martes, julio 21, 2015

LA MERKEL Y LA NIÑA PALESTINA

Foto publicada en la edición del País de hoy. Militante de un grupo de extrema derecha italiano hace el saludo brazo en alto (nazi fascista) al paso de un autocar conduciendo refugiados –llegados de Libia o de Siria- hasta sus lugares de acogida por cuenta del alcalde de aquella localidad, una escena que se habrá reproducido los últimos dias en muchos otro puntos de la peninsula. ¿Un laboratorio a punto de explotar, la sociedad italiana? Aviso a los aprendices de brujo (entre ellos el papa argentino)
Lo sucedido con la niña palestina que reaccionó echándose a llorar tras las palabras de Ángela Merkel con la que conversó unos instantes en una aparición oficial de la canciller alemana, hace pensar en la foto de la niña de Basora. No sé si algunos aquí se acuerdan todavía de aquella foto de agit prop (guerra de propaganda) en la que se veía a una niña iraquí ya cadáver en los brazos de su abuelo tras un bombardeo (eso decía el pie de foto) de la aviación norteamericana, y que le mereció a Umbral una de sus crónicas más lacrimógenas y demagogicas y oportunistas.

En la guerra en Libia (entre paréntesis), años después, en la que se produjeron de resultas de los bombardeos aliados un sinfín situaciones atroces como esa –y como las que se dan en todas las guerra- no se vieron en los medios de la prensa global que daba cobertura a la operación aliada fotos de guerra –o de guerra de la compasión y de la misericordia- como aquella, ni parecidas siquiera. En el despacho de la BBC Mundo (fuera de toda sospecha) donde leo ahora la noticia de incidente que evoco más arriba, se añade al final a modo de colofón, que Alemania recibirá este año mas de cuatrocientas mil demandas de asilo de refugiados (cuatrocientas mil), provenientes en su mayor parte –cabe suponer aunque la noticia n o lo dice- de piases en guerra del Oriente Medio, en particular de los que van huyendo de la guerra en Siria.

Una avalancha, un aluvión, que sin duda se percibe –en su gravedad, en el alcance previsible de sus efectos, mucho mejor de este lado (por cima) de los Pirineos. Fronteras de ciertos países europeos, como las de la República Checa o de Hungría se han convertido en permeables los últimos meses ante el aflujo de emigrantes –sin papeles, incontrolados- que consiguen filtrarse por las fronteras Este del espacio Schengen (de la UE), mayormente a través de países como Grecia o como Bulgaria. O desde Italia , sin ir mas lejos.

El diario el País en su edición de hoy publica la foto de un militante de un grupo italiano nacionalista (« de extrema derecha ») haciendo el saludo brazo en alto (« nazi/fascista ») al paso de un autocar transportando inmigrantes recién llegados a Italia por mar, en el éxodo que viene produciéndose en el Mediterráneo a partir sobre todo de las costas libias. Protestaban él y otros contra la decisión el alcalde de su localidad de acoger cotingentes de emigrantes por su cuenta, una situación que se como esta produciendo en tantos otros puntos de la península italiana las horas que corren.

Laboratorio peligroso la república italiana para ciertos aprendices de brujo –entre los cuales cabe contar (por propios méritos) al papa argentino- que están obrando y hablando demagógica e irresponsablemente en la crisis abierta en el Mediterráneo por el éxodo de refugiados. Italia es un país de vieja cultura y de tradición imperial además –remontándose al Imperio romano (y más cerca, al Renacimiento)- y esa invasión silenciosa cada vez mas ruidosa que los italianos están soportando hasta hora impotentes e impasibles, tiene sin duda sus límites o líneas rojas a no sobrepasar, e incidentes como los que se viene repitiendo podrán acabar rápidamente siendo la gota de agua que desborde el vaso de la paciencia colectiva, y haga saltar por los aires la caja de los truenos y los relámpagos, y despertando con ella fantasmas milenarios de su sueño de siglos.

Vivir juntos en armonía –« vivre ensemble » en francés- es sin duda un ideal perfectamente legítimo, pero mucho nos tememos que en el contexto de invasión silenciosa y de conflicto de culturas y civilizaciones que estamos viviendo, acabe revelándose un sueño piadoso y perfectamente irrealizable y como tal peligroso y contraproducente el seguir propugnándolo como si estuviesemos en el mjeor de los mundos, y proponiendolo de meta última y suprema de la sociedad y del orden institucional a su servicio.

Y de todos los focos en llamas generadores del éxodo –en dirección del Espacio Schengen- al que estamos asistiendo el principal sin ninguna duda lo es la guerra civil siria. De lo que me habrá servido –a pesar de la distancia geográfica- de observatorio ideal mi estancia en Bélgica, tierra de promisión de refugiados sirios, más tal vez que a mayor parte de países de la UE.

En los primeros tiempos tras el estallido de la guerra civil en aquel país del Oriente próximo –los primeros meses del 2011- las manifestaciones de jóvenes indignados sirios se sucedían a diario, a todas horas delante del edificio de la embajada siria en Bruselas, no lejos de mi domicilio, hasta que las relaciones fueron suspendidas y el edificio se vio desalojado por sus antiguos ocupantes –la representación diplomática oficial siria en Bélgica- y así sigue, sepulcralmente vacío desde entonces. La presencia de jóvenes indignados sirios refugiados en Siria se haría sentir no obstante, por su ubicuidad, en ciertos edificios públicos como la bibliotecas, por todas partes como el espíritu santo, y todavía mas presente y ubicuos y recelosos de los que no sentían próximos o de su propio bando, cuando la crisis siria alcanzó su clímax en septiembre del 2013 con motivo de la crisis de las armas químicas.

Recuerdo en particular uno de ellos, particularmente desconfiado, sentado en permanencia en una sala de ordenadores donde yo trabajaba entonces, siguiendo él la actualidad en Siria minuto a minuto por cadenas árabes (en l red) Fue todo uno, desinflarse Obama y desaparecer de la circulación como por arte de magia aquel indignado sirio que tenia siempre en torno a él a un grupo de inmigrantes musulmanes (como él por cierto) –argelinos o marroquíes- en Bélgica, a los que manejaba a su antojo (esa era al menos la impresion que daba)

Por todas partes ya digo -hasa aquel momento- aquel indgnado sirio por dentro y por fuera de los mostradores de atención a visitantes de aquel  centro hasta el punto que daba la impresión a venidos de fuera que el director del establecimiento  lo fuera él. ¡Pesadilla meu deus! Y siempre me pregunté después –no sin cierto espanto cada vez que me pongo a recordar- lo que hubiera sido, de ganarle el pulso aquel el mandatario afro/americano a Putín y al régimen de El Assad.

En vez de uno habríamos tenido que soportar en los mismos sitios de trabajo habituales un enjambre de centenas de refugiados sirios que en vez de volverse a su país habrían preferido más que seguro –por aquello sin duda de la biblia (canónica) que el que ha bebido beberá- quedarse en un países como Belgica o como España, blanco y objeto de fijación de la pasión colectiva -española y europea- que anida en las mentes y sensibilidades de los países musulmanes, para así acabar (a la larga) islamizándonos a todos.

¿Fantasma el mio? Digamos en mi descargo que es un fantasma que empiezan a compartir muchos en el conjunto de los países europeos, algo de lo que se quejaba el Huffington Post en un reciente articulo. Y es el fantasma de la Gran Sustitución –« grand remplacement » como lo llamó Dominique Venner, el escritor nacionalista francés que se suicidó en mayo del 2013 delante del alta mayor de Notre Dame en París, en protesta y señal de alarma por la invasión silenciosa.

En una evocación reciente de gran interés sobre la figura de Raimundo Lulio (o Lul), descubría Ernesto Milá (al que aquí ya cité en varias ocasiones) un hilo conductor primordalísimo en la vida del célebre mallorquín que se ve sistemáticamente silenciado en las biografías que circulan por su cuenta de antiguo, y lo es el de las Cruzadas que conocían entonces su epílogo con la toma de San Juan de Acre (1291), última posición que aún resistía en tierra/santa, y en particular el protagonismo en aquel momento histórico de la Orden del Temple que vivía precisamente entonces su crepúsculo, con la muerte (1314) -al cabo de un contencioso político e ideológico y religioso que se ve tantos siglos después aún envuelto en una nube espesa de misterios- del Gran Maestre de la Orden ejecutado por orden del rey de Francia Felipe el Hermoso, que se vería seguida justo después (1315) del fallecimiento de Raimundo Lulio en circunstancias nunca esclarecidas del todo hasta hoy.

Y es que de lo que se desprende del articulo (esclarecedor) de Ernesto Milá, la gran utopía que perseguía el célebre mallorquín no era la conversión de los musulmanes –como reza piadosamente la Vulgata que difunde la iglesia madre desde hace siglos-, sino la unificación de todas las órdenes militares en aras de un renacer del ideal de Cruzada. Una historia muy distinta , ya digo, de lo que nos enseñaron, y una imagen como al revés de la que teníamos de Raimundo Lulio, de un pacifista indignado barbudo y en harapos –con siglos de adelanto- enemigo y sepulturero del ideal caballeresco (y padre del catalán para mas inri)

Y el artículo de Milá se termina conla evocación de los maestros constructores de la catedral de Note Dame en París, que en señal de protesta por la muerte del Gran Maestre del Temple dejaron la catedral inacabada, la misma que sirvió de teatro de inmolación a Dominique Venner, de cara a una misma amenaza, resucitada como por arte de magia de la noche de los siglos. ¿La señora Merkel hizo llorar a una niña palestina? Con tal que no acabe teniendo que llorar por ella misma, por los suyos y por todos nosotros ! ¡Alto a la histeria anti-alemana en ciertos medios!

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