Teniente General Jaime Milán del Bosch. Fue defensor del Alcázar de Toledo y voluntario en la División Azul,donde alcanzó a ser condecorado con la Cruz de Hierro. Me lo encontré por primera vez de niño -su nombre y su foto quiero decir- en mis lecturas infantiles de la guerra civil española. Fue el auténtico chivo expiatorio del 23-F. Actuó en nombre del Rey y le obedeció de inmediato, retirando las tropas de las calles valencianas y de sus principales edificios publicos -Ayuntamiento, Gobierno Civil, Gobierno Militar y Jefatura Superior de Policía, que tuvo encañonados (...)-, pero sólo se entregó a sus subordinados a altas horas de la madrugadaEl Ateneo fue teatro ayer de un acto de claro signo separatista salpicado de incidentes a cargo de los que intentaron (legítimamente) perturbarlo, que me levantan no poco la moral lo confieso aunque no consiguieron suspender el acto. El Ateneo es una especie de sarcófago de historia muerta española de los siglos XIX y XX, asociado en el recuerdo a figuras tan nefastas como Azaña o el catalán Pi y Margall. Lo salvó de desaparecer el franquismo cuando debía haberlo cerrado, por esa bobaliconería que se apoderó de la clase dirigente e intelectual del régimen anterior a partir de un momento dado de la posguerra –hacia el final de la segunda guerra mundial- incluso en sus figuras de lealtad más acrisolada a la Victoria en la guerra civil, como Juan Aparicio, fuera de toda sospecha. Un fenómeno que se pondría flagrantemente de manifiesto en los últimos años del régimen, en lo que se da en llamar en un expresión umbraliana (afortunada) el tardo/franquismo (groso modo a partir de finales de la década de los cincuenta)
Responsable de la biblioteca del Ateneo lo fue Pío Moa en los inicios de su trayectoria de escritor, como me lo hizo notar un profesor de la Universidad Libre de Bruselas, que había frecuentado el lugar durante su estancia en Madrid con fines de investigación, sin duda como tantos universitarios europeos de paso por Madrid estas últimas décadas que lo tenían como un templo o santuario de progresismo y de bien pensancia y antifranquismo (como se daba en el caso que aquí evoco sin duda alguna) ¿Qué va ocurrir el próximo domingo en Barcelona y en Cataluña? La pregunta del millón. El tribunal constitucional acaba de suspender la consulta y también todos los actos preparatorios de la misma.
Ruido de tanques de nuevo. En la foto, carros de combate discurriendo por las calles de la capital valenciana la tarde del 23-F. Pertenecían al regimiento de caballería ligera acorazada "Lusitania" n° 8, al mando del teniente general Jaime Milán del Bosch, entonces capitán general de la III Región Militar. Fue la misma unidad que se ve ahora teatro de ejercicios (urgentes) de adiestramiento a cargo de efectivos de policía militar de Zaragoza pertenecientes a la misma Brigada y en el marco de una misión hipotética "de apoyo y colaboracion con fuerzas y cuerpos de seguridad del estado", consistentes en el aprendizaje de como arrestar gente y esposarles, y del control de masas (de manifestantes) A buen entendedor pocas palabras sobran. A cuatro días del 9/N en CataluñaLa pelota pues, en el campo del gobierno y de las autoridades responsables. Permitirán que el simulacro de consulta salga adelante por embrionario, rudimentario o defectuoso que se muestre, con las graves repercusiones que se seguirían en el plano internacional aunque solo fuera? Anda por ahí corriendo una serpiente de mar que lleva por nombre “régimen del 78”, con toda la cargazón de desafío que la formula encierra sin lugar a dudas. Por régimen del 78 entienden algunos ingenuos la constitución del 78 y por vía de consecuencia, el estado de las autonomías. No estoy de acuerdo con esa visión piadosa, se trata, más que de una fórmula precisa, de un talismán o de una fórmula talismánica repleta del veneno de la ambigüedad y de ambivalencia. El régimen del 78 es en el fondo la monarquía a no dudar para los autores y mentores de la formula y también lo es todo lo que aquella arrastra de legalidad constitucional y de legalidad y ordenamiento institucional de derecho público anterior a la constitución del 78 y por lo tanto emanada en línea directa de régimen anterior, surgido de la guerra civil (y de la Victoria)
“De la ley a la ley”, así fue. No hubo ruptura, que es lo que es lo que esa fórmula insidiosa está propiciando y preconizando (de nuevo) ahora, al socaire de la crisis, del descontento ciudadano, de la agitación callejera rampante desde hace tres años y sobre todo del desafío institucional de singo separatista en Cataluña. Algunos calificaron con mayor o menor tino de operación “de barrenado a distancia” a la transición. Con lo que admiten implícitamente que hubo un control y una supervisión de lo alto. Y precisamente porque no hubo ruptura se agitó tanto el espectro de la involución en aquellos años ya lejanos. La involución es un reivindicación hoy prácticamente huérfana de seguidores.
Pero si queremos evitar el salto en el vacío de un ruptura/democrática como la que están más o menos subrepticiamente propiciando ciertos sectores -con la abierta complicidad de otros de singo opuesto- no hay otra salida más que una involución más o menos inteligente en el sentido de un desmantelamiento (bajo control) del estado de las autonomías, responsable en gran parte de la crisis en la que nos vemos sumidos y sobre todo del callejón sin salida en el que nos encontramos de cara a la situación en vías de deterioro acelerado en Cataluña. La ultima encuesta del CIS consagra el estrellato (ascendente) de Podemos y de su joven líder en la política española como el primer partido en intenciones de votos.
Emblema del regimiento Lusitania n°8, acuartelado en la base General Almirante, en la localidad de Marines, provincia de Valencia, a los pies de Sierra Calderona y a unos cuarenta kilómetros de la capital valenciana"El régimen del 78" es –secreto a voces- cabeza de turco preferida del partido de Pablo Iglesias. Y si hay algo que está claro en ese partido emergente lo son también sus silencios calculados y sus posiciones (calculadamente) equívocas y ambiguas en los temas en ascuas de la actualidad política española más candente a comenzar por el de Cataluña. Sus panegiristas (beatos) dicen que Pablo Iglesias tiene la palabra patria en la boca en permanencia, la verdad es que no se le oye y se le oirá mucho menos –lo afirmo y apuesto por mi cuenta y riesgo- si se concretara una situación insurreccional de signo separatista como la que algunos están cocinándose para el próximo domingo nueve de noviembre en Cataluña.
El separatismo fue compañero inseparable de la causa republicana en España tanto en la Primera como en la Segunda República. Un dato irrebatible que no creo que nadie pueda negar ni siquiera los neófitos conversos neo republicanos que pululan en la política española –en sus márgenes que me diga- desde la eclosión del 15-M hace ahora tres años. Un dato histórico insoslayable e innegable, ya digo, que no creo que me pueda negar ni siquiera alguien como Ricardo Sáenz de Ynestrillas, que tiene devotos a lo que se ve as o menos secretos o callados hoy de todas las edades (hasta octogenarios y nonagenarios por lo que veo), desde que levanto la bandera republicana (tricolor) en los sectores llamados patriotas las semanas que precedieron al eclosión del 15-M.
La republica no salvaría Cataluña para España, es de ciegos e ilusos el pensarlo. Y la efemérides que sacarán sin duda a relucir leyéndome algunos, en contradicción con lo que aquí afirmo -la revolución de octubre del 34-, no tiene validez ninguna en la medida que no fue la republica la que salvó entonces la situación sino los sectores derechistas o monarquizantes que llevaban las riendas del gobierno y del orden público durante el bienio negro (como los verdaderos republicanos lo llamarían) (…)
Ynestrillas se puso a enarbolar en las semanas que imediatamente precedieron a la eclosión del 15-M -como si estuviera al tanto de lo que se cocinaba- la bandera (tricolor) del (neo) republicanismo en los sectores llamados patriotas. Un contradiós y un disparate histórico e ideológico. El separatismo fue compañero inseparable de la causa republicana en la historia de España tanto en la Primera como en la Segunda República. ¿Y el fracaso de la intentona en Barcelona durante la revolucion de octubre del 34 (dira aquí alguno)?: gracias a las derechas monarquizantes del bienio negro. Y en la misma línea aquél y sus seguidores esgrimen sin duda hoy la formula (falaz y venenosa) tan cara a los de Podemos, de "regimen del 78", léase la Monarquia del Movimiento Nacional (en la mente de los que la acuñaron) Víctimas -ellos también- de la superstición joseantonianaLas noticias se apelotonan entretanto, señal de que los acontecimientos se precipitan y que los nubarrones se acumulan a toda prisa en el horizonte (cercano) Y así, mientras escribo estas líneas, me llega una información vía internet de ejercicios (urgentes) de instrucción y adestramiento a cargo de efectivos de la policía militar llegados expresamente de Zaragoza en el regimiento de Infantería Ligera Acorazado Lusitania n° 8, acuartelado en la base General Almirante enclavada en la localidad de Marines, provincia de Valencia, a los pies de Sierra Calderona y a unos cuarenta kilómetros de la capital valenciana.
Un regimiento que no es un regimiento cualquiera en la medida que participa en la operación de paz de Naciones Unidas en el Líbano donde tiene destacados doscientos boinas azules encargados de garantizar la seguridad de la línea divisoria –o línea azul (artificial o imaginaria)- entre Israel y el Líbano, y que desde hace dos meses vienen efectuando patrullas en la Base Cervantes situada en la localidad libanesa de Maryajoun. Y es también en la medida que es una unidad que arrastra un pasado un tanto estruendoso por tratarse nota bene del regimiento (sublevado) que al mando del teniente general Milán del Bosch ocupó las calles valencianas durante la tentativa de golpe de estado del 23-F, hace veinte y tres años.
Magnífica foto de Milán del Bosch en sus últimos días. Me hace pensar (no sé por bien por qué) al "Caballero, la Muerte y el Diablo", del Durero alemán, y a "Tempestades de acero" de Ernst Junger, que combatió en la Segunda Guerra Mundial (en el mismo bando de Milán) Genio y figura, mi generalLos objetivos de los ejercicios de adestramiento a lo que aquí hago alusión conforme a la información que aquí estoy manejando –en la que se habrían visto envueltos doscientos militares de aquel regimiento- era los de vigilancia y protección (sic) de determinados puntos del territorio nacional, y los de apoyo y colaboración (sic) con las fuerzas de seguridad del estado. Y habrían consistido en prácticas de aprendizaje con vistas sustancialmente a “enseñar a arrestar a gente, esposarles, y controlar masas (de manifestantes)” (…) A buen entendedor pocas palabras sobran, a cuatro días de la fecha fatídica del 9/N (…)
¿Cortina de humo o anticipo o repetición general de lo que se avecina por la calles de Barcelona? Los pueblos que no aprenden de la historia están condenados a repetirla y si un escenario de enfrentamiento –del grado o del nivel que fuese- llegara producirse en Cataluña los próximos días es de esperar que los encargados de garantizar el orden y la integridad territorial de la nación –a todos los niveles y escalones de la cadena de mando- eviten escrupulosamente los errores que se cometieron hace ahora veinte y tres años en torno al palacio de las Cortes (hoy Congreso de los Diputados) Si así lo hacen –como reza la vieja fórmula castrense que tantos escuchamos en nuestra jura de bandera- que el dios de las batallas se lo premie, y si no, se lo demande
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