jueves, agosto 25, 2016

BURKINI ¡A DEFINIRSE TOCAN!

El jefe del gobierno francés Manuel Valls y su ministro de educación Najat Vallaud-Belkacem oriundos los dos (detalle todo menos trivial) -de Barcelona el uno, la otra de Alhucemas, junto a Melilla-, habrán escenificado -en visperas de una decisión crucial sobre el tema del Consejo de Estado en Francia- las divisiones del gobierno francés en relación con la prohibición del burkini en las playas francesas. “Sueño con una sociedad libre donde las mujeres sean libres de su cuerpo” habra declarado la ministro, para pronunciarse justo a seguir no obstante contra las prohibiciones "el burkini, en nombre del anti-racismo y para evitar (sic) la estigmatización (léase de los musulmanes y musulmanas) Ilustrando así que mejor no cabe la posición incomoda y el malestar (de antiguo) de los movimientos feministas a la hora de (no) definirse en relación con el islam político y con los islamistas y en defensa de la dignidad de la mujer que aquello sistemáticamente ultrajan y denigran y deshonran. Como se puso tan clamorosamente de manifiesto con ocasión de las primaveras árabes. Para el jefe de gobierno francés en cambio el burkini hace recular (sic) a la república -léase al estado francés- en el espacio publico (en provecho de la charia) Y por una vez se merece mi aplauso (y que no sirva de precedente)
Pesadilla de las redes sociales. El mundo es cruel, siempre lo fue -digan lo que digan las creencias religiosas-, eso es lo que afirmaba resulto y perentorio Dominique Venner en uno de sus ensayos “El siglo de 1914” que habré citado ya repetidas veces en mis últimas entradas y que me decidí al final a terminarme de un tirón antes de ponerme a darle a la tecla redactando estas líneas. Y uno de los aspectos más infernales lo viene a ofrecer (en versión tal vez la más reciente) las reacciones de indignación colectiva -emoción fundamental, entre las que enumeraba en una de sus obras el profesor Nolte (aunque no pienso que sea la mas digna ni la mas noble de ellas)- convenientemente manipulada por las redes sociales que emergieron con la revolución informática y empezaron a generalizarse hace una decena de años -en España yo pondría su fecha de nacimiento en el desastre del Prestige y la agitación que se siguió protagonizado por ciertos movimientos de protesta anti-sistema) como Nunca Mas (del que derivarían, creo, “las mareas” y otras movidas análogas),llegando a su auge tras la eclosión de la indignación callejera en algunos países como España a seguir al estallido de las primaveras árabes principios de la década en curso.

Y viene a cuento -casi a seguir al incendio planetario de las redes por cuenta del niño de Alepo que habrá resultado al final un montaje de los rebeldes moderados sirios (como habrán venido a probarlo en China)- de otras escenas que habrán dado la vuelta al mundo y provocado nuevas oleadas de indignación (viral) a escala del planeta como el caso anterior que acabo de mencionar, en las que se puede ver agentes de las fuerzas del orden franceses de uniforme rodeando a un muer en burkini que tras verse interpelada comienza a desvestirse. Y el incidente se habrá visto inmediatamente seguido -en una reacción fulminante- del encuentro del ministerio del Interior francés con el representante supremo del culto musulmán en Francia (CFCM) quien habrá aprovechado para quejarse públicamente del aumento del miedo a la estigmatización (sic) entre los los musulmanes en Francia.

Al final, según reza la historia lo que hizo la mujer musulmana fue abandonar la playa sin más, pero las escenas de la interpelación recogidas en Internet se habrán bastado y sobrado para extenderse como un reguero de pólvora de un esquina a otra del planeta (por la red) y llevar (de nuevo) hasta las nubes los niveles de crispación en la política francesa por cuenta del islamismo, por razón sin duda también de las circunstancias de lugar de esas instantáneas gráficas no son menos emblemática y lo son por haberse producido el incidente a escasos metros de la celebre paseo de los Ingleses, en Niza, teatro hace poco mas de un es de la matanza provocada por un islamista (por cuenta del EI) embistiendo entre la multitud de paseantes, de turistas y de bañistas, el pasado 14 de julio durante la celebración de la fiesta nacional francesa por el celebre paseo en el camión pesado que conducía.

El burkini divide a la clase política francesa, viene a decir en su edición de hoy el diario el País que se ve y se siente en este asunto tan dividido a todas luces como los políticos -y las políticos- franceses. Tal y como lo ilustra el articulo de opinión sobre el tema de uno de sus colaboradores más emblemáticos, del pasado fin de semana, que pone claramente de manifiesto las inhibiciones y los complejos de la izquierda española a la hora de abordar la crecida islamista a la que asistimos en todos los países europeos, y ello tanto en su ala socialista (PSOE) como en la otra indignada o radical anti-sistema. Y es por lo escandalizado que se muestran ante esas prohibiciones que obligan (sic) a desvestirse a las mujeres, manu militari si es preciso (dicen), copiando as literalmente casi, el argumento esgrimido en las redes por los islamistas.

Y ese es el marco ambiental de la decisión anunciada para mañana sobre la legalidad o no de las prohibiciones del burkini dictadas por diversos ayuntamientos de localidades costeras a lo largo de la geografía francesa, que tiene en vilo a franca entera. Dudé mucho (lo confieso) antes de formarme un juicio medianamente claro sobre este asunto y de ponerme a darle a la tecla. Tal y como lo ilustra un articulo de opinión sobre el tema de uno de sus colaboradores más emblemáticos, del pasado fin de semana, que pone claramente de manifiesto las inhibiciones y los complejos de la izquierda española a la hora de abordar la crecida islamista a la que asistimos en todos los países europeos, y ello tanto en su ala socialista (PSOE) como en la otra indignada o radical anti-sistema. Y es por lo escandalizado que se muestran ante esas prohibiciones que obligan (sic) a desvestirse a las mujeres, manu militari si es preciso (dicen), copiando as literalmente casi, el argumento esgrimido en las redes por los islamistas. Y ese es el marco ambiental de la decisión anunciada para mañana sobre la legalidad o no de las prohibiciones del burkini dictadas por diversos ayuntamientos de localidades costeras a lo largo de la geografía francesa, que tiene en vilo a franca entera. Dudé mucho (lo confieso) antes de formarme un juicio medianamente claro sobre este asunto y de ponerme a darle a la tecla.

Los acaldes franceses puesto ahora en la picota por las medidas de prohibición tienen toda la razón, es un asunto de importancia capital de vida o muerte si se me apura para la supervivencia de nuestra civilización occidental y europea o lo que de ella nos queda (no mucho según lo s análisis de Dominique Venner) To be or not to be. Europa -España incluida- tierra madre de nuestra civilización o nueva tierra de islam, y de la charia (la ley islámica) La indignación que habrá encendido (otra vez) las redes sociales no lo habrá sido de por ninguna muestra, por nimia que fuera, de desnudo femenino sino porque la mujer musulmana interpelada en la playa por la policía de Niza, en el momento de quitarse el burkini de encima dejaba al descubierto (horresco referens!) uno de sus antebrazos. No más.

Mas que suficiente no obstante para desatar la indignación y la execración de los islamistas y sus compañeros de viaje -de la presa española inclusive- en nombre de la ley islámica que rige todos los aspectos de la vida individual y en sociedad de musulmanes y musulmanas y que se sienten en el derecho de aplicar e imponer en los países de acogida de inmigración musulmana, ahora o cuando llegue el omento, cuestión de tiempo apenas, como una bomba de relojería. Jean Marie le Pen -en unas declaraciones matinales hoy jueves a la primera cadena de televisión francesa (TF1)- por una vez en sintonía con su hija y la dirección actual de Frente nacional que se habrán manifestado favorables a la prohibición del burkini en las playas francesas, ha calificado el asunto como se merece, de provocación islamista, buscando (sic) a tantear el terreno (...)

Unas frases en particular del artículo del País que habré encima mencionado me habrán servido tal vez de detonante, poniéndome en el disparadero a la hora de decidirme y de optar de una vez como lo hago en estas líneas. Y es su alusión -a modo de retahíla bíblica (o coránica) hacia el final del articulo- a los piropeadores (sic) inoportunos, a los salvajes (sic) que hacen publicas su frustración todos los dias en nuestras calles (...) Que le parecen al autor del artículo (Jorge M. Reverte) más precoupantes que el burkini. Unas invectivas donde no pueden por menos de verse (injustamente) retratados -y estigmatizados- tantos españoles entre los que me encuentro (ellos y sus antepasados, sin dejar de sentirnos perfectamente libres de culpa.

A mí desde luego que me registren. ¡Piropeadores inoportunos! ¿Quien decide de l oportunidad o no? Al paso que vamos -y a tenor de ese articulo- me temo me temo que ese papel acabe correspondiéndoles a los jueces de la ley islámica. Un pueblo de piropeadores inoportunos, qué digo, de violadores, los españoles en la Leyenda Negra que sigue dando coletazos de cuando en cuando por cima de los Pirineos (aquí en Bélgica por ejemplo) Y para la que parece haber llegado la hora de Némesis -la diosa de la venganza- en este regreso del islamismo tanto siglos después, léase de un islam enemigo histórico de españa como de Europa.

“Tres moritas me enamoran en Jaén, Aixa, Fatima y Marién” ¡Santo erotismo de la España de la Reconquista, tan vivo (y calumniado) ayer como hoy! ¡Por los siglos de los siglos! Amén

2 comentarios:

Anónimo dijo...

el debate burkini si ó no es tan absurdo como plantear ablación del clitoris sí o no, o usar chilaba si o no... Lo que pretenden los ingenuos partidarios de la "asimilación" o "integración" es IMPOSIBLE. Pretender que un moro musulman se comporte como un ciudadano europeo es pedir peras al olmo...
Cada cual donde quiera que fuere lleva con él su idioma, sus costumbres ghastronomicas y sexuales, su fanatismo religioso, si lo tiene etc. Si un no europeo o no caucasico es obligado a aprenderse de memoria la Constitucion de la Republique francaise no por eso se convierte en frances ni europeo. No se puede obligar a que una mujer `afgana no use burka. Si se quiere una sociedad fuerte y homogenea debe controlarse y evitarse en lo pposible la inmigración de GENTE NO ASIMILABLE. ¿Es un delito protegerse?
El primer error ocrimen contra Europa fue la NO NATALIDAD... A partir de aqui, si se produce un VCIO es lógico que otros pueblos intenten ocupar ese hueco. Los europeos somos el 5% de la poblacion mundial... A principio del siglo XX eramos el 25%... E. Nolte tenia razón al hablar del "suicidio" de Europa... pero hoy es un SUICIDIO ASISTIDO Y PROMOVIDO desde fuera...
"DIVIDE ET IMPERA" es es lema de los enemigos de Europa.

Juan Fernandez Krohn dijo...

Hubo un tiempo que yo pensaba grosso modo como tú en esos temas, pero tras treinta años de estancia en Bélgica (tan afectada por la inmigración, un treinta por ciento de emigración musulmana en la aglomeración de Bruselas), todos -como diría Nietzsche- nos hicimos (muchos) mas serios en las cosas del espíritu. Si me hubiera quedado en España tal vez hubiera seguido pensando como tú, humildemente lo confieso. Además y no me lo tomes a mal porque no va personalmente por ti, me producen de antiguo cierta frustración, lo confieso, esos diagnósticos catastróficos siempre en modo condicional, si se hubiera hecho tal, si se hubiera evitado tal o cual, la realidad no obstante es la que es, que eso es lo que hay ¿Quiere decir que tenemos que aceptar impávidos e impotentes de este (de aquél para ti) o del otro lado (para ti de este) de los Pirineos el que se nos siga invadiendo por muy pacifico -léase insidiosamente- que se haga?

El problema de fondo en este asunto -y ahí le doy al “catalán” Manuel Valls la razón de todas todas- es el espacio publico, que se ve blanco (indefenso) de una ocupacion rampante por parte de la charia (ley islámica) Por parte de unos signos distintivos islámicos presentes in crescendo or todas partes. Y a mi desde luego que me registren,q ue creo llevarlo bastante bien, con esas jóvenes moras de la emigración -encantadoras por lo demás, y seductoras e insinuantes, como las moritas del poema de Baltasar de Alcázar ( con una barniz de cultura occidental encima, por cierto, que se les fue quedando impreso desde que nacieron) - que nos asaltan visualmente metiéndote sus velos o turbantes (y sus ojazos) por los ojos, mientras que uno se encuentra leyendo o escribiendo (poemas) tranquilamente en una sala de biblioteca.

El que no se las pueda decir por ejemplo un piropo so pena de ser tratado por algunos (o algunas) -que no precisamente por las interesadas- de piropeador inoportuno (sic) o aun lindezas peores, como las que se permite Jorge M. Reverte en un articulo del País sobre el tema que cito más arriba en mi entrada, o de que se te caiga el cielo encima si aquello llegase a los oídos de los guardianes de sus días y de sus noches (y de los interdictos de su fe islámica) O de no poder cocinarte tranquilamente carne de cerdo si te tocan en suerte vecinos musulmanes -simpáticos y atenciosos por lo demás- o de tener que cerrar herméticamente puertas y ventanas para que el menor efluvio aromático (horresco referens!) no se cuele para fuera, que ahí ya la tenemos liada. Francia no es el Afganistán que citas en tu ejemplo.

Y si no les gustan los bikinis y lo espectáculos de las playas francesas (o españolas) no tienen más que hacer como hicieron siempre hasta ahora, abstenerse de baños públicos, o hacerlo en banda parte cuando nadie las ve, fuera de los horarios corrientes o en lugares apartados, el burkini en cambio es un paso adelante en la provocación. Una forma de tantear el terreno (para seguir avanzando), como dice Jean Marie le Pen con toda razón. Y de seguir tocándosnoslos (y con perdón) porque de verdad que si no ves otra manera de abordar y de enfrentar el problema,de urgencia como se impone -que planes de aumento de la natalidad, y de paso seguir flirteando con el islamismo de puertas para adentro o en la esfera internacional, como lo hicieron hasta ahora en España muchos (y de los mejor informados)- apaga y vámonos, de Europa y del planeta incluso.

Y no me lo tomes a mal ya digo. Yo comprendo que mi planteamiento les pille cuesta arriba o con el pie cambiado a los españoles que viven habitualmente por ejemplo en Marruecos o que tiene contactos por lo que sea con ese u otros países musulmanes de los que nos pillan cerca, o que estén al tanto de conflictos exteriores en países musulmanes en los que haya presencia (militar) española, pero la agravación de la situación -en España y en resto de Europa-les impone imperiosamente a mi juicio el replantearse el tema. Saludos (sin acrimonia)