miércoles, agosto 06, 2014

ÉBOLA "CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO"

Los Cuerpos Francos (Freikorps) fueron una reacción en sectores importantes de la sociedad alemana y de su estamento castrense contra lo que calificaban la epidemia de peste bolchevique que se propagó por toda Alemania tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial (en noviembre del 18) Como un eco de la critica ani-cristiana del romanticismo aleman -del que Nietzsche fue sin duda el más destacado de los epígonos- que veían una epidemia de "peste espiritual" en la propagación del cristianismo primitivo
Con la iglesia hemos topado querido Sancho. El misionero contagiado del virus de Ébola en el Liberia ha desatado una tormenta sin precedentes como sin duda no él mismo no se imagina con el anuncio (a pedido propio)- de su repatriación, las próximas horas si todo transcurre como previsto. La compasión es contagiosa, escribió Nietzsche en el Anti-Cristo y a riesgo de parecer cínico por demás creo que es el epitafio que deberían poner sobre su tumba, sobreviva o no al trance (tremendo) por el que atraviesa, lo que de todo corazón le deseo. De todo corazón, ya digo, pero no al precio de poner (ni un ápice) en riesgo la vida y la salud y el bien común y el interés supremo incluso de la nación en juego a todas luces en este asunto.

“La solución es sencilla, personal totalmente aislado, con trates especiales, e incineración de los propios trajes utilizados”, leo en uno de los comentarios en la red, de alguien resueltamente favorable a la repatriación del misionero, lleno de perplejidad y estupor y sin atreverme a pensar ni un instante de lo que pueda suceder en caso de que las previsiones más agoreras (de su repatriación) se acaben confirmando.

Los Estados Unidos han dado el ejemplo nos dicen ¿Y por qué tenemos que ser nosotros los primeros en secundarles y no Inglaterra, por ejemplo, su fiel aliado, que acaba de cerrar sus fronteras a viajeros procedentes de las zonas afectadas? ¿Un nuevo caso Molokai tan absurdo y tan patético y de tanto morbo (que todo hay que decir) como aquel –que nos vendieron a los españoles en la década de los cincuenta- con la diferencia que el religioso belga no puso en peligro la salud de nadie sano a su alrededor como ahora podría ocurrir aquí?

"Chin chin, para las misiones", chin-chin" para las misiones", chin-chin "para las misiones” gritábamos inflamados de celo apostólico de niños, de alumnos de un colegio de curas donde nos mandaban por calles, y transportes públicos –el día del Domund- a recaudar fondos con aquellas huchas en loza pintada, de negritos de chinitos y de moritos (aunque de estos muchos menos la verdad sea dicha)
"La compasión cristiana es contagiosa. Y malgasta energias por lo desproporcionado del quantum de la causa, la muerte del Nazareno" Uno de los aforismos de Nietzsche que le valieron su puesta en el indice y su condena por el tribunal de Nuremberg en calidad de autor intelectual (e instigador) del holacausto/judio. Nietzsche tenía razón. La compasión con el religioso español contagiado (en el caso que nos ocupa) no puede llevarnos a poner en serio peligro la salud publica. Aunque nos lo manden desde Washington (o desde la Nunciatura)

La misión, las misiones, de una manera u otra se ven ahora puestas en entredicho en este caso tan patético como lo fueron ya hace unos quince años con ocasión del genocidio de Ruanda donde salieron a relucir una serie de misioneros europeos -españoles (ay dolor!) en su mayoría- acusados o puestos en la picota de los medios nacionales y extranjeros por presunta complicidad a favor del bando hutu y del régimen en el poder hasta entonces en Ruanda, niños mimados del pontífice entonces reinante Juan Pablo II venerado en aquel país como no lo fue tal vez en ningún otro país del mundo, y para quien a todas luces aquella antigua colonia belga era un faro de luz de su pastoral urbi et orbe (tan jaleada en los medios entonces)

A mi manera fui misionero (integrista) en Argentina, y lo asumo y no lo oculto ni me arrepiento, pero me aprendí la lección y su moraleja. Una empresa de alto riesgo en el plano personal que hay que saber asumir, y que en el caso del que esto escribe estuvo a punto de costarme la vida. Lo conté al final y puedo decir que me puse en peligro tal vez temerariamente (en nombre de un ideal) pero que no puso en peligro a nadie más que a mí, eso es verdad también. El ideal misionero católico como el de los pioneros protestantes comportaba y sigue comportando sus riesgos, y lo ilustra inmejorablemente el dilema moral sin respuesta hoy como ayer, de sacrificarse a si mismo llegado el caso o consentir al sacrificio del prójimo, algo a lo que Nietzsche aportó innegablemente un principio de solución con su moral de hombres libres y moral de esclavos.
Albert Camus como su nombre (y su fisonomia) indican, era de ascendencia española por la rama paterna, como muchos pied-noirs sobre todo en la zona de Orán que fue mucho tiempo española. Había simpatizado con los rojos españoles -en particular con los anarquistas- durante la guerra civil. Su libro que reinterpretó él mismo a toro pasado como "una historia de la lucha europea contra el fascismo" ("la peste brune" como en Francia dicen) tenia de telón de fondo epidemias (menores) de peste bubónica que se dieron sucesivamene en Argel (1944) y en Orán (1945) Y el caracterizar de "peste" a los nazifascimos fue un avatar de la guerra de propaganda durante la II Guerra Mundial, efecto del mimetismo que se dieron entre totalitarismos de signo opuesto, y en respuesta a la propaganda nazi fascista contra "la peste bolchevique", y en menor grado de intensidad contra "la peste judeo/cristiana"
¿Debe sacrificarse (hasta el final) el misionero español infectado, por solidaridad con los ya infectados allí y sin posibilidad de repatriación (al contrario que él) ninguna, o simplemente para no poner en peligro la salud publica entre sus propios compatriotas? Una repuesta (urgente) que compete no solamente a la iglesia y a la orden a la que pertenece el misionero contagiado sino también al Poder público y a los que se tiene directamente arrogadas las competencias en materia de Higiene y de Sanidad ciudadanas. Las horas pasan no obstante después del anuncio hecho esta mañana y el silencio se hace atronador por momentos, tanto de los responsables eclesiásticos como de los responsables ministeriales, y otros no menos significativos, como el de ciertos comentaristas siempre prestos y solícitos a defender a la iglesia atacada (y siempre/víctima) a la vista de los comentarios casi unánimes que viene lloviendo en internet y en las redes sociales –en aluvión- las últimos horas.

Un hito histórico al rescate del profundo dilema que plantea el caso (trágico) que aquí estamos abordando. Y me refiero al papa Juan XXII –de los tiempos de los papas de Aviñón- de papa más discutido en la historia (oficial) de la iglesia, hasta el punto que cierta historiografía eclesiástica le considero anti-papa o papa hereje (o sospechoso de herejía), y que curiosamente combatió a los franciscanos “espirituales” e hizo frente sin abandonar el palacio de los papas de la ciudad provenzal las epidemias que asolaron el Sur de franci durante su pontificado, que celebraba audiencias entre el fuego de las antorchas destinadas a purificar el aire de la pestilencia.
Il Medico della Peste, personaje arquetípico de la Comedia dell'Arte italiana. La epidemia de Ébola y el caso del religioso español contagiado que está encendiendo la red las horas que corren y ha desatado una alarma social sin precedentes, sacude hasta en sus recovecos más recónditos la memoria colectiva que debe inspirarnos una respuesta prudente y eficaz a la vez, exenta de moralina. "La compasión cristiana es contagiosa" -escribió Nietzsche en el Anti-Cristo-, el epitafio que se merece el religioso contagiado, sobreviva o no al trance que atraviesa
Y su ejemplo puede hacerse extensivo al de la Iglesia del Orden que en los tiempos antiguos supo siempre hacer frente a la epidemia optando por el bien común y por la salud sin escatimar en medios de profilaxis (individuales como colectivos) y de prevención por expeditivos que fueran. A buen entendedor pocas palabra sobran de lo que aquí decir intento. Y para que se me pueda acusar de irme por las ramas o por el túnel del tiempo y de la historia, concluiré diciendo que me parece evidente la solución del dilema que el religioso contagiado planea, y que espero que por muchas y muy fuertes que sean las presiones de origen político -transatlánticas- o eclesiásticas (o vaticanas), el gobierno español o el ministerio correspondiente no acaba optando por la irresponsabilidad (tan tremenda) de repatriarle.

Y si les parece una inhumanidad a sus familiares –que quieren repatriar por lo que se ve otras religiosas, igualmente contagiadas también (...)- y a sus superiores eclesiásticos, que le pidan que le acoja al papa franciscano (jesuita) -en casa, en el Vaticano (...)- que besa los pies de musulmanas, y que predica que los pueblos de Europa tienen que acoger toda la miseria del planeta. Que empiece pues practicando con el ejemplo, con el misionero español contaminado. Compasión contigiosa (...)

4 comentarios:

julio sanz dijo...

Si la entrega del"religioso" era tan generosa, no debería haber solicitado repatriación a España, sabiendo que ello supondría un riesgo para la salud de sus compatriotas...y en cierto modo un agravio comparativo para aquellas otras personas que siendo de nacionalidad española y si fueran contagiadas por ebola... no fueran repatriadas.
Por último, no parece muy ético ---aunque sea muy humano-- pedir ser
trasladado a España y dejando a su "suerte" los enfermos de ebola del país al cual él parece dedicar su filantropia...
...Supongo...también que el Gobierno español es consciente de que si esa enfermedad es realmente tan mortífera.. su gesto de repatriar al "religioso" puede ser calificado de temerario e irresponsable... a no ser que esa enfermedad sea menos peligrosa de lo que parece...
...Y si es tan mortfera como dicen...¿qué pasa con los inmigrantes ilegales...en pateras...o incluso viajando en avión?

Juan Fernandez Krohn dijo...

Muy pertinente todo lo que dices, Julio y las preguntas que te haces, como se las estan hacienda tantos.

Un detalle que estan cuidadosamente escondiendo los medios españoles en este asunto es el de la personalidad auténtica de este misionero, y es que parece tratarse de una figura de gran importancia en el seno de la iglesia española, como lo muestra la foto que habra mostrado a la prensa uno de sus hermanos (Feliciano)

Fue publicada hace unas horas por "Noticias de Alava" y acaba de ser retirada de la red, quedan no obstante aun rastros de ella en el buscador Google (si buscas, por ejemplo, "Miguel Pajares, Noticias de Alava")

En ella se le ve -en el centro de la foto- asistiendo a un encuentro entre Juan Pablo II y Escriva de Balaguer (...)

A buen entendedor pocas palabras bastan. Saludos cordiales

Juan Fernandez Krohn dijo...

Depués de mandar el ensaje descubrí el enlace que sigue colgado en la red (creo) con la fuente original, donde se recoge la foto que menciono, del misionero entre San Karol y San José Maria (¡que raro suena!)

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/08/06/actualidad/1407347744_054260.html

Anónimo dijo...

http://forodespaa.creatuforo.com/viewtopic.php?p=2101#2101