sábado, julio 04, 2015

CORONEL PAPADOPOULOS CONVIDADO DE PIEDRA DEL REFERÉNDUM GRIEGO

Georgios Papadopoulos, figura suprema del régimen de los coroneles griegos (1967-1973) Siempre me inspiró profundo respeto, aunque sólo fuera por lo mucho que le zahirió y atacó la indignación callejera en tiempos de mayo del 68. A mi gran sorpresa, en una reunión a la que asistí días pasados –que ya evoqué en este blog- de un grupo de eurodiputados en Bruselas, el asistente parlamentario -sentado enfrente mia- de uno de los eurodiputados griegos presente en la reunión  miembro de Amanecer Dorado-general del ejército para más señas-, desautorizó (y descalificó gravemente) delante de mí –y en presencia de testigos- la figura del coronel griego (tan difamada) ¿Opinión minoritaria o representativa de la línea oficial del partido? Como sea, parece contradecir la trayectoria del líder y fundador de Amanecer Dorado, Michaloliakos, de lo que consta públicamente de su biografía. De partidario de muy joven del régimen de de los coroneles y de compañero de cautiverio del propio Papadopoulos. Grecia, cuna de la civilización europea. Y paradigma supremo en materia de formas políticas. ¿Más griega la democracia que la dictadura? Tsipras lo piensa así. ¿También los de Amanecer Dorado? No puedo creérmelo y no me lo creo de forma alguna
Hace calor, mucho calor aquí en Bélgica mientras me dispongo a escribir esta entrada, ese calor, pegajoso ahogadizo –propio de países bajos (en el sentido etimológico del término, a nivel del mar y cercanos a él a la vez)- sin una brizna de aire que refresque aL final de la jornada la calorina agobiante de los días más calurosos del verano de otros sitios –mucho más que aquí-como si sucede en España , en Madrid y en muchas otras capitales españolas.

Y ese calor sofocante que me embarga en el omento que me pongo a escribir estas líneas se ve agravado por cierta lasitud que viene invadiéndome en las últimas horas siguiendo al minuto la actualidad más cadente como acostumbro, y en particular el discurrir de los acontecimientos en torno a la crisis en Grecia.

Da la impresión leyéndote que llevaras el mundo entero encima de tus hombros, me escribía en tono de amonestación paterna y afable el escritor Rafael Gambra en un intercambio de correspondencia que tuvimos viviendo yo ya aquí en Bélgica (a principios de los noventa) Y mucho me temo que llevara razón de parte a parte, entonces como ahora.

Digamos que soy así, no lo puedo remediar, ya de pequeño se hacían bocas en casa y en torno mío de lo a pecho que me tomaba todo, y si la madurez de la edad adulta viene a suavizar ardores y aprensiones de edades más tempranas, es cierto que la seriedad por las cosas seria no deja de acentuarse –en las personas serias me refiero- con el paso de los años, y mi afición –literaria e ideológica y filosófica a la vez- por Nietzsche de todos aquí conocida no lo arregla mucho a fe mía con aquel aforismo suyo que me plazco en repetir aquí a menudo, donde  el célebre filósofo confesaba (en cuarta persona)–con un sentimiento innegable de nostalgia y melancolía- “el habernos hecho  demasiados serios (sic) en las cosas del espíritu.

¿El espíritu en juego en Grecia –y en peligro- las horas que corren? Por cierto. Mucho más que la democracia. Por mucho que se desgañite Tsipras en proclamarla (y en endiosarla) Me he estado leyendo hoy también –con el mayor detalle- declaraciones de ayer mismo recogidas en la prensa italiana del portavoz de Amanecer Dorado, Ilías Kassidiaris que evoqué en mi entrada de ayer, haciéndome eco de la noticia (ya confirmada) de su puesta en libertad, y de los rumores que corrían de tratarse de una contrapartida a cambio de un voto a favor del no en el referéndum del domingo próximo.

Sutilezas bizantinas o no, el caso es que de la lectura de la entrevista parece claramente deducirse que en el caso de la liberación del carismático portavoz de Amanecer Dorado, se trate efectivamente de una simple coincidencia tras haber acabado de cumplir el interesado el año de prisión preventiva previsto en la ley por los cargos que contra él pesan. Kassidiaris refuta igualmente con la mayor rotundidad en su entrevista rumores y suposiciones de una entente cordial entre su partido y Syriza actualmente en el poder. De lo que tomamos nota (con cuidado)

Cabe preguntarse no obstante si el portavoz del partido nacionalista griego cae cabalmente en la cuenta de la amplitud y de la intensidad (y fuerza) de la guerra de propaganda en favor de Syriza y de su líder que están desplegando ciertos medios occidentales, sin duda en la práctica totalidad de los países europeos. Y me pregunto si aquellos son conscientes también de la fuerza de arrastre que parece estar demostrando la campaña en favor del no del actual jefe del gobierno de izquierda radical del que se diría –así visto de lejos- que estuviera consiguiendo algo de una importancia crucial en la lucha política, a saber el arrebatarle las banderas al enemigo.

En la manifestación de hoy –de unas veinte mil personas (sic)- delante del Parlamento griego en favor del no (organizada por el gobierno) no se veían flotar y ondear más que banderas griegas y una (sólo) roja –comunista- que acentuaba más si cabe la cargazón simbólica de la instantánea, en la que se hacían resaltar además un gran número de pancartas por el No –en griego OKKI (mientras que el Sí en griego es NAI, para mayor confusión de occidentales se diría)- que evoca, como ya lo hice notar en mi entrada de ayer, el No del general Metaxas –figura emblemática de líder fascista griego (o fascistizado) de los años treinta- al ultimátum de Benito Mussolini en 1940.

Kassidiaris, en su entrevista de hoy, reprocha a Tsipras el esgrimir  de baza propagandística ahora el amor a la patria, algo en lo que (dice él) Tsipras no cree, y sin duda que tiene razón, no es óbice que las invocaciones al nacionalismo griego que viene repitiendo el líder de la izquierda radical griega evocan y convocan irresistiblemente el espectro amedrentador de la figura de Stalin mucho más cercana para los griegos por razón de proximidad geográfica aquí aunque solo sea de lo que lo es o lo fue nunca el padrecito de los pueblos entre españoles.

Y es que reina un consenso generalizado –tanto en la historiografía como la memoria colectiva- que solo en la medida que consiguió despertar los resortes patrióticos más íntimos en grandes sectores del pueblo ruso que le eran en principio hostiles, el líder soviético consiguió ganar la guerra (la Segunda Guerra Mundial me refiero)

¿Conseguirá Tsipras mutatis mutandis lo propio ahora? Esa es la gran incógnita que pesa sobre el referéndum del domingo y a fe mía que las declaraciones de Kassidiaris –como tampoco otras de responsables de su partido que se habrán sucedido en los últimos días- no contribuyen mucho a descifrarla o a resolverla, por lo menos de puertas fuera.

¿Se revelará más fuerte la indignación callejera (en versión griega) agravada por la fiebre de exaltación (pseudo) nacionalista que vienen propagando –como si fueran miasmas contagiosas- el gobierno griego de izquierda radical y los medios (poderosos) a su servicio, que el amor por la libertad, el imperativo de memoria histórica de una guerra civil –en el bando de los vencedores me refiero con tantas analogías con nuestra guerra civil española y el apego a ideal europeo anclada en una memoria varias veces milenaria de la civilización europea se admiten apuestas. La mía –por el sí- aquí ya todos la saben.

Y me pregunto si no encierran secretos, tanto las declaraciones del portavoz de Amanecer Dorado como la posición oficial de su partido. El periodista italiano que le hace la entrevista publicada ayer levanta la hipótesis –probable y verosímil- que una victoria del Sí en el referéndum del domingo debilitaría al gobierno de Tsipras y fortalecería en cabio a Amanecer Dorado lo que Kassidiaris no desmiente en modo alguno en su respuesta.

Una apuesta arriesgada y juiciosa en extremo a la vez –en el plano de lucha política-, del tercer partido griego la que se ventila el próximo domingo. Y de la fuerza de la guerra de propaganda a favor de Syriza da cuenta la manifestación que habrá discurrido hoy en Bruselas de varios miles de personas por cuenta de organizaciones políticas y sindicales belgas a favor del no en las elecciones del domingo.

Uno de los participantes incluso, un diputado ecologista belga de Bruselas, de origen griego (de su nombre Doulkeridis) se permitió sin el menor empacho el despertar el fantasma de los coroneles, aludiendo a las declaraciones de ciertos responsables comunitarios a un gobierno de tecnócratas en caso de que un derroto del no el próximo domingo. Los coroneles griegos, una asignatura pendiente de la historia griega contemporánea. ¿Menos vivos –en la memoria - entre griegos me refiero de lo que aun lo están en el que esto escribe?

No consigo creérmelo del todo. No fueron demócratas, de acuerdo ¿pero acaso fueron menos nacionalistas o patriotas que el general Metaxas, o que el propio Stalin? Convidados de piedra como sea los coroneles griegos en el referéndum del domingo y en las horas difíciles que para los griegos –y tal vez también para otros países, para los españoles sin ir más lejos- en el futuro inmediato se avecinan.

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