domingo, diciembre 13, 2015

Gran Farsa de la Vida (poesía en domingo)

Poesía pura sin mezcla
de banda sonora o música,
sin otra música en cambio
que la de mi alma y mi rima

la que vierto en estos versos
en la noche inhóspita y fría
mientras fuera ruge el viento
de la calumnia y la insidia

que no me afectó (o muy poco)
a fuerza de lucha y porfía
contra mil espectros (¡qué engorro!)
luchando a ciegas y a oscuras

Y de la niebla y lo oscuro
de una situación confusa
surgiste irguiéndote sola
tú ¡oh musa de mis musas!

proyectándote en el cielo
de la escena -y de la intriga-
de este trance (¡ay!) tan crítico
que debí afrontar (con tu ayuda)

en la cuerda del trapecio
entre el honor y la insidia
entre el amor/de/sí y de ti
entre la noche y el día

entre velada y aurora
entre musas y sibilas
y entre oráculo (y misterio)
y luces de profecía

entre duendes y fantasmas
entre mafias y entre brujas
y entre cien vírgenes locas
o prudentes ¡todas juntas!

En ese baile de máscaras
como una noche sin luna,
como cuando la Peste Negra
o como en la ruleta rusa

donde me juego el futuro,
donde se adentró mi vida
para no salir ya de allí
que a la hora de la vencida

a la de tres, o a la de diez,
poco importa ¡vida mía!
Que aprendí a esperar sentado
al cabo de mil desdichas

Que la vida me aplicó
una amarga medicina
y me enseñó a andar a gatas
en lo oscuro y en la bruma

Y a ver en la Noche mi amor
(En la Gran Farsa de la Vida)


¿Desarmado e indefenso al fin
cual sonrisa adolescente
el hechizo de las rubias
en peleas y en cuitas de hombres?


No obstante sigo creyendo
en tu encanto desarmante
y en las ansias de amor tierno
de tu corazón amante

que bulle y hierve por dentro
tras el disfraz desconcertante
de una figura de cera
sin pasiones que nos hablen

que insinúen o digan algo
o enciendan alma ardientes
y así lo creí hasta que al fin
caí en mí ¡bella durmiente!

Cuando me miraste por fin
y pronunciaste mi nombre
y te dejaste (al fin!) besar
(venciendo mil precauciones)

Como si llevaras siglos
de espera, de amar por siempre
por una feliz promesa
de virgen sabia y prudente

(o como si así lo fueras,
virgen si no en la mente)

Fiel a tu alma y a tu instinto
hasta el fin, hasta la muerte,
hilando e hilando la rueca
como la bella Penélope

Como si me conocieses de antes
como si me reconocieses
como si me llevaras grabado
de idea seminal (¡qué fuerte!)

como si tanta y tan larga espera
se esfumase de repente,
fundiéndose en un abrazo
futuro, pasado y presente

Como si la rutina diaria
de tu vida (o lo parece)
diese paso a lo imprevisto,
a lo mágico, de golpe

Lo más auténtico y veraz,
lo más real (o eso dicen)
en el filo del instante,
de cara a la Nada (virgen)

bordeando la Tragedia
a cada paso, a cada instante,
¡hermana fiel del Amor!
(¡con tal de amarte y tenerte!)

Entre la Vida y la Muerte

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