sábado, octubre 29, 2016

LA CLINTON EN APUROS

Bill Clinton y Mónica Lewinsky, protagonistas de uno de las más celebres escándalos sexuales -si no el que más- de la historia de los estados Unidos. El entonces presidente norteamericano -de los años (nota bene) de la era Wojtyla (su gran amigo)-, marido (fiel) hasta hoy de la candidata demócrata a las próximas lecciones norteamericanas, se vería acusado y procesado ante el congreso de la nación y convicto de acoso sexual (sic) para con la que era entonces su estrecha colaboradora (subalterna) Una acusación en la que la relación de subordinación venía a constituir un elemento definitorio indispensable del delito. Simples propuestas en cambio de contacto o intercambio sexual como las que habrán llovido ahora -sin pruebas- sobre Donald Trump no son acoso sexual ni nada que se le parezca, por mucho que el puritanismo ambiente, reinante en los medios de la prensa global -no menos proverbial también de la izquierda a escala del planeta- pretendan lo contrario. Que al paso que vamos, va a ver que optar por un muñeco hinchable, como lo glosaba con humor un comentario reciente en la red sobre la campaña electoral americana
El último titulo de la trilogía “Underworld USA” de James Ellroy que lleva por titulo en español “Sangre Vabagunda” se terminaba con el estallido -a modo de telón de fondo histórico- del escándalo del Watergate, tras una conservación secreta -a través del teléfono rojo presidencial- que viene a coronar el relato, del presidente Richard Nixon con un agente del FBI, uno de los sicarios a su servicio, personaje central de la novela que muere justo seguir en una de las ultimas escenas -escalofriante, marca Ellroy- tras un enfrentamiento directo con otro “federal” y protagonista secundario de la novela que acaba matándole -y rematándole- como a un perro. El Watergate acabó con la carrera presidencial de Richard Nixon -y la de muchos de sus subordinados- y también con su reputación, por mas que haya guardado (post mortem) un núcleo irreductible de partidarios y celadores de su memoria como lo ilustra un film biográfico que le sería dedicado estrenado hace algunos año y que tuve ocasión de ver en Bruselas,donde salia a relucir la cuestión magna que gravitó sobre uno de los casos de espionaje mas celebre si no el que mas de la Historia de los Estados Unidos.

A saber, si el presidente de la nación más poderosa de la tierra está o no (siempre) por debajo de la ley como cualquier otro ciudadano (USA) En la mente del presidente destituido -que nunca reconocería falta alguna- eso no estaba claro en moido alguno conforme a lo que viene a saberse en aquel film, y en la mente del que esto escribe tampoco humildemente lo confieso. La cuestión como sea vuelve ahora en un efecto bumerán a dominar la recta final-a falta solo de ocho días- de las elecciones presidenciales norteamericanas, sin duda las mas reñidas desde la elección de Georges W. Bush frente a Al Gore en el 2000, o incluso antes desde la victoria por los pelos -por una diferencie nimia de cien mil votos- de John Fitzgeral Kennedy (JFK) -el ocho de noviembre de 1960- frente a su rival Richard Nixon. Y lo habrá hecho resurgir ahora el anuncio -en la presa de hoy- de la decisión del director del FBI de reapertura de la investigación sobre las cuentas y los correos (públicos y privados) de Internet de Hillary Clinton de sus tiempos de Secretaria de Estado -del actual presidente Barak Obama-, que habría sido cerrada por las buenas en un principio, por una decisión del propio director del FBI que venia en suma a exonerar a la actual candidata presidencial americana. Tras la descubierta de nuevos correos -quince mil- de la señora Clinton.

Y el golpe de teatro se produce ahora en el contexto de la recta final en la a la carrera a la presidencia USA en la que a fuerza de repetirnos y querer asegurarnos los medios -y ciertos sondeos- que la candidata demócrata va ampliamente por delante de su rival republicano Donald Trump consigue que no nos lo creamos ni yo ni como yo sin duda tantos y tantos. Cortinas de humo las que viene soltando la gran prensa global por cuenta de las elecciones presidenciales USA y a costa del candidato incorrecto, presentado como enemigo público de la democracia y del planeta todo entero. Y de ellas las acusaciones de orden sexual sean sin duda las que han despedido un humo más tóxico y más negro y más espeso. Acoso sexual, una acusación inseparable de la retorica feminista mas beligerante y recalcitrante (e irreconciliable) Pero a riesgo de escandalizar hay que atreverse a poner a la cosas en su sitio y a llamar a las cosas por su nombre: varias por no decir casi todas las acusaciones de ese genero lanzadas en los ùltimos días -ya desde entes del último debate electoral entre los dos candidatos- en contra de Donald Trump versaban sobre propuestas o sugerencia -"avances" le dicen en francés- de orden amoroso, y algunas de ellas claramente de carácter sexual o erótico.

¿Y qué? El acoso sexual es otra cosa, como otro planeta u otra galaxia. Y es porque en él intervienen -por propia definición- la violencia psicológica, el chantaje y la relación de poder o de dominio o de superioridad -por razones o motivos de índole varia- del acosador con respecto a su victima. La simple proposición o propuesta o de orden sexual o amorosa no obstante -y mido mis palabras- no es acoso ni nada que se le parezca, al contrario de lo que parecen darnos a entender los medios por cuenta de la campaña -de autentico acoso mediático- en contra del candidato republicano. Simple ejercicio (legitimo) de la libertad sexual reconocida -dentro de ciertos limites por cierto- en todos o casi todos los ordenamientos jurídicos de los países civilizado. La América democrática a fuer de serlo y tal vez precisamente por eso arrastra urbi et orbe una reputación de piel dura -y seca- y longeva y un tanto lúgubre a la vez de puritanismo incorregible, remontándose a los propios orígenes de la nación y de los movimientos de carácter evangélico y protestante que agrupaban a los pioneros que la fundaron.

Y ese filtro o ranura -en francés “grille”- de lectura o criterio de interpretación nos parece indispensable en el seguimiento de la actualidad y en particular de la campaña electoral americana y de los ataques de los que se habrá visto (profusamente) surcada, acusaciones de orden sexual sobre todo, o por emplear un eufemismo mas elocuente para españoles, en materia de buenas costumbres. Ese puritanismo que se habrá visto esgrimido con tanto ahínco por algunos en contra de Donald Trump, amenaza en cambio volverse ahora, como un bumerán igualmente, en contra de su rival. Y es que la decisión de reabrir la investigación tan comprometedora -y tan peligrosa- en contra de Hillary, lo habrá sido en el marco de otra investigación por cuenta de los escándalos (supuestamente) sexuales -o simplemente conyugales- explotados en los medios, del marido de una de las colaboradoras mas estrechas de la candidata demócrata. A saber, su jefa de gabinete, que ofrece un perfil todo menos trivial, lo mismo ye su marido.

No hay mal que por bien no venga ni escándalo que no deje traslucir rayos de luz por detrás de la tormenta, y es que ahora nos enteramos algunos que la colaboradora mas estrecha de Hillary Clinton arrastra de antiguo en razón de su trayectoria -crecida en la Arabia Saudí- como de su ascendencia familiar -de confesión musulmana- la reputación de proceder de un medio próximo (nota bene) a los Hermanos Musulmanes. Como lo oyen. Y su marido candidato a la alcaldía de Nueva York, es de (notoria) ascendencia judía neoyorquina, con lo que se disparan súbito los fantasmas y lo augurios mas negros por cuenta de esa doble conexión -judía y saudí- de la posible primera dama USA, y de la guerra en Siria y de las amenazas de tercera guerra mundial que viene a suscitar aquel conflicto en llamas en aquella zona geoestratégica del planeta que se vieran elevadas a la enésima potencia en la eventualidad de un triunfo de la candidata demócrata en las elecciones del próximo ocho de noviembre.

“Todo menos Hillary Clinton” declaró hace unos meses Jean Marie Le Pen. “Una amenaza a la paz mundial”, así la definía el político francés. Y así la ven -y la vemos- muchos a través del ancho mundo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

http://www.felipebotaya.com/2016/10/la-sabiduria-del-dalai-lama.html


MUY RECOMENDABLE PARA SABER LOS PLANES DEL NUEVO ORDEN MUNDIALISTA

Anónimo dijo...

http://www.alertadigital.com/2016/10/26/las-mentiras-del-feminismo-o-como-se-discrimina-a-los-varones-y-no-a-las-mujeres-en-los-paises-occidentales/