigración longeva que se revestiría de todos los trazos en mucho de ellos de la expatriación definitiva si no en la primera generación que acababan volviéndose, si en sus descendientes hijos y nietos que acabarían fatalmente víctimas de un proceso de desnaturalización por llamarlo así, y de pérdida de raíces, como me habrá sido presenciar (y soportar) desde que aquí resido. Los jóvenes indignados que habrán (mayormente) protagonizado la diáspora de los últimos años lo habrán hecho en muchos casos en señal clara de protesta y de desafío, y les marcó la ruta el 15-M desde luego, que todavía recuerdo el espectáculo (triste) que dieron algunos de ellos en el verano del 2011 pretendiendo repetir en Francia y en Bélgica escenarios del tipo del de la Puerta del Sol madrileña y de otras ciudades españolas. En Francia, en Paris, junto a la Ópera, no les duró –con Sarkozy- ni unas horas la acampada, desalojados sin pena ni gloria, y en Bruselas no llegó a un semana, viéndose además expulsados de Bélgica con nota de deshonor algunos de ellos por falta de higiene sus acampadas, insalubres (sic) además de antihigiénicas. Pablo Iglesias escoge ahora bien su objetivo, por la imagen (maldita) que arrastran Alemania y los alemanes desde el 45 ¿Pero se puede decir acaso que otros países punteros de Europa –como Inglaterra, o Suiza o los Países Bajos- no están siguiendo idénticas pautas de comportamiento? En Bélgica las cifras recientes del pasado año daban cuenta de más de doscientos jóvenes españoles expulsados (administrativamente), en el primer puesto de la lista por países (UE) afectados. La diferencia es que Alemania con esa manía o ese prurito más bien, del orden, tan teutónico, habrá acabado dando a ese fenómeno –de las expulsiones o reenvíos (refoulements) administrativos- todas las garantías y formalidades que les presta una normativa con fuerza de ley. Es curioso no obstante -y a no dudar que el fenómeno no escapara a Pablo Iglesias- el escaso eco hasta ahora del drama actual de la emigración entre los oriundos españoles, hijos o nietso de emigrantes -y el que la iniciativa de aquél encontrara entre ellos estoy seguro- que atravesaron tesituras o situaciones comparables hace unas décadas y que por mas que se vean integrados en sus países de destino –in casu en Bélgica- no se ve bien por qué no deberían mostrar algún testimonio de solidaridad con los que a fin de cuentas siguen siendo sus compatriotas por razón de origen –a menos de tratarse de ruptura total de raíces- de una manera u otra. A fe mía que no creo que por muy indignados o muy de izquierdas que se sientan los emigrantes de ahora reciban más ecos o muestras de solidaridad de ese colectivo de oriundos que él que recibió durante muchos años el autor de estas líneas los casi treinta años que llevo ya residiendo en Bélgica en situaciones comparables a veces a aquellas por las que parecen estar pasando: al borde de lo irregular, sin empleo, y con la espada de Damocles de la expulsión rondando en permanencia –mis primeros años de estancia aquí- por encima de mi cabeza. De emigración anodina (sic) habló Camilo José Cela, con eufemismo en exceso desde luego (...)
A título de pequeño botón de muestra citaré el reportaje que me dedicó -con titulares acompañando incluso en la portada la revista Interviú en el otoño de 1993 cuando comenzaron mis fregados judiciales, que me diga político/judiciales en Bélgica. “Fernández Krohn, a punto de ser expulsado de Bélgica” Se quedaron con las ganas. No me alegro de las dificultades por las que atraviesan estos jóvenes españoles en el espacio UE las horas que corren. Como español me afectan, lo quiera o no, y también me humillan en lo más vivo y en lo más hondo de mi sentimiento patrio, de eso no creo que pueda aquí caber la menor duda. No puedo remediar no obstante el sacarle al tema su moraleja, que la tiene. En muchos casos –no digo en todos- esos jóvenes de la diáspora en curso prefirieron la aventura (a lo loco) al colchón familiar que en España es mucho más amplio y mullido y resistente y de mucha mayor importancia social que en otros países europeos –por no decir en la inmensa mayoría de ellos, con la sola excepción tal vez de los países mediterráneos –Italia, Portugal, Grecia, y en menor medida Francia-, y sin duda era su derecho el vivir su aventura. Quién podría reprochárselo? Que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra. ¿Tenían acaso también no obstante, el derecho de poner la imagen de España (otra vez) por los suelos, de resucitar ese ferrete de ignominia –de la que creíamos (¡ingenuos!) habernos visto libres para siempre, que arrastraos de antiguo los españoles fuera de nuestra fronteras, grabada al agua fuerte en la memoria colectiva de muchos países europeos, sobre todo en los países de acogida de la migración de los sesenta? De atraso y de pobreza y de tercer mundo (o casi), y de inferioridad (congénita) Y de derrota (en el 45) en resumidas cuentas (…)

QUIEN NO ES AGRADECIDO NO ES BIEN NACIDO. SERRAT EN LA CUERDA FLOJA

Me echó la sal, lo siento. No me desdigo de lo que aquí escribí sobre él en una entrada reciente, pero las declaraciones que recoge el Mundo de Juan Manuel Serrat se me habrán atravesado a mí como a otros muchos. Quien no es agradecido no es bien nacido. Vive en Madrid desde hace treinta años y canta –una abrumadora mayoría de sus canciones y de sus actuaciones- en la lengua madre de todos los españoles. Me he leído en detalle su historial político –como él lo presenta-, y retengo sobre todo sus alusiones a la Nova Canco, dando a entender (entre líneas por cierto) lo que aquella movida fue en realidad, u arma esencialmente de agitación política en la mente de sus mentores, y una (mala) traducción del francés –de Brassens sobre todo, el más sectario e indigerible y ahogadizo para españoles de todo los nombres que cita (su música monocorde y su mensaje)-, en lo que tenía realmente artístico y duradero.
Los interesados se defenderían de la acusación como gato panza arriba. Infundada? Será porque se les ha oído mucho dentro o fuera de Cataluña desde que se murió Franco. Y Serrat, la excepción que confirma la regla, porque transigió más que los otros, y siguió cantando (casi exclusivamente) en castellano (el próximo domingo) Su opinión (escandalosa) de ahora sobre la consulta, no tiene credibilidad, pero puede hacer daño. Por eso es igualmente de escandaloso que el diario el Mundo se la publique, ahora a cuatro días de la fecha dichosa, cuando las cañas puede que se tornen lanzas. A no olvidar, desde luego, llegado el caso, ni al cantautor ni a su portavoces

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