domingo, mayo 11, 2014
Por caminos de Derrota (poesía en domingo)
Se me hizo de pronto la luz
en medio de las tinieblas:
todo tan claro, tan simple
escarbando en las derrotas
y también en las victorias
las ajenas y las propias
y en la Gran Victoria ajena
hace setenta años ahora.
Soy así, nací y me hice así,
no me pregunten por qué:
mi sino, mi divisa e impronta,
mi vocación desde muy niño,
lo mamé así y lo soñé
de muy joven después ¿Y qué?
Escrito bien alto en los astros,
en la Rueda del Destino,
en el Libro de la Historia
o el Cielo de la Memoria
y en la Rosa de los Vientos
de par en par en mi mente,
en mi rumbo y en mi pecho
a donde me llevara ella.
Historias de guerra y de paz
(antesala de la guerra)
por las que aprendí también
una guerra aun más atroz
la que hice yo por mi cuenta,
mi guerra contra mí mismo
y contra la mala/conciencia
contra la desmoralización
y la mala suerte (o potra)
y el ir siempre de cenizos
¡Flor negra de la Derrrota!
Estragandome por dentro,
mi alma al final siempre airosa.
Una guerra que reñí yo
de avanzado y precursor
simpre listo y al acecho
y en espera de la hora
del ataque (por sorpresa)
Fueron muchos años, sí
-puestos a echar la vista atrás-
vagando errante y perdido
entre despierto y sonámbulo
por mil parajes desiertos
en una tierra de nadie
-cruzando (¡ay!) el río del Tiempo!-
por el reino de la muerte,
por un Valle de Judíos (muertos)
sólo sombras en mi entorno
-¡Santa Compaña de espectros!-
que me aupaban en silencio
sacudiéndome el sopor
-¿estaba dormido o despierto?-
cada vez que se acercaba,
que me echaba el bofe encima
el pasado que no pasa
y todo se me hacía negro
Y entre las sombras a veces
alguna de carne y hueso
a la vuelta del camino
como caída del cielo,
o fija en mí para siempre
en la magia del reencuentro
-¡una despedida eso fue!-
¡qué lejos ya en el recuerdo!
Que murió joven ¡el pobre!
Se despidió, sí, antes de tiempo
O aquella, de vuelta de pronto
-el anuncio de su muerte (...)-
ya tantos años después
de verla por útima vez,
amiga fiel, compañera
¿O más que eso quizás?
Y si no ¿por qué la lloré?
¡Mis amigos! ¿Que se hicieron?
Que fui poco a poco perdiendo
dejando atrás que me diga
sin culpa mía ninguna,
sin darme cuenta siquiera
Que no los perdí del todo
sino que gravitan cerca
en mi misma galaxia o en la red
de mi vida (y de los medios)
Que la amistad fiel no muere
y si muere es que no lo era.
O muere pero resucita
a la hora de la verdad
del combate (o de la afrenta)
de la derrota y del Triunfo
(el Nuestro y del de los Nuestros)
Amigos o enemigos
en la Vida y en la Historia
no hay más, no hay vuelta de hoja
Amor y odio, ley de vida,
en la paz como en la Guerra
En casa o en el exilio
por caminos de derrota
-¡setenta años de aquello ya!-
la suya...y también la nuestra
¿Me ves tú como veo yo,
marchando en la noche fría
sin perder no obstante el rumbo
el alma a mil leguas de aquí?
Apuesto que sí ¿A que sí?
¿Que mi imagen se agrandó en tí
cuando (en fin) viste lo mucho
-un futuro por delante-
que eras para alguien así?
¡Qué futuro tan incierto!
¿O por lo mucho que te dí?
Y es porque te hice revivir
Y en cambio yo ¿Vivo o muero?
No lo sé, pero lo que sí sé
es que no moriré por tí,
vivir para cantarte eso sí
como lo cantò en sus versos
-¡qué amor, aun más joven que tú!-
(¡cuanto hace ya!) Paul Valery
¿Y por qué me veo ahora en él?
¿Será que te trae hacia mí?
en medio de las tinieblas:
todo tan claro, tan simple
escarbando en las derrotas
y también en las victorias
las ajenas y las propias
y en la Gran Victoria ajena
hace setenta años ahora.
Soy así, nací y me hice así,
no me pregunten por qué:
mi sino, mi divisa e impronta,
mi vocación desde muy niño,
lo mamé así y lo soñé
de muy joven después ¿Y qué?
Escrito bien alto en los astros,
en la Rueda del Destino,
en el Libro de la Historia
o el Cielo de la Memoria
y en la Rosa de los Vientos
de par en par en mi mente,
en mi rumbo y en mi pecho
a donde me llevara ella.
Historias de guerra y de paz
(antesala de la guerra)
por las que aprendí también
una guerra aun más atroz
la que hice yo por mi cuenta,
mi guerra contra mí mismo
y contra la mala/conciencia
contra la desmoralización
y la mala suerte (o potra)
y el ir siempre de cenizos
¡Flor negra de la Derrrota!
Estragandome por dentro,
mi alma al final siempre airosa.
Una guerra que reñí yo
de avanzado y precursor
simpre listo y al acecho
y en espera de la hora
del ataque (por sorpresa)
Fueron muchos años, sí
-puestos a echar la vista atrás-
vagando errante y perdido
entre despierto y sonámbulo
por mil parajes desiertos
en una tierra de nadie
-cruzando (¡ay!) el río del Tiempo!-
por el reino de la muerte,
por un Valle de Judíos (muertos)
sólo sombras en mi entorno
-¡Santa Compaña de espectros!-
que me aupaban en silencio
sacudiéndome el sopor
-¿estaba dormido o despierto?-
cada vez que se acercaba,
que me echaba el bofe encima
el pasado que no pasa
y todo se me hacía negro
Y entre las sombras a veces
alguna de carne y hueso
a la vuelta del camino
como caída del cielo,
o fija en mí para siempre
en la magia del reencuentro
-¡una despedida eso fue!-
¡qué lejos ya en el recuerdo!
Que murió joven ¡el pobre!
Se despidió, sí, antes de tiempo
O aquella, de vuelta de pronto
-el anuncio de su muerte (...)-
ya tantos años después
de verla por útima vez,
amiga fiel, compañera
¿O más que eso quizás?
Y si no ¿por qué la lloré?
¡Mis amigos! ¿Que se hicieron?
Que fui poco a poco perdiendo
dejando atrás que me diga
sin culpa mía ninguna,
sin darme cuenta siquiera
Que no los perdí del todo
sino que gravitan cerca
en mi misma galaxia o en la red
de mi vida (y de los medios)
Que la amistad fiel no muere
y si muere es que no lo era.
O muere pero resucita
a la hora de la verdad
del combate (o de la afrenta)
de la derrota y del Triunfo
(el Nuestro y del de los Nuestros)
Amigos o enemigos
en la Vida y en la Historia
no hay más, no hay vuelta de hoja
Amor y odio, ley de vida,
en la paz como en la Guerra
En casa o en el exilio
por caminos de derrota
-¡setenta años de aquello ya!-
la suya...y también la nuestra
¿Me ves tú como veo yo,
marchando en la noche fría
sin perder no obstante el rumbo
el alma a mil leguas de aquí?
Apuesto que sí ¿A que sí?
¿Que mi imagen se agrandó en tí
cuando (en fin) viste lo mucho
-un futuro por delante-
que eras para alguien así?
¡Qué futuro tan incierto!
¿O por lo mucho que te dí?
Y es porque te hice revivir
Y en cambio yo ¿Vivo o muero?
No lo sé, pero lo que sí sé
es que no moriré por tí,
vivir para cantarte eso sí
como lo cantò en sus versos
-¡qué amor, aun más joven que tú!-
(¡cuanto hace ya!) Paul Valery
¿Y por qué me veo ahora en él?
¿Será que te trae hacia mí?
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1 comentario:
...aunque no tenga que ver con el tema de este post... seria muy interesante leer lo que se publica sobre "Conchita" ( en Hispanoamerica significa "co*o") y WURST (salchicha), la supuesta "mujer barbuda" que en realidad es un "tio" homosexual.
Lo he leido en el foro de www.amisalas.org y en
www.yahel.wordpress.com
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