KASIDIARIS DE "AMANECER DORADO" DIEZ Y SEIS POR CIENTO EN ATENAS

Instantánea del incidente en los estudios de la televisión estatal griega (el 7 de junio de 2012) entre Kasidiaris y dos diputadas participantes en el debate, una de ellas de la izquierda radical, que le hizo graves acusaciones y la otra del partido comunista, que hizo ademán de agredirle. Su gesto desde luego -en legítima defensa- no les habrá parecido a los electores griegos -a juzgar por los resultados de los comicios de ayer a la alcaldía de Atenas- tan grave e injustificable, como ciertas afirmaciones juzgadas machistas a los partidos de izquierda españoles, siempre prestos a rasgarse las vestiduras en la materia

Ilias Kasidiaris del que hablé en mi anterior blog de Periodista Digital (hoy suprimido) con ocasión del sonado incidente que protagonizó en un programa en directo de la televisión griega cuando abofeteo a una de las participantes en el programa, una diputada comunista que le acometía, -en una reacción que me negué a condenar, que me valió críticas y que puso tal vez ya en el disparadero en relación conmigo, lo admito, a los responsables de la blogosfera, de cara a los garantes de lo políticamente correcto-, cosecha ahora un tercer puesto, con un diez y seis por ciento -nueve más los que había obtenido en las elecciones generales precedentes- en la lista de candidatos a la alcaldía de Atenas, en la primera vuela celebrada ayer de las elecciones municipales griegas que coincidirán el domingo próximo en su segunda vuelta con las europeas.

Y el suyo no es más que el botón de muestra más elocuente del progreso de Amanecer Dorado, un partido en la picota de la clase política, de la judicatura y de los medios griegos desde el pasado mes de septiembre cuando se puso en marcha una auténtica caza de brujas por su cuenta que acabaría llevando a la cárcel a su cúpula dirigente, hasta ahora.

La más elemental extrapolación permite ahora pues pronosticar con holgura que sus buenos resultados se repitan el domingo próximo en la elecciones europeas lo que les garantizaría la entrada de sus representantes den el hemiciclo europeo de Estrasburgo, sin contar con la buena posición, de cara a nuevos comicios en el futuro próximo, de su candidato mencionado más arriba, para la alcaldía de Atenas.

Kasidiaris, el abofeteador de una diputada izquierdista (comunista) delante de las cámaras ¿futuro alcalde de Atenas, la capital de Grecia hoy como lo fue en el mundo antiguo? El mundo al revés, pensaran aquí tal vez algunos. Como sea, el desafío de lo global -por un efecto inevitable de mimetismo o de imantación aunque solo sea- nos "globaliza" fatalmente a sus más feroces adversarios, y a no dudar los buenos resultados de Amanecer Dorado no habrán dejado de galvanizar tampoco a formaciones españolas (más o menos) afines de cara a las elecciones del próximo domingo, lo mismo que sus buenos resultados, los del partido griego nacionalista, del Frente Nacional francés y otras formaciones europeas de extrema/derecha (para entendernos) obtendrán a todas luces el próximo día veinticinco, condicionarán a no dudar la política española en el futuro inmediato obligando a reformulaciones y revisiones (en profundidad) incluso- a sus principales protagonistas -por aquello de que cuando las barbas del vecino veas pelar (etcétera, etcétera)

Dominique Venner del que Marine Le Pen celebró el gesto supremo -del suicidio- nada más producirse, no compartía de seguro ese sectarismo (de exclusión) del que la presidenta del Frente Nacional da muestras a veces, a su derecha. Como el que ella parece propugnar ahora por ejemplo hacia los griegos de "Amanecer Dorado"

Y también a un cambio en las reglas del juego que habrán regido el día a día de la política española grosso modo desde los tiempos de la transición política, en particular una de ellas -como una cláusula o convención no escrita de nuestra clase política (impuesta sin duda de lo alto y desde fuera)- que vetaba estrictamente un protagonismo cualquiera -en las instituciones me refiero- de partidos afines de cerca o de lejos a los acabados de mencionar que en el caso español planteaban sin duda problemas irresolubles de memoria histórica a los garantes (y gerentes) de lo histórica y políticamente correcto que no se daban (prácticamente) en ningún otro país de Europa.

Todos los llamados partidos de extrema/derecha en los diferentes países europeos pueden ser vistos, es cierto, como ligados de cerca o de lejos al bando de los vencidos de la segunda Guerra mundial en el 45, por mucho que se resistan a asumirlo, o que lo camuflen con reivindicaciones estrechamente ligadas a la actualidad más candente o a la realidad de sus respectivos países tal y como se vería conformada en décadas de posguerra. Incluso el Frente Nacional francés. E incluso después del giro (notable) en la orientación programática del partido que le habrá imprimido Marine le Pen, y en los gestos que lo ilustran y los chivos expiatorios (escogidos) de los mismos. Uno de ellos, por haberse proclamado anti-semita en los medios y otro, por haberse mostrado saludando brazo en alto en la redes sociales

Los griegos de Amanecer Dorado no va a entrar –eso está claro- saludando brazo en alto en el hemiciclo de Estrasburgo ni dando gritos de “Heil Hitler!”, pero está igualmente claro que su entrada obligará a formaciones como el Frente nacional a nuevos recentramientos. Por lo que a España se refiere, la previsible victoria del PP no es el plato fuerte de la actualidad electoral del próximo domingo si no la cuestión de elucidar cuales de las pequeñas formaciones en liza logrará descollar y poner en jaque el monopolio -traducido en la fórmula de “nada a la derecha” que los populares viene manteniendo desde hace demasiado tiempo.

Un descollar relativo por supuesto. ¿Conseguirá hacerlo Vox en relación con el PP? ¿Conseguirá hacerlo la España en Marcha en relación con FE de las JONS, Impulso social y otras que pugnan por salir del anonimato dentro del cuadrante de la extrema derecha (siempre par a entendernos)? Está claro como sea que la dinámica global -a escala europea me refiero- que pone fatalmente en marcha el éxito de Amanecer Dorado ayer y el ms que previsible que será el suyo el próximo domingo permiten augurar que favorezcan de entrada a los más fachas (para entendernos) de todos los concurrentes, léase de los que menos se dejan guiar por convencionalismos y complejos, y a buen entendedor pocas palabras sobran.

Complejos e inhibiciones enemigos irreconciliables del éxito para todas esas formaciones (de extrema/derecha) Los complejos en relación con el pasado, y las inhibiciones de cara la situación presente, y a las amenazas y desafíos gravitando sobre el horizonte en el futuro inmediato. Por ejemplo en Cataluña. ¿Sacarán partido -para dejarnos de rodeos- si no del triunfo de Amanecer Dorado, sí del Frente Nacional de Marine le Pen los catalanistas (sic) moderados -al pan, pan y al vino, vino- de la plataforma por (en catalán, per) Cataluña, que recibieron el espaldarazo solemne de la presidente del partido -y de su compañero sentimental- invitado especialmente (en ausencia de toras representaciones españolas) al atraque de la campaña electoral del partido en el mitin celebrado hace unos días en Bézier localidad cercana a la frontera española?

Es de temer, lo que no haría más que agravar las incertidumbres de cara al previsible agravamiento de la situaciones aquella región española prevista para los meses venideros y que deberían alcanzar niveles de paroxismo el próximo mes de septiembre. Está claro no obstante que cualquiera que sea la estrategia internacional del frente nacional francés la dinámica que imprime a las elecciones europeas del domingo próximo la presencia y la más que previsible repetición del éxito de ayer domingo de los griegos de Amanecer Dorado posicionan a los partidos "nacionales" y desmarcan o descolocan fatalmente a la vez a los partidos nacionalistas del singo separatista o autonomista como o catalanes de Plataforma por Cataluña, tanto como sus amigos y alados del Vlaams Belang (belga flamencos) –que mostraron siempre una actitud escandalosamente ambigua en relación con el terrorismo de la ETA- y los italianos de la Liga Norte que no hicieron secreto nunca en el pasado de sus apoyos a las reivindicaciones catalanistas.

La coherencia en política es una baza y más que eso, condición sine qua non de credibilidad. Y parecen poco compatibles así a primera vista los elogios que Marine Le Pen acaba de hacer del patriotismo (ruso) de Vladimir Putin y su apoyo en simultáneo de veleidades separatistas en Flandes como en Cataluña. Sin trampa ni cartón. Y en ciertos temas más que nunca, por supuesto.