sábado, agosto 02, 2014

CONFLICTO DE GAZA Y DERROTA ESPAÑOLA EN EL 45

Instantánea filmada de los momentos que inmediatamente precedieron al atentado mortal contra Annuar el Saddat (6 de octubre del 81), siete meses antes de mi gesto de Fátima, aun impresionado (lo confieso) por aquel suceso. Un magnicidio contra un jefe de estado al que sus asesinos acusaban de alta traición por su firma de los acuerdos de Camp David con el estado hebreo. Y contribuyó sin duda a mi confusión una propaganda subliminal pro/palestina y anti-israelí, hegémonica en España durante décadas de posguerra, de resultas en gran parte de la ausencia de relaciones entre España y el estado hebreo. Una secuela más de nuestra derrota en el 45 nunca asumida del todo, que nos impedía a los españoles ver de frente ciertas realidades insoslayables -como la existencia del Estado de Israel- surgidas del desenlace de la Segunda Guerra Mundial y de la derrota de los nazi fascismos, nuestros aliados fieles durante la guerra civil española
Mis amigos y camaradas de la España en Marcha acaban de comenzar –como me temía (¡ay dolor!)- una nueva campaña pro/palestina por cuenta del (infinitésimo) reencenderse del conflicto árabe-israelí, en la franja de Gaza. La claridad vale oro en política. Tanto o más que ese sexto sentido del instante (oportuno) que nos hace optar en un momento dado por un cambio (in extremis) de táctica o de estrategia –o de alianzas (…) - o nos pone en el brete de tener que firmar (dolorosamente) un compromiso. Y si hay algun servicio que (desde aquí) les puedo hacer yo a ellos es el disentimiento claro y franco y leal sin el menor tapujo (como lo tengo cumplido en alguna ocasión anteriormente)

Conflicto árabe-israelí, ¡aparte de mi es cáliz! Nunca llegué a comprenderlo ni me entró del todo, desde los tiempos ya lejanos de la guerra de los seis/días que coincidieron con mis primeros tiempos en la universidad, cuando los que venían perdiendo desde el 45 en la política española (e internacional) volvieron a perder una vez más, y cuando el ambiente en los medios que yo frecuentaba entonces era netamente favorable a los palestinos. Fui después pro–israelí por cuenta de los falangistas libaneses y su alianza de circunstancia con el estado hebreo que este rompería unilateralmente con ocasión de la primera guerra del Golfo cuando retiró la cobertura aérea que brindaba hasta entonces a la Fuerzas Libanesas, la principal milicia del campo cristiano maronita (anti-sirio y anti-palestino), lo que sellaría la derrota de estos últimos.

A partir de ahí –lo confieso- perdí el norte en ese zona del planeta y solo volví a recuperarlo con el estallido (no se puede decir de otra forma) de las primaveras árabes, de la forma laboriosa, traumática y dolorosa que aquí ya tengo explicado en un sinfín de artículos en este blog y en el anterior de Periodista Digital (hoy ya cerrado) Israel fue fautor de inestabilidad y de revolución entonces, tanto tal vez, ni menos ni más que otros países árabes, en concreto la monarquías de petro dólares (y de derecho divino) del Golfo, en particular el emirato de Catar y la Arabia Saudita.

Y ya de antes, el papel israelí es desde luego innegable en la emergencia de movimientos islamistas radicales en todos los países de la región como el medio más eficaz sin duda de neutralizar y de contrarrestar la presión de algunos de los países circundantes –como Siria o Egipto- y sus regímenes de nacionalismo árabe de corte nasseriano con lo que el estado judío arrastraban un largo contencioso de antiguo surcado de episodios bélicos.
Final del ramadán en la franja de Gaza. La guerra como medio de vida. Una cárcel de oro como algunos la denominan, donde nadie trabaja -salvo para reconstruir (y vuelta a empezar) lo destruido- y todos viven (relativamente bien) de la guerra, léase de la ayuda humanitaria internacional, entre muertos y entre bombas y ruinas. ¿Tierra prometida -preferida por Dios- o cáncer del mundo o infierno en la tierra esa zona del planeta? ¡Lástima que el Afrikan Korps no alcanzara sus objetivos, y hubiese podido implantar y extender hasta allí la civilización europea!
Hamas fue una criatura de Israel en su origen -como lo denunció en su momento el senador norteamericano Ron Paul-, mero instrumento del estado hebreo a la hora de deshacerse de sus enemigos jurados de la OLP y de Al Fatah, omnipresentes y todopoderosos hasta la irrupción de Hamas en la franja de Gaza. Con la primavera árabes, la guerra de la OTAN en Libia, y la actualmente en curso en Siria, cambiaron entretanto las tornas en la región y a nivel de las relaciones internacionales incluso, entre las grandes potencias del planeta, estarán de acuerdo conmigo mis amigos y camaradas de la España en Marcha.

Como lo ilustra el conflicto en curso en la franja de Gaza, y sirva de botón de muestra el silencio cargado de sobreentendidos de los países antaño siempre en primera línea del frente contra Israel, y me refiero a Siria y a Egipto. Sobre todo a este último que tiene fronteras con la zona en litigio, donde desembocan los túneles por donde viene ahora el escandalo (y la guerra) y que se viene limitando a servir de correveidile (a regañadientes) de las esfuerzos diplomáticos de la secretaria de Estado y su titular, presente en la región, estos últimos días.

Los islamistas de Hamas eran los principales ahijados de la cofradía de Hermanos Musulmanes a la que el actual régimen militar en vigor en el país del Nilo habrá declarado una guerra sin cuartel desde su llegada al poder hace ahora un año. Lo que explica la indiferencia con la que el nuevo poder en Egipto acoge ahora la evolución de la situación en Gaza, en donde habrán encontrado refugio no poco islamistas perseguidos tras el golpe de estado que derroco al presidente islamista, principal aliado de Hamas hasta entonces. ¿Más papistas que el papa? ¿Más anti-israelíes que dos de sus principales vecinos, de tanto peso en el mundo árabe? Y es que la algarabía anti-israelí montada en un sector mayoritario de la prensa española y de la mayor parte de los países europeos, viene a acentuar más si cabe en la que los islamistas de Hamas y su estrategia actual de escalada se encuentran en el plano internacional.

Apenas el turco Erdogan –en la cuerda floja en su propio país- y un país tan impresentable en la escena internacional como Catar osan dar la cara en la escena internacional por ellos. Y por supuesto, un sector considerable de los medios, en España sobre todo. Como lo ilustra el caso (infeliz) de la corresponsal del Mundo a la que sin duda por residir fuera no tengo el gusto, Por lo sintomático sin duda, y por lo representativo, de todas unas jóvenes hornadas de enviados especiales españoles en zonas de conflicto, mujeres sobre todo, en el Oriente Próximo que brillaron por su mordiente periodística y a la vez por su sectarismo por-árabe innegable, pro/islamista que me diga, unas y otras. Desde la eclosión de las primaveras árabes de las que fueron grandes propagandistas entre la opinión pública española.
Imagen reciente de Yolanda Alvárez, la enviada especial de TVE en Gaza que acaba de ser acusada por los israelíes de ser militante del movimiento islamista Hamas. Desgraciadamente la pasión española (o andalusi) siempre en ascuas en el mundo musulman -y elevada a la enésima potencia en los movimientos islamistas- pareja a la ingenuidad y a la desmemoria historica de muchos jovenes españoles, y sobre todo españolas, hacen alimentar aprensiones, hasta llevar a pensar que ese tipo de acusaciones puedan no estar (completamente) infundadas
¿Una historia de amor hispano/árabe la eclosión del movimiento de los indignados y del 15-M tras el estallido de las primaveras aquellas? ¿A favor de la glo-ba-li-za-ción, y en particular de una de sus manifestaciones más llamativas tal vez las últimas décadas, a saber la generalización del turismo joven hasta los confines del planeta? ¿Jóvenes –chicos y chicas- españoles (bobaliconamente) encandilados por un mundo árabe en plena efervescencia islamista no hace mucho todavía, y por culpa de una memoria (artificialmente) reconstruida del Andalus en vigor hoy por hoy en la enseñanza española?

No creo en las meigas pero hay las. Y cosa de año y medio antes de aquello publiqué en mi blog de Periodista Digital un artículo sobre el Yemen que sería uno de los focos de erupción primeros y principales de aquellos acontecimientos –por cuenta de testimonios de jóvenes turistas españoles (y sobre todo españolas) en aquel país de mil/y/una/noches (según ellos lo veían)-, que me pusieron ya la mosca detrás de la oreja. Y es que de verdad que no veo qué sea más ultrajante y más afrentoso a un sentimiento elemental de patriotismo entre españoles, si el proverbial desprecio judío hacia nosotros (cargado sin duda de razones y de pretextos históricos) o la pasión española (que me diga andalusí) que hierve de antiguo en todo el mundo musulmán y que se traduce en una voluntad de re-conquista en todos los planos y en todos los ámbitos semánticos del concepto.

Un sueño (abrasador) de reconquista del Al- Andalus, de posesión de sus mujeres (nota bene) y de conversión de sus habitantes. Y no sé si lo mas insufrible aun –a un observador (español) mínimamente de cerca del fenómeno- lo sea esa pasión tan estrafalaria y tan anacrónica y tan obscena en sí, o la ingenuidad desprevenida que los españoles por regla general observan ante el fenómeno (u observaban hasta no hace mucho por lo menos) Y me viene todo ello a la mente –como a borbotones- sin poderlo evitar ahora con el caso de la joven periodista española convertida en vocero de los islamistas que deben ver en ella una presa (en potencia) de sus sueños de (re) conquista y un fata morgana (oriental) de sus fantasmas erótico/andalusíes más que otra cosa. Al pan y al vino, y los fantasmas al descubierto.

¿Niños víctimas sobre todo de lo que está ocurriendo en Gaza? “Se cambian niños por cabras en esas culturas, y cuanto más si hay dinero y casa nueva” (...) Es lo que acabo de leer en un comentario en la red sobre el tema, que no sé sabe si llama más la atención por lo cínico o por lo certero del diagnóstico (...) Y el fanatismo islamista del que muchos habitantes de la franja se ven infundidos en lo sucesivo tampoco ayuda mucho a proteger la infancia en peligro si se piensa en las declaraciones de la mujer de un dirigente de Hamas, que los niños de Gaza están ya todos perfectamente convencidos y mentalizados que pueden verse de un momento a otros sacrificados por la causa que defienden. Punto.
La Nueva Pax Mediterránea que soñaban Rommel y el Afrikan Krops hubiera extendido la civilización europea hasta esa "tierra prometida" (preferida por el dios de los cristianos, de los árabes y de los judíos) convertida en la posguerra -si no lo había sido ya siempre- en el cáncer del mundo, en un nuevo infierno en la tierra. Desgraciadamente, Franco les dio arteramente la puñalada por la espalda permitiendo el paso a través del Marruecos español de las fuerzas de desembarco de Eisenhower(...)
Escudos humanos, no, y me insurjo ahora tan resueltamente contra ellos como me insurgí tratando de temas de memoria histórica sobre la guerra civil española, de la víspera del asalto a Badajoz, por ejemplo (…) Pero hay un argumento que domina a los demás en esta carta abierta que me permito a mis amigos y camaradas de la España en marcha y que les vi esgrimir hace poco, y que me sirvió de lección (nobleza obliga) Dura lex sed lex. La ley de la Memoria Histórica por más que nos disguste y cause repulsa y afrenta goza, como todas las demás leyes en vigor de fuerza vinculante hoy por hoy en España y también –¡ay dolor!- de puertas afuera. Lo que nos obliga a un replanteamiento de nuestra estrategia y nuestras tácticas y formas de lucha a la hora de combatirla de la forma más eficaz hasta conseguir su abrogación y que desaparezca de una vez por todas.

Dura lex sed lex. En el plano de la política nacional, como también en el de las relaciones internacionales. E Israel es un estado oficialmente reconocido –dentro de sus fronteras- en el concierto internacional de las naciones. Parece una simple evidencia o una perogrullada así a primera vista pero no lo es en modo alguno. Y es que se me antoja que la raíz última tal vez de la beligerancia anti-israelí de algunos sectores españoles –no hablo de sionismo ni siquiera de antis-semitismos revisionistas o como sean-, en particular en los medios azules” y asimilados, estribe en la negación de una evidencia histórica, que vengo sacando a relucir en este blog desde yace ya algun tiempo. Y es de la derrota española en el 45, junto con el bando de los nazi fascismos vencidos y juzgados y condenados en el tribunal de Nuremberg.

Y una forma obligada de asumir aquella derrota sin renunciar a nada lo sea sin duda el reconocimiento sin reservas del estado de Israel, y de la aceptación del hecho histórico que representó la creación del mismo (en el 48), una de las consecuencias mayores del desenlace de la segunda guerra mundial y de la derrota de los países del Eje, fieles aliados de la España nacional durante la guerra civil española. A buen entendedor pocas palabras sobran (…) ¡Viva la Victoria!



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