Carmelo Landa, figura destacada de antiguo del entorno etarra, fue uno de los firmantes de la citacion judicial por la que me vi acusado en Bélgica (en 1996) de incendio voluntario contra la sede de HB en Bruelas, de lo que me vi absuelto en tribunal por falta de pruebas. Sin que me llegara nunca el menor gesto de solidaridad de la Coordinadora por la paz -eurofuncionarios españoles con destino en Bruselas- pacifista y proxima de víctimas (democráticas) del terrorismo de la ETA (como "Covite")El victimismo es como una segunda natura o ingrediente cultural esencial al menos de nuestros países occidentales marcados indeleblemente por un legado religioso de sello judeo/cristiano en mayor o menor medida todos ellos. En una guerra, las víctimas por definición ocupan siempre un puesto en la retaguardia, y en la ofensiva lanzada por el terrorismo en el país vasco en las últimas década en cambio, las víctimas se vienen arrogando con razón o sin ella un puesto en primera línea de su combate anti-terrorista (y pacifista y legalista y democratico)
He estado examinando un poco el "curriculum" de una de las asociaciones de victimas del País Vasco -"Covite"- que junto con otras asociaciones menores de víctimas habrán puesto ahora en la picota a la vicepresidenta del gobierno María Dolores Cospedal, exigiéndole públicas disculpas por haberles tratado de "ignorantes" en sus reacción -de la que aquí ya me hice eco- ante el abucheo (y gritos y pitidos) de los que se vieron víctimas los dirigentes del PP -ningún ministrro entre ellos- presentes en la concentracion de la plaza de Colón el pasado sábado. Doctores tiene la santa madre iglesia -léase el PP- y por lo tanto deben tener (y me consta que los tienen) sus celosos defensores, y no seré yo quien parta aquí una lanza en su favor, aqui todos ya saben, ni siquiera en defensa de la muy carismática número dos del partido, que no fuera para rendirle un homenaje de admiración personal como ya aquí lo hice. Y punto.
La asociación o colectivo que nos ocupa en cambio se me antoja que se merece aquí un pequeño juicio crítico. Se molestan ahora y dan por ofendidos, para comenzar, porque les traten no de traidores, ni de cobardes, ni de mentirosos siquiera u otra acusación infamante, sino de "ignorantes", lo que hace pensar que sea ahí donde les duela un poco el zapato, me explico, de creerse los mejor informados del mundo en la lucha anti-terrorista, y su susceptiblidad herida lleva fatalmente a pensar, es cierto, que se tratade gente muy bien informada, a la medida de unos servicios secretos -me refiero a los españoles- que se destacan de toda esa movida internacional sobre espionaje por cuenta de la Agencia Nacional de los Estados Unidos (NSA), como uno de los más y mejor informados del mundo a tenor de las declaraciones del jefe de aquella ante el congreso americano que puso en la picota a varios países occidentales -y sus servicios secretos- y en primer lugar de todos ellos (algo cuidadosamente silenciado en los medios españoles) a España por encima de Francia de Alemania e Italia.
Víctima del terrorismo lo fui yo en Bélgica que me vi envuelto en un proceso en el que los etarras (y sus cómplices directos) fueron parte interesada del lado de la acusación (personados con todas las de la ley, nombres y apellidos) Me vi acusado de tentativa -como aquí ya lo tengo relatado- de incendio voluntario contra la sede de HB en Bruselas (febrero del 96) y ninguna de esas asociaciones de víctimas, ni "Covite", ni la "Coordinadora por la paz" que funcionó en los años de la era Aznar aquí en Bélgica -y que mostraban todas las trazas de estar en estrecho contacto con familias y asociaciones de víctimas (por la campaña por ejemplo con la que dieron inicio a sus actividades en Bélgica, por cuenta de Publio Cordón y Ortega Lara)- me mostraron nunca el menor signo de solidaridad por nimio o disimulado que fuera, como si mi combate no fuera el suyo y viceversa
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A Ignacio Elacuría le conoci en la segunda mitad de los sesenta en el colegio mayor Guadalupe en Madrid que yo frecuentaba y donde él era colegial antes de irse al Salvador. Guardé la imagen -yo y otros conmigo- de alguien desafiante en permanencia, y conflictivo y por supuesto vasco por encima de todo y partidario o simpatizante entonces (signo de los tiempos) de la ETA. Sus discipulos y partidarios y devotos -presentes en el Foro Ermua por ejemplo- se muestran hoy todo lo contrario y dan lecciones a veces sin que se las pidan
He estado pasando en revista ahora la lista de miembros del comité de dirección de esa asociación y también la de sus principales galardonados y tanto la una como la otra me incitan fatalmente -aún más- a circunspección y reserva. Agentes del CESID, víctimas del GAL, funcionarios de policía (y otros) de organismos autonómicos, y dirigentes de partidos democráticos (el PNV entre ellos) y también un jesuíta "progre" con una trayectoria de defensor de la teología de la liberación en la América Central -como algunos de los miembros de una de las asociaciones igualmente galardonadas, el Foro de Ermúa- configuran todos ellos el elenco de víctimas representadas al interior del comité de direccion de ese colectivo (victimista) en las personas de familiares próximos de los mismos y de algunos de los más llamativos de los galardonados. Todas ellas asesinadas tras la muerte de Franco por descontado, y la llegada de la democracia.
De como respiraban -lo poco que les traté- los integrantes y animadores de aquella "coordinadora" (democrática) de euro/funcionarios destinados en Bruselas a finales de los noventa, se necesitaban pocas pruebas ni mucha agudeza y perspicacia tampoco para concluir que todos o casi todos ellos apenas unos años antes -hasta que les tocó la china tal vez a algunos de sus conocidos o próximos o allegados- habían seguido considerando a la ETA y a su cómplices y amigos como protagonistas ineludibles del proceso/democrático, por su papel en la lucha contra la dictadura/franquista y en la consolidación del e
stado de las autonomías etcétera, etcétera (...)
Cuando me detuvieron en mayo del 2000 delante del Palacio Real de Bruselas, estaba bajo el peso de una inculpación por delito de incendio vluntario contra la sede de HB en Brusels que me podía haber valido dos año de cárcel y por vía de consecuencia la expulsión (tras cumplimiento de condena) del territorio belga. Una circunstancia que omitió cuidadosamente la prensa española entonces Al final, fui absuelto por falta de pruebas. Había una nube de periodistas españoles delante del Palacio Real en el momento que capta la foto. No les merecí comprensión ninguna desde luego, ni siquiera una línea más o menos indulgente. Linchamiento, lo único que les merecería. Salí del paso sin ellos de todas formasEs lo que le solté a la cara a alguno de ellos y en particular al que parecía responsable principal de los servicios de orden de aquellas concentraciones pacifistas (al que ya me referí en anterior entrada) al final de los tres minutos de silencio de rigor en alguna de aquellas convocatorias. Y lo que se puede reprochar a título individual a muchos cabe endosárselo a título colectivo también a todas las formaciones democraticas (sin excepción) y muy en particular a alguna de ellas como el PNV.
Desarme total -y derrota total- de la ETA y de su complices, ese es la única hoja de ruta que valga para cualquier espanol que se precie de un mínimo de patriotismo y de sentido del honor. El que pidan perdón democratico (o evangélico o como sea) a las víctimas -de preferencia al conjunto de los españoles- nos trae en cambio sin cuidado a muchos (entre los que me encuentro)
Lo mismo que las disensiones internas en el partido el poder y los agravios de su ala disconforme -y de sus corifeos y turiferarios en los medios- que llegado el momento harían la misma política de concesiones o de tergiversaciones al menos, y peor aún que los otros, como ya lo hicieron. ¡Que les salven los suyos! (que por defenderme a mí y a otros que piensan y sienten como yo no levantaron nunca ni un dedo)
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