sábado, agosto 30, 2014

¿VIOLENCIA MACHISTA O INVASIÓN SILENCIOSA?

Hiltler y Eva Braun eran ambos católicos bautizados. Vivieron maritalmente muchos años sin estar casados, y sólo se unieron en matrimonio (ario) al final, justo antes de suicidarse juntos. Eva Braun, o la imgen peremne de la emancipación innegable de la mujer alemana bajo el III Reich, y el nacional/socialismo
Otro de los culebrones veraniegos es el que ofrecen a los medios las cifras (estivales) de la llamada violencia de género. Entiéndaseme bien, no digo que el tema (preocupante) sea reducible a un culebrón periodístico, pero sí que se presta a ello mucho más que otros temas o asunto o problemáticas que gravitan sobre la actualidad de la España de hoy, en su día a día. Las cifras que han sigo divulgadas por los organismo competentes con el mayor destaque en los medios estos últimos días son desde luego de motivo de preocupación e invitan (urgentemente) a la vez a una interpretación lo más exacta y profundo del fenómeno subyacente.

De noche todos los gatos son pardos, y en la noches calientes (un decir) de la violencia conyugal (o de pareja) –de un signo o de otro, ya sea de día o de noche- es difícil de ver claro, tanto en mujeres como en hombres. Como lo ilustra noticias que habrán acaparado la atención y las primeras planas de los medios estos últimos días que parecen contradecir o invalidar el mensaje como una consigna que están difundiendo invariablemente en el tema los (grandes) fabricantes de opinión entre españoles.

Los mil cuatrocientos casos (1400) ahora destapados en la prensa inglesa de violaciones o abusos sexuales de menores (del sexo femenino) desde 1996 en un populosa ciudad del Norte de Inglaterra -a cargar por una inmensa mayoría de ellos en la cuenta de la comunidad pakistaní en el Reino Unido- es el tipo de noticias que de génesis difícil y laboriosa y que solo salen a la luz a costa de acabar destapando a la vez el tremendo absceso (cancerígeno) –de sangre y de pus- que las mantenía escondidas del vulgo y del conjunto to de la opinión pública.
Casamiento ario -por lo civil- de Joseph Goebbels y Magda Quandt, divorciada y de confesión protestante, el 19 de diciembre de 1932. Al lado de Goebbels, el hijo del primera matrimonio de Magda, Harald. Detrás, de testigo de la ceremonia, Adolfo Hitler que recibiría a seguir una advertencia (admonitio) canónica. Goebbels en cambio -catolico bautizado- fue excomulgado "latae sentiae" por su casamiento con una protestante, y como tal excluído de la iglesia (...)
Las víctimas y los servicios competentes –no aprende la lectura noticia- acababan optando por la resignación y el silencio, por miedo a ser tildados de racistas. A buen entendedor pocas palabras sobran. Otra noticia que habrá conmocionado no poco la opinión pública española que viene a sembrar no pocas dosis de confusión e incertidumbre frente al mensaje político (y moralmente) correcto que nos transmiten sin pausa ni descanso los medios en ese tema, lo es el caso de la supuesta violación colectiva de Málaga, que pareció transportar por un momento a toda la sociedad española a otros tiempos, y otras latitudes (de otros valores de civilización, otras confesiones, otras culturas) ¿Agua de borrajas al final? Todo parece apuntarlo tras la sentencia judicial sobre el caso.

Y la polvareda de polémica y de escándalo levantada a continuación sobre el tema por las declaraciones del alcalde de Valladolid –por el eco (favorable o desfavorable) que habrán tenido sus palabras digamos desenvueltas-, no vienen más que a confirmar y a poner de manifiesto lo dividida que se encuentra la opinión pública en el tema, en una línea divisoria que escapa a menudo a las fronteras o demarcaciones ideológicas tradicionales de izquierdas y derechas. Y en la últimas horas como queriendo contradecir o desmentir la interpretación oficial u oficiosa de las cifras (de ese tipo de violencia) se habrn sucedido tres casos de violencia de género a la inversa, léase de homicidios de víctimas varones a manos de sus parejas (…)

La pregunta del millón, que nadie se hace (por lo que sea) y a la que los medios evitan por lo general el dar respuesta ¿Cuantos no nativos entre los maltratadores? Por ahí deberían empezar no obstante, muchas encuestas y estudios y diagnósticos sobre el fenómeno que nos ocupa.

"La Kermesse heroica", un film taquillero de los años treinta, por cuenta de la Leyenda Negra anti-española. Obsérvese un monje como ese en medio de la imgen, que en ciertas escenas que surcan fugaces (como cuervos negros) ese film en blanco y negro, se "travisten" en feroces violadores. Y la mismas palabras acusadoras -de "machismo" o de "machista"- arrastran idéntica carga histórica y memorística beligerante, se quiera reconocer o no se quiera. Como le dija hace ya muchos años a Rosa Montero en una conferencia (anti-machista) que dio en Bruselas, "macho y machismo" son palabras españolas que se declinan peyorativamente en todas las lenguas del planeta. A buen entendedor pocas palabras sobran. ¿Más machistas nosotros que los pueblos musulmanes, o los judíos, o pueblos de otras culturas?
“Si vas con mujeres, no te olvides el látigo” Ese era uno de los aforismos más escandalosos (o transgresores) que se atribuyó a Nietzsche, de una de sus obras de aforismos (o epigramas) moralizantes. Y sin sentirnos en absoluto ligados por una especie de juramento de asentimiento interno por mucho que apreciemos o por mucho que nos haya inspirado la obra del filósofo del Superhombre y del Eterno Retorno, pienso no obstante que es rendir justicia a su figura y a su obra y sus escritos examinados en conjunto o por separado, el interpretarlos en perspectiva histórica y concretamente a la luz de la historia del nacionalsocialismo y del III Reich del que pasa por ser uno de los mentores ideológicos (con razón o sin ella)

Y por ahí nos adentramos en un tema rodeado hasta hoy de espesos tabúes y lo es del de la emancipación de la mujer alemana, o si se prefiere el de los niveles de emancipación que había alcanzado en vísperas del advenimiento del nacionalsocialismo y que conservaría indiscutiblemente bajo el III Reich. Como lo ilustra entre otros hitos legislativos más o menos insoslayables la ley alemana (del 35) de interrupción de embarazo, que habré evocado aquí ya a menudo en la polémica interminable por cuenta del aborto (y derivados) El divorcio estaba permitido y en el plano de las relaciones hombre mujer reinó siempre durante la experiencia nazi una atmósfera de gran libertad, como lo ilustran los ejemplos de sus líderes. Eva Braun convivió maritalmente con Hitler sin estar casados hasta el suicidio de ambos –católicos bautizados los dos- precedido del casamiento en la Cancillería, escasas horas antes del fin.
"Una mujer en Berlín (Eine Frau in Berlin)" es el testimonio autobiografico -publicado incialmente bajo anonimato- de una mujer joven alemana, Martha Hillers, de las violaciones en masa y de las atrocidades cometidas en territorio alemán y en Berlín por el Ejército Rojo. Contra unas mujeres alemanas que los soviéticos debieron juzgar (mínimamente) emancipadas y por ende tan reponsables y culpables como los varones alemanes (...)
El ministro de Propaganda, el doctor Goebbels, igualmente católico bautizado, celebró un matrimonio ario con su mujer, Magda, futura madre de sus cinco hijos, que se encontraba divorciada de un matrimonio anterior y del que tenía un hijo. El gran mentís histórico no obstante de la presunta situación de opresión de la mujer bajo el III Reich en el cliché que perpetuaría hasta hoy el pensamiento único políticamente correcto lo ofrece el final de la guerra y la entrada en territorio alemán del ejército rojo, que procedería a violaciones en masa de mujeres alemanas en masa juzgadas tan culpables –y por ende tan responsables- como los varones alemanes, que viene desterrando en la memoria toda una literatura -redactada sustancialmente por plumas femeninas- del tipo revisionista.

Y no sólo la historia absuelve a la mujer alemana bajo el III Reich, sino también la historiografía, porque caso de haberse dado –todos estarán de acuerdo- hubiera sido un tema ideal de guerra de propaganda el de los maltratadores de mujeres nazis, tras el 45. Si los hubiera habido en cantidad e importancia significativa por mínima que fuera. De lo que cabe concluir que más allá de ciertos textos la obra de conjunto de Nietzsche y el espíritu que la inspiraba y que trasmitiría a generaciones sucesivas obró en favor de la emancipación de la mujer (alemana)

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