lunes, diciembre 07, 2015

GUERRA SUCIA EN SIRIA (Y TURQUÍA)

Ataque hace unas horas de la coalición aliada –USA, Francia Gran Bretaña- a un campo del ejército sirio, con un saldo de tres muertos, trece heridos y vehículos blindados y de transporte. El incidente se produce dos semanas después del derribo de un avión ruso por la fuerza aérea turca tras lo que cabe ver la voluntad (fanática) del primer mandatario turco de extender y de occidentalizar el conflicto, lo que amenaza con envolver directamente a España en las hostilidades –como ya ocurrió en Libia- por nuestra pertenencia a la OTAN y la presencia de tropas españoles –equipadas de una batería de misiles anti-aéreos (Patriot)- en un área de la geografía turca cercana a la zonas fronterizas con Siria envueltas en el conflicto. ¿Al rescate el ejército español –heredero (nominalmente al menos) de la España imperial que venció en Lepanto- de los sueños otomanos del actual mandatario turco?
Guerra sucia –marca USA- en Siria y en la frontera turca. No menos sucia de la que reprocharon los medios y la inteligencia de izquierdas a los militares argentinos en la década de los setenta. El gobierno de Damasco habrá reaccionado de inmediato ante el ataque (pretendidamente colateral) de la coalición aliada –USA, Francia y Gran Bretaña- contra un campamento militar del ejército sirio situado a proximidad de posiciones del Estado Islámico (EI), denunciando un acto flagrante de agresión y pidiendo una convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Guerra aérea, guerra sucia, guerra hipócrita.

Los medios de la prensa global vienen agobiándonos las últimas semanas con el (pretendido) doble rasero de la intervención rusa en Siria que privilegiaría los ataques contra los grupos (pretendidamente) moderados anti-Assad financiados y apoyados –más o menos abiertamente- por los Estados Unidos y otras potencias occidentales y también por las petro/monarquías del Golfo (Frente Islámico, Frente Al Nusra, elogiado en su momento por el ministro francés de Exteriores, el socialista Laurent Fabius) en detrimento de la intervención que todos juzgan prioritaria contra el Estado Islámico y sus prácticas de terrorismo salvaje y sus ataques en países occidentales.

Obras son amores y no buenas razones. Lo cierto es que la intervención rusa que dura ya dos meses habrá contenido de forma clara la expansión del EI en territorio sirio, haciéndoles retroceder –con la ayuda indispensable de las fuerzas terrestres de las tropas del régimen sirio (y sus aliados iraníes)- lo que habrá puesto a aquellos a la defensiva en lo sucesivo. Ahora en cambio, tras la aprobación l semana pasada en la Cámara de los Comunes británica de una resolución a favor de la intervención británica en Siria contra el EI, ese ataque “aliado” contra un campamento sirio que se nos presenta como colateral viene a revestir todos los visos de una provocación calculada –como el derribo del avión ruso por la fuerza aérea turca hace unos días- y de daño colateral perfectamente planificado.

En la justificación del acto de agresión de algunos comentarios sobre el tema en la red se subraya la proximidad –situadas a una distancia de dos kilómetros a penas- de la las posiciones del ejército sirio víctimas del ataque y la del Estado Islámico, lo que se habrá silenciado cuidadosamente en los medios en cambio es el detalle todo menos trivial de tratarse de un campamento asediado por el Estado Islámico desde hace meses y que otro campamento en situación similar que acabo cayendo anteriormente en manos de los islamistas, todos sus sobrevivientes fueron salvajemente degollados. Viejo fantasma el del degollamiento (islámico) que despierta fatalmente espectros dormidos en la memoria colectiva de los españoles desde la noche de los tiempos y de los inicios mismos de la (larga) historia de la Reconquista.

¿Ataque colateral involuntario como lo acaba de declarar en Washington un portavoz de la Casa Blanca, y como nos lo están vendiendo los medios en las últimas horas? Todo lleva a pensar por el contrario que tanto Barak Obama como David Cameron estén intentando ahorra sacarse esa espina que llevan clavada desde el desenlace o el fiasco del desenlace mas bien, hace ahora dos año,s de la crisis de las armas químicas que estuvo a punto de llevar al mundo a una conflagración generalizada, cuando la Casa Blanca en la persona de su presidente afro americano (y criptomusulmán) se echaron atrás en el último minuto de sus planes de ataque –a base de misiles cataclísmicos- contra Damasco. Justo después de que el premier británico hubiera se viera visto infligido un desaire en la Cámara de los Comunes con sus planes belicistas en Siria, en apoyo de los Estados Unidos.

Y así, la votación de la semana pasada en el parlamento británico habrá sido unánimemente interpretada en los medios de la prensa global como el desquite del primer británico, en lo que el régimen sirio no puede dejar de interpretar de otra forma más que como un signo infalible que la amenaza británica sigue cerniéndose (mayormente) sobre ellos, léase sobre el régimen de Assad y no en contra el Estado Islámico.

¿Y España en todo esto? En un análisis lucido y pertinente en extremo que se vierte en una reciente toma de posición de una formación de la tendencia “patriota” se denuncia el acto de provocación flagrante que tradujo el derribo del avión ruso, y se alerta contra los designios de expansión imperialista del actual régimen islamista -o en vías de islamización creciente- en Turquía que ve a odas luces en Siria una zona de influencia, como también nota bene en los Balcanes dentro del territorio europeo, y contra el peligro -en dicho contexto- que España miembro de la OTAN y que mantiene en la actualidad tropas y misiles antiaéreos en Turquía en una zona cercana a las zonas teatro del conflicto sirio pueda verse envuelta en el mismo, a merced como nos encontraos del poder de incitativa que le conceden los artículos cuatro y cinco de la organización atlántica al gobierno turco a la hora de recurrir y exigir –sintiéndose atacados- a la intervención de los países miembros de la alianza.

España llevó a cabo la gran misión histórica de contener decisivamente los planes expansionistas del Imperio otomano por la batalla de Lepanto, donde la monarquía francesa al contrario brillaría por su ausencia. No deberíamos pues darnos directamente por aludidos ahora acaso con los designios que destapa cada vez más claros –paralelos con unos rasgos de autócrata (oriental) innegables- el actual mandatario turco de reconstituir del Imperio Otomano? ¿O será mucho pedir al tancredismo acreditado –en tantos terrenos- de nuestros actuales gobernantes?

1 comentario:

Anónimo dijo...

ver www.uraniaenberlin.com

por paradojico que parezca, yo, que tengo convicciones ns y cristianas estoy de acuerdo con lo que opina este blog cuyo autor es un simpatizante prosovietico pero inteligente