“Pesadilla cruel”, “el sueño de una España sin Reconquista”, escribió Claudio Sánchez Albornoz. Pesadilla infinitamente mas cruel el escuchar mientras escribo estas líneas –como lo estoy haciendo (¿por masoquismo?)- a la sor argentina (o sirio/libanesa/argentina) Lucia Caram de su nombre, monja de clausura (sic) y todo el santo dia en el candelero (desde hace ya un buen rato) Vístete de mujer y luego empiezas hablar, pausadamente y dejando hablar y no ladrar como haces sin parar, por todo, mezclando churras con merinas o el trasero con las témporas del año, como lo haces. Y a acusar y acusar y culpabilizar como una urraca, o a llorar (sin lágrimas) y maldecir como esas plañideras del film aquel inolvidable Zorba el Griego. Con Pujol y con “sus” catalanes en cambio se las trae mucho menos crudas. ¿Por cuenta de quien lo haces, monja política y agitadora? Por mucho menos a otros les cerraban (y les cierran) el pico –o les cortan los víveres (…)- en la iglesia institución que tú representas o dices que representas con tu cofia de mujer frustrada (como mujer, y que se me entienda) Pobreza infantil, corrupción de los políticos, el paro, la crisis, mercancías dialécticas de una iglesia institución, en vías de extinción que perdió el norte hace mucho, y la audiencia y el crédito que arrastraba de la noche de los siglos. ¡Maldición argentina de los españoles! La Lucia Caram, la jueza Servini y la Viuda Negra, vaya trio, vaya tropa que se tienen metido entre ceja y ceja el traernos –de contrabando- su rebelión mestiza dos siglos despuésa la península. No consiguieron hacer desaparecer a España del mapa, y ahora parece que quieren convertirla en otra Argentina con sus escraches y sus miserias y su arrogancia y su acento irredento y su odio racial anti-español, propio o de prestado –como es el caso a menudo de los descendientes de emigrantes europeos (no hispanos) y no digamos de los no europeos (…)-, y también con ese problema de reconciliación que arrastran entre argentinos, que se reconcilien primero entre ellos, con su ejército que dio la cara –y el callo (y la sangre)- en las Malvinas, antes de venir a predicar el ajuste de cuentas de una época y de una guerra civil entre españoles que ellos no vivieron ni sufrieron, ni por asomo. La monja de las llagas de nuestro tiempo, amiga y protegida o lo parece del papa Pancho, como le llaman los argentinos. Como una enviada/apostólica en España (y en Cataluña) Todos los visos apuntan a eso en su entrevista desde luego, culpabilizando del Ébola a todo bicho viviente, a todos menos a “sus” misioneros, sobre todo al primero de los dos infectados, por el que nos vinieron todos los males pidiendo a voz en grito que se lo trajeran a España como fuera, que no era además un misionero cualquiera, como aquí ya lo tengo señalado. Calamitas calamitatis esta monja cojonera como ella misma se define (a mí que me registren) que se equivocó de siglo en que vive y de país también, y sin duda de continente (…)
Y mientras escribo estas líneas, aparece la otra estrella en la pantalla, la del marido de la enfermera infectada y hoy ya fuera de peligro y dada (prácticamente) de alta Deo gratias! Tan desafiante y bravucón –y derrochando vulgaridad y desparpajo a espuertas- como en el programa anterior (de La mañana) permitiéndose amenazar en directo a una cargo público. ¿Estamos aquí o en Flandes? Es muy duro el estar presenciando y registrando esta emisión que debe ser un atípica muestra de televisión basura de la que llevo tanto oyendo hablar y que sin duda por vivir fuera desconocía olímpicamente, mi palabra. Pero a fe mía que es insufrible. Todo una pura manipulación grosera y falacias una detrás de otra. El consejero de Sanidad no acuso –y mucho menos insultó o falto el respeto- a su esposa. Lo más que cabe conceder es que se limitó a defenderse lo que también era su derecho, puesto en la picota como se veía en los medios. Máxime que no se ha visto desmentido hasta ahora –con pruebas fehacientes me refiero (bien al contrario)- en lo que dijo. El perro. Aparte de mí este cáliz. En Bélgica apartamos el muerto de antiguo-desde siglos- los españoles de un pueblo que no gusta de animales. A mucha honra. Otra cosa seria si arrastrásemos el sambenito de no querer –o no proteger lo suficiente- a nuestros propios hijos (pequeños), otros pueblos s arrastran esa imagen en cambio (y no doy nombres). Y la locutora la arregla con su piropo a la monja incendiaria diciendo que roba corcones. Y la guinda del pastel de este programa que me estoy siguiendo en directo viene a serlo –faltaría- la Operación Púnica. Tengo la cabeza como un bombo sobre el tema desde hace día, da base de nombres de políticos, y de titulares que aclaran poco a parte de dejar bien claro la identidad –y los cargos (y las filiaciones)- de los ahora puesto en la picota (en la justicia y en los medios) Contratos irregulares y mordidas, esos parece que son sustancialmente los cargos de los que los acusan. Lo de Contrato irregular me suena un poco a cantinelas de los medios, así sin más precisiones. También a mi me crucificaron los medio bregas hace veinte años por falsificación de documentos. No falsifiqué nada –lo dije y lo mantengo aunque me cayera otra vez el mundo encima- me limité a no sentirme obligado a la obligación exorbitante y desproporcionada –e injusta- en mi caso de mencionar en un documento oficial –con vistas al prestar juramento ante un tribunal para poder ejercer en Bélgica como abogado- en una pena ya cumplida en otro pis buscando a evitar en linchamiento que de aquella mención se seguiría automáticamente en los medios, como así acabaría ocurriendo. Con lo que quiero decir que como soy gato escaldado no me dejo intimidar por los medios y que les cuesta mucho más trabajo por consiguiente el convencerme a mí que a otros ciudadanos. La mordida. La mordida es una institución de la democracia, y lo digo con un poco más de consiento de causa que muchos españoles que me da el llevar ya tantos años por cima de los Pirineos.
Yo lo que veo es una neurosis que hace estrago en España por razones propias a nuestro pasado reciente y sin duda también a nuestra propia idiosincrasia. Un botón de muestra que agarro al vuelo como quien dice mientras ultimo esa entrada. En Francia la semana pasada se produjo una metedura de pata sangrienta –“bavure” le llaman los franceses- en una manifestación de tipo o de tendencia verde/ecologista en el Midi, región de Toulouse –por un proyecto jugado nocivo al medio ambiente (una gran presa en la cuenca del Garona)- - que se vio saldada por la muerte de un joven manifestante (de extrema izquierda) por disparos de las fuerzas de orden. La vida sigue en Francia tras la nueva manifestación de protesta de hoy –unas ochocientas persona- con un saldo de tres heridos (leves), que habrá merecido escuetas menciones en la prensa belga francófona y puesto a que mucho más escuetas todavía en la prensa francesa. Se imagina aquí mis lectores la que hubieran liado si el muerto lo hubiera sido en España. Ya abrimos tenido a no dudar un salto al congreso consumado esta vez como no lo consiguieron en cuatro años de campañas de agitación callejera. Lo que tenemos es un problema typical spanish los españoles. Un problema de neurosis colectiva –azuzada y fomentada por los medios, por instigación (primerísima) de la prensa global- no solo en materia de corrupción sino también en materia de paro de desahucios de hipotecas etcétera) que viene del déficit de falta de serenidad y de paz ciudadana y de garantías de salvaguarda del Orden Público que arrastra la res publica en España desde los tiempos de la transición política, como lo arrastra aunque en mucha menor modo y medida el resto de Europa desde el siglo antepasado surcado de primaveras (sangrientas) de los pueblos. Y aquí ya desconecto que ha sido para mí un prueba penosa en extremo esta entrada mientras me mantenía en conexión directa con ese programa de tele basura o de lo que sea. Y lo hice por atención a mis lectores y sobre todo por un deber ineludible de patriotismo, tal y como yo lo entiendo, porque me interesa y me duela mucho más el estado de la salud pública de mi patria y los escándalos en tono suya que desfigura su imagen de puertas afuera que el acusar con el dedo. La parábola de Salomón, en versión moderna y actual. Y parece mentira que algunos tan cristianos y tan católicos y tan evangélicos no capten –al vuelo- la actualidad de esa parábola (bíblica y evangélica)
domingo, noviembre 02, 2014
LUCIA CARAM, ¡VÍSTETE DE MUJER, Y LUEGO LLORAS!
LUCIA CARAM, ¡VÍSTETE DE MUJER, Y LUEGO LLORAS!
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