El primer viaje de San Karol Wojtyla de Polonia le llevaría a la República Dominicana y a Méjico -en medio de un silencio sepulcral sobre el pasado español de los países de la América española que sería una de las tónicas principales de su pontificado- , y marcaria la pauta del viaje pontificio y de la gira planetaria (apoteósica) que inauguró aquel pontífice, en medio de un clima de expectivas mesianicas combustibles e incandescentes en extremo pero bajo control del gobierno mundial en suma todas ellas. Como ahora parece ocurrir con Francisco Primero (aunque no tanto, no tan fuertes y explosivas me refiero) Juan Pablo II se veía acompañado en su viaje de Marcial Maciel investido ya entonces del cargo o de la funcion de pro consul vaticano para todo el mundo de habla hispana (España incluida) Maciel nota bene fue una criatura del catolicismo político (y anti-fascista) español de la posguerra. Un protegido de Martín ArtajoEn los meses que precedieron al acto de protesta que protagonicé delante del Palacio Real de Bruselas en mayo del 2000 con ocasión de la visita del rey Juan Carlos a Bruselas redacté un texto de unas doscientas páginas -hoy "perdido" o "abandonado" en lenguaje de filólogos- que titulé "Los viajes del papa Wojtyla" y subtitulé "estrategia, táctica y técnica" del viaje papal, que se mereció ser tomado en serio por las instancias judiciales belgas a cago del proceso que se me instruyó entonces.
Otros escritos míos -en letra impresa, en el umbral como estábamos de la era del internet todavía entonces- se merecieron también el honor de figurar entre los pliegos de acusación en contra mía, entre ellos un texto referido a los orígenes del estado belga independiente en el que se venía fatalmente a plasmar la visión o imagen de los españoles de generación en generación por cuenta de Bélgica y de los belgas, de un estado artificial territorialmente "imposible" y tutelado -en régimen de protectorado o semi-protectorado (en la práctica) de las grandes potencias-, entre las que figuraba entonces la Prusia imperial y entre las que siguen figurando Francia e Inglaterra a las que se acabarían uniendo después de la Primera Guerra mundial los Estados Unidos.
Si lo uno y lo otro, el fenómeno -esencialmente mediático del papa polaco y la supervisión internacional de la que se vio objeto al nacer (hasta hoy) el estado belga independiente- tenían algo que ver en la simultaneidad de mis escritos aquellos es algo que cabe preguntarse, y que explica tal vez aunque solo sea en parte la enorme repercusión -comparable mutatis mutandis a mi gesto de Fátima- de mi acto de protesta aquel en los medios internacionales y también en la prensa belga.
Unos días tan sólo además como aconteció, nota bene, después de la visita del papa Wojtyla al santuario de Fatima y de que la Interpol hubiera dictado (sic) orden de búsqueda y caza y captura (sic) en contra mía, cuando era un hecho, de notoriedad pública incluso que yo llevaba residiendo legalmente en Bélgica desde hacía mucho -trece años ya entonces- y que tampoco había cambiado en fechas recientes -desde hacía casi un año- de domicilio. Hasta el punto que los servicios belgas correspondientes alarmados sin duda por las informaciones que venían publicándose (en todo destaque) desde el día anterior en los medios se sintieron en el deber de hacerme al día siguiente muy de mañana temprano objeto de una visita domiciliaria de dos o tres policías belgas, en mi domicilio solo para cerciorarse de mi paradero (...)
Mi detención delante del Palacio Real de Bruselas (el 26 de mayo del 2000) se vio precedida de un mandato de búsqueda y captura (sic) de la Interpol (sic) en contra mia, con ocasion de la segunda visita de Juan Pablo II al santuario de Fátima, cuando en ningun momento habia dejado de pernoctar en mi domicilio en Bruselas, en donde residía legalmente desde hacía ya muchos años. Una escenificación inaudita y escandalosa perfectamente orquestada y aireada en los medios, en lo que sería uno de los trazos característicos del pontificado del papa Wojtyla y del culto de martirologio que erigirían los grandes medios internacionales de la prensa global en torno a su figuraNo dejé de mostrarme envuelto de nuevo entonces -se me reconocerá- , en todo aquel maremágnum pontificio, con todo aquello, hijo de mi tiempo, en la medida que el viaje papal en serie, y en la forma de de giras planetarias -y de cogidas apoteósicas- que inauguro en la iglesia católica el pontificado de Juan Pablo II no habrá dejado de ser un signo de los tiempos en las últimas década. Aprendí tan bien no poco de aquel episodio (no poco traumático) y en particular en materia de viajes pontificios.
Francisco Primero que así es como se llama y como hay que llamar (en puridad) al pontífice argentino -aunque las grandes medios internacionales de la prensa global decidieran unánimemente en una especie de convención o de pacto secreto el proscribirlo y sustituirlo por el apelativo sin duda más contundente (o percuciente) y de mucho más garra mediática de papa Francisco- reanuda hora con su primera visita al extranjero y tras su desplazamiento a Lampedusa en los confines meridionales del territorio italiano la tradición (reciente) del viaje pontificio que instauro en el catolicismo San Karol Wojtyla (de Polonia)
Su primer viaje llevó al papa polaco a países hispanos -en un silencio sepulcral que duraría todo su reinado- a cuenta del pasado español de los mismos, y acompañado en aquella ocasión de Marcial Maciel -que no se dejarían uno y otro ni a sol ni a sombre después-, ya para entonces convertido en una especie de super nuncio o pro cónsul eclesiástico -y enviado personal a la vez del papa polaco- para todos los países de habla hispana (y por supuesto con España dentro de su jurisdicción o área de influencia)
El primer viaje de Francisco Primero le lleva ahora a tierra/santa, un eufemismo que heredamos de la vieja tradición judeo cristiana los occidentales porque en pura lógica (y en puridad) esa zona del mundo y del planeta debería ser declarada infierno en la tierra (sic), como lo era en el 2000 cuando la visitó (con la palabra perdón en la boca) el papa Wojtyla, y tal y como lo sigue siendo hoy bajo Francisco Primero (Francisco para los amigos) Tres días durará el viaje papal, con tres escalas (tres) tal vez iguales en términos de protocolo pero que se ven en un plano cronológico en cambio desigualmente repartidas.
Siete horas permanecerá en Jordania, Francisco Primero donde visitará nota bene un campamento de refugiados sirios, léase de partidarios de la insurrección anti-Assad (islamistas radicales y anti-cristianos en su mayoría) que desembocaría en el conflicto en llamas al que asistimos.
26 de marzoo del 2000. Dos meses antes de mi detención delante del Palacio Real de Bruselas. El papa Wojtyla -en el apogeo de su paraliturgia de masas bajo el signo del pedir perdón y de la culpabilización-, desposita una carta en el Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén, pidiendo perdón a Dios (sic) en nombre de la lglesia católica por todos los sufrimientos (sic) infligidos a lo largo de los siglos al pueblo judío. No consta en cambio que lo hiciera también en nombre propio el que pasa a la historia como el papa más culpabilizador y más autoritario a la vez -y más judaizante y filo judío- de todos los tiempos. Descanse en paz y descansemos todos una vez del peso (agobiante) y de la sombra de su recuerdoAlgunas horas más dedicara a su etapa siguiente en territorio palestino, donde aterrizar directamente desde Jordania, concretamente en Belén. donde será recibido por el máximo representante de la autoridad palestina, en un delicado ejercicio de diplomacia vaticana y un poco como quien va pisando huevos (aunque en eso no hay que darles lecciones ni consejos tan siquiera a los papas)
Y donde tendrá un encuentro con el patriarca ortodoxo de Jerusalén vetado de entrada por el conjunto de los cristianos ortodoxos de la región y sobre todo por el super influyente Patriarcado de Moscú la autoridad suprema (en la práctica) del mundo de la Ortodoxia, en protesta por el (descarado) apoyo del Vaticano y de sus peones dóciles de la iglesia uniata a la insurrección del Euro/Maidán abiertamente anti-rusa (y separatista)
El plato fuerte de la visita papal no obstante -treinta horas (treinta) en total- a partir ya del domingo hasta el día siguiente lunes, lo será su etapa en Israel, sin duda como así debía ser (...) ¿Nos habrán hecho falta acaso sesenta años tras la terminación de la segunda Guerra mundial para que el grueso de la opinión publica en lo pueblos católicos, del orbe cristiano (y católico) empiece a verse receptivo y a prestar oídos aunque solo sea un poco al filo judaísmo tan ruidoso y tan flagrante del que habrá hecho gala sin pausa ni descanso la iglesia en la persona de sus pontífices y en particular -si se exceptúa el caso (y la personalidad tan aparte) de Pio XII- desde los tiempos del concilio, y que se pondría "apoteósicamente" de manifiesto durante el pontificado del papa polaco y en particular por su apertura de relaciones con el estado de Israel y por su vista en el 2000 -en las semas que precedieron a mi gesto de protesta delante del Palacio Real de Bruselas- a Israel donde pidió en nombre de la iglesia y de los católicos perdón de todo el pasado de la iglesia, por veinte siglos en suma de historia del cristianismo en los diferentes países y naciones occidentales?
Una liturgia o para liturgia (desconcertante y no poco exhibicionista y como tal provocadora) del perdón que parece querer reanudar ahora el sucesor de aquél, Francisco Primero. Como lo ilustran los jalones principales de la etapa israelí del viaje papal que da ahora comienzo. Vista ante a la tumba del fundador del sionismo internacional, seguida de otra al memorial judío de Vad Yashem, entre rumores de una próxima desclasificación de archivos vaticanos relacionados con la segunda Guerra Mundial (y con el holocausto)
La Voz de su Amo. Las cosas claras y el chocolate espeso. Así es como se muestra ahora a la faz del mundo y a los ojos de sus fieles del mundo entero, del orbe de los creyentes el papa de los católicos. ¿Un viaje apolítico? A otro perro con ese hueso. Y más político aun si cabe cuando se cae en la cuenta que le viaje papal da inicio en la jornada de reflexión que se observará en prácticamente en todo el continente europeo -en el marco del espacio Schengen- en vísperas de las elecciones europeas que tiene lugar maña domingo.
¿Prórroga y dispensa de alto lugar en la participación (innegable) en la campaña que acaba de finalizar, del papa de Roma? Porque por su culpa -o gracias a él- se diría que se hace un poco más visible -o puesto al destape- ese impresión moralmente invencible que arrastramos muchos de suerte echada, de cartas marcadas o de partida ya amañada de antemano que arrastra una cita electoral (cualquiera) en democracia.
¿A quién favorecerá bajo cuerda el papa de la sonrisa? A lo suyos, por supuesto, entre los grandes partidos como entre los chicos. Y entre unos y entre otros, y en particular entre los segundos -que por razón de fuerza mayor mas se merecen nuestro interés y nuestra atención- se llevan la palma del regalo extra de la intervención papal en la campaña fuera de programa, los celadores del aborto cero.
¿Se bastará el milagro papa a evitarles morder el polvo de la derrota como todos los pronósticos así lo anuncian? Vivir para ver fantasmas míos (pero no lo creo)
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