lunes, diciembre 28, 2015

Mi Elegía Navideña (poesía en domingo)

¿El Olvido y el Perdón
al cabo de la Tragedia
o no más que guerra y muerte
al antojo de la Diosa?

¡Más peligrosa la misión
en tierra enemiga, “extranjera”,
de paz, de reconciliación
tras ”ochenta años de guerra”!

Como el viejo film aquél
(Hollywood años cincuenta)
de vuelta a un pasado en ascuas
entre la omertá y la honra

De mil silencios espesos
y de un héroe de epopeya
fiel al amigo muerto (y fiel)
en las trampas de la historia

Como el héroe “maldito” aquél
de un Imperio en decadencia
de vuelta a la tierra madre
¡Vieja India portuguesa!

que le vio nacer (y crecer),
a la hora del ocaso (¡qué odisea!),
tras las huellas -entre llamas-
de una pobre madre indefensa

O mi viaje (estival) aquél
desarmado (sin escolta)
con un niño de la mano
por caminos de derrota

cruzando el río del Tiempo
sin billete de ida y vuelta
(que al final todo salió bien
al cabo de la tormenta)

¡Infancia nuestra sagrada
entre Memoria y Promesa
que nos salva y nos redime!
(que otros piensen lo que quieran)

Del olvido y de la infamia,
del oprobio y la deshonra,
salvando a los míos también
(de mi sangre o los de mi órbita)

Rescatándolos de un tris
de la noche y la sospecha,
del callejón sin salida
o del reyno de las sombras

No escarmientas, no aprendes, Juan
(me sopla el duende) ¡Poeta
soñador impenitente!
¿Visionario o (falso) profeta?

¡Profecía u oración qué importa,
esta elegía navideña!

Surgiste de nuevo ¡oh sorpresa!
cuando menos lo creía
rauda hacia mí como flecha
y ese beso dulce de miel
de tu boca ávida (ansiosa)

y el mundo se hizo de luces
y te vi aún más hermosa
tú y yo en el centro a la vez
yo, tu esclavo, tú mi diosa

¿Qué tienes, quién eres, princesa
que me haces tanto soñar,
que tanto me desconciertas,
un día distante (y “jefa”)

otro día inocente y niña
espabilada, despierta,
como abriéndote a la vida
que te tienta, que te inquieta,
que ves reflejada en mi
más de lo que te piensas?

Qué reto el tuyo mujer (¡fiera!)
de los de órdago a la grande
o lo tomas o lo dejas
al borde de la decisión,
desde escogerte por las buenas
sin parar en mientes más,
en barreras, en sospechas,

de largame a la aventura
con mis quimeras a cuestas
quemando barcos por ti
¡odalisca mía, reina!

Cruzando mares en sueños,
en tus brazos (¡niña experta!)
trepando cumbres, volando
entre nubes, entre crestas

presto a zarpar, a partir,
a una nueva singladura
contigo lejos, amor,
al alba de una Nueva Vida

¿Por qué me besaste así
tan de improviso, tan presta
que se hizo la luz en mi alma
en la noche navideña?

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