domingo, agosto 03, 2014

Oda al Viento del Norte (poesía en domingo)

¿Paz y concordia en la vida
de los hombres y en la mía?

¡Juegos de espejos, disfraces
de la guerra y la ruptura!

Pan nuestro el de cada día
que nos hizo libres, fuertes
en la larga travesía,
que nos emancipó (¡ay dolor!)
y nos catapultó en el desierto
en medio del paisaje lunar
-¡sonámbulos de nuestro tiempo!-,
soñando de ojos abiertos
Y más solos que la Una (….)

Por detrás de los barrotes
o a la intemperie en la noche
tierra y cielos entre medias
¿”Wonderful life”? No sé ¡La mía!
Y no la cambié y no la cambio
y asumo hoy como entonces
cuando caí en estas tierras
¡Todo tan nuevo, tan raro!
Sin rumbo fijo (entre nubes)
sin la menor puerta abierta
ni acceso ¿Hacia dónde? ¿Y qué
si al final me pude quedar?
¿Por qué no me echaron de aquí?
No lo supe y hoy ya lo sé:
que acerté a ciegas sin saber,
sin más guía que el Destino,
el sitio que debí escoger.
Por eso le cogí el gusto
al viento Norte, vacío,
a su llamada “¡ven, Juan, ven!”
paseándo sólo entre dunas
sin más ruido que el lamento
del crac de las gaviotas
que me invitaban (sin prisas)
a hundirme en la eternidad
a descansar (¡ya de una vez!)
bajo el manto de estas tierras
o en lo profundo de un mar
que me traía ecos de ayer,
de un pasado anterior también

¡Orgullosamente solo
Conmigo y con mi Memoria!
¡Mi única compañía!

Y ahora vuelvo la vista atrás
(¿vivo aún o me hice sal?)
y hacen de corazón mis tripas
riéndome de mí mismo,
lo que entonces no sabía
Que aprendí sólo a reír
cuando me cansé de llorar
por dentro o a fueras…y a solas,
de gemir y lamerme también
mis penas y mis heridas,
y por eso ahora me río
(de noche) ¿Estás loco, Juan?
(me sopla al oído el duende
suave en la noche/blanca)
Presa de un furor extraño:
del recuerdo de un viejo/amor,
de la Visión de Espanto
y del momento fatal aquél
que viví y no caí de un tris
(¡porque no podía caer!)

Y lo pongo aquí todo en verso
y le pongo una letra nueva
a la canción en neerlandés
de entonces cuando aquí llegué

Para así poder renacer
y seguir viviendo ¡Siempre en pie!


No te vi, no te esperaba
¿Te escondiste, dónde estabas?
Cuando apareciste ante mí
Como si fueras distinta,
distinta de la de ayer

Y va a ser eso, sí eso es
Que me miro yo en tu espejo
Como tú te miras en mí
Y tu te ves como tu quieres,
Pero yo no me acierto, ya ves.

¡Un espejo de mil lunas
Eso es lo que tú eres!
Yo en cambio, no, ya lo ves.
Te miras en mí y aciertas:
eso le dicen mis ojos
a los tuyos (¿verdes, beis?)

Y esa nube negra, oscura
Que se forma sin yo la ver
mientras te escribo estos versos,
de puro amor, por ti y para ti
querría fundirla en ti, mujer

(Antes de hacerla estallar -¡pardiez!-
contra esos intrusos, intrusas
que irrumpen de pronto en el café
-cubiertos de negros presagios-,
en un río de acrimonia y hiel
Contra un fantoche con coleta
y doce discípu-las ¡Payés!)

Por tí me retengo, mi amor
¡Pero que sea la última vez!

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