jueves, diciembre 03, 2015

"CANTOS DE AMOR Y DE GUERRA CIVIL" (MI ÚLTIMO LIBRO)

Anuncio a los lectores de mi blog la aparicion de mi nuevo libro, selección de poemas, "Cantos de Amor y de Guerra Civil"
Este poemario que aquí presento es una selección de los poemas que vengo colgando semanalmente en mi blog desde hace cinco años y con mayores intervalos, desde enero de 1996 cuando empecé a escribir poesía en verso, hasta entonces me había limitado al lirismo en prosa. Es una poesía de corte romántico o neorromántico, lo asumo, con dos venas de inspiración predominantes, a saber, la vena heroica de connotación ideológica e históricamente evocadora, y en paralelo, otra vena sentimental y erótica, que es lo que vienen a traducir esos antónimos de amor y de guerra. No niego influencias por supuesto, pero no sería capaz de reconocerlas de forma explícita, salvo en versos aislados. Con una excepcion notable no obstante, los poetas de la Falange que Umbral rehabilitó no poco, y de ellos, uno en particular, Federico de Urutia, exponente insólito de poesía heroica en la historia de la poesía española contemporánea y sumido durante décadas en el más completo de los ostracismos. He leído muy poco de poesía contemporánea en lengua española, lo confieso, y asumo en cambio una banda sonora por llamarla así, remontandose a mediados de los años sesenta que fueron los de mi adolescencia cuando se despertó en mí la sensibilidad musical, en mí como en tantos otros. Con un apartado especial digno de mención también y lo son las marchas y los himnos del Frente de Juventudes al que propiamente no pertenecí, pero que bañaron la infancia de sucesivas generaciones de españoles. Y otro apartado digno de mención también, el de la formación litúrgica -en la liturgia tradicional y en el canto gregoriano- que me fue impartida y que practiqué asiduamente durante algunos años en una fase anterior –de muy joven- de mi trayectoria. La selección que aquí ofrezco responde a preferencias personales y también a criterios cronológicos que privilegian mi producción más reciente –de preferencia a la versificación libre de una primera fase de mi producción poética-, en la que creo acusar un dominio progresivo del metro y de la rima, y en particular de la rima asonante y del verso octosílabo que habrá sido calificado de “respiración natural de nuestro idioma”

(de la Sinopsis de la obra que figura en la solapa de la portada de esta primera edición)

Y a continuación, recojo aquí el prólogo del poemario, de la pluma de mi viejo amigo José María de Montells, escritor y poeta


LA POESÍA TRASTERRADA

Conocía yo dos obras en prosa de mi amigo Juan Fernández Krohn (una prosa elegante, combativa y hermosa) cuando leí por vez primera algunos de los poemas que conforman estos Cantos, tan personales y únicos que, en honor a la verdad, alteraron mi ánimo de tal manera que no supe identificarlos como una poesía adscrita a alguna de las tendencias imperantes.

Eran, son, mejor dicho, unos poemas, distintos, muy suyos, nacidos del dolor y del amor a partes iguales. Una poesía intensa y profunda, inaudita y también misteriosa. Yo siempre he mantenido que la poesía, toda poesía es una puerta que abrimos al misterio.

Los Cantos de Amor y Guerra de Juan Fernández Krohn van dedicados a Federico de Urrutia, un poeta olvidado y oculto, también ocultado, sin duda, por su ideología falangista. Urrutia fue un poeta entero y cabal que dejó una obra apasionada, casi mística, por veces enigmática.

Como en Urrutia, en la obra que nos ocupa, hay ráfagas de una luz cegadora y tinieblas umbrosas. Una pasión que devora al poeta y sabe transmitir al lector con talento y generosidad. Amor humano, arrebatado, místico y espiritual.

No se puede entender la poesía de Krohn, creo yo, sin referirse a su azaroso periplo vital. Sacerdote de verdad, en su ardorosa mocedad acometió un acto testimonial contra el Papa de Roma en Fátima. Digo testimonial, porque si bien mostró una bayoneta, me da a mí que no había intención de cometer un atentado en toda regla. Había, eso sí, la preocupación por una Iglesia católica que se descatolizaba, ya en aquella época. Luego vino lo de Ali Agca y aún para el más lerdo, las diferencias son definitivas.

El gesto de Krohn tuvo una gran repercusión mediática en nuestro país e internacionalmente. Aquello le ha dejado señalado de por vida. Estuvo en la cárcel, se casó, tuvo un hijo, siguió denunciando en los blogs de la red las traiciones e injusticias de este mundo, a sabiendas que le traería graves consecuencias y tuvo además que desterrarse, porque nadie comprendió su sacrificio.

Ahora vive en Bruselas, en la grisura de aquellas tierras que fueron españolas y él sigue españoleando con valentía y perseverancia. Y eso, todo eso conforma una poesía trasterrada, que no deja por ello, de ser rabiosamente española, patriótica y vigorosa. Con la ventaja añadida de no seguir las modas poéticas de la literatura actual, lo que le otorga una perspectiva que no tenemos los demás.

La lírica de Juan, me recuerda la poesía de Ezra Pound, un incendiario que trató de quemar el mundo con sus versos (otro gran incomprendido) a quien Krohn dedica uno de su Cantos más verosímiles y completos

Una poesía fragmentaria que, unida forma un cántico grandioso al amor y a la historia. Porque la guerra a la que se refiere el título es historia en la carne de nuestros compatriotas de ahora, aunque no lo sepan. Todos somos hijos de aquella guerra civil de nuestros padres que fue una formidable explosión de amor y odio. Ese odio que creíamos desparecido y que ahora vemos resurgir en lo que se ha venido llamando partidos emergentes.

Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla. Los versos de Juan son un antídoto contra el alzheimer colectivo que nos aqueja, contra el desánimo, contra la estulticia. Tienen o me lo parecen, un gran poder sanador. Hay que leerle, releerle y volver a leerle. Me lo agradecerán vivamente.

José María de Montells


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