lunes, agosto 08, 2016

ALEPO, Y LAS GUERRAS DE INTERNET

La guerra civil española ofreció un ejemplo emblemático del auge de la guerra de propaganda en los conflictos bélicos que tuvieron de teatro el pasado siglo. Y esta portada de un diario de zona roja sobre la pretendida rendición del Álcazar de Toledo -a seguir nota bene a la explosión de una mina que echó abajo toda una parte del edificio- cobra gran actualidad ante las noticias que vienen vendiéndonos las últimas horas ciertos medios occidentales -y españoles- por cuenta del cerco (que me diga de la ruptura del mismo) de la ciudad de Alepo. Se ve que quieren ganar a toda costa -en Internet- lo que a todas luces están perdiendo en el campo de batalla
La guerra civil española registró hitos inéditos hasta entonces en materia de guerra de propaganda, de un lado como del otro de las trincheras. Y en la era del Internet, a treinta años ya de la eclosión de la revolución informática era lógico de prever que las guerras en curso en el mundo hoy por hoy se vieran dobladas de una guerra de propaganda tan crucial o decisiva (casi) como la que se riñe en los campos de batalla. Algo de lo que nos viene ofreciendo una ilustración cegadora la guerra en Siria y en particular la batalla que se viene riñendo desde hace tres años y que en los últimos meses -y semanas- habrá cobrado niveles de paroxismo en torno a Alepo la capital del Norte de Siria, en la que habrá venido siendo designado en los medios de “madre de todas las batallas”

La batalla de Alepo habrá alcanzado un clímax en las dos últimas semanas, tras el cierre completo por parte del ejército sirio y de sus aliados rusos e iraníes del cerco de las zonas de la ciudad controladas por los rebeldes, y el lanzamiento -en respuesta- días mas tarde de una ofensiva de envergadura de los rebeldes islamistas, a cargo esencialmente de grupos yihadistas -considerados terroristas por la comunidad internacional- que al cabo de cinco años de conflicto habrán acabado alcanzando la hegemonía en el bando de la rebelión después que la fracción moderada -”el ejercito libre sirio”- acabara como era fácil de prever fundiendo como nieve -o glaciar- al sol. No hay mal que por bien no venga, decía el Caudillo.

Y así en la apoteosis mediática -a base de fotos "cinematograficas" y de grandes titulares a cual más sensacionalista sin daztos fiables apenas ni confirmación a cargo de fuentes exteriores, y mucho menos mapas (nota bene) acompañando- que habrán reservado a esta ofensiva (a la desesperada) de las facciones anti-Assad, en particular los medios en lengua francesa -de un país nota bene cuya diplomacia se ve empleada a fondo (antes y después de loa caída de Laurent Fabius) en contra del régimen de El-Assad- y un sector bien/pensante de los medios españoles, se habrá puesto al destape esa filiación yihadistas de uno de los dos bandos en liza que la Casa Blanca, los gobiernos occidentales y un sector mayoritario de los medios en esos países viene apoyando ciegamente; en los precisos omentos nota bene en que la ofensiva terrorista islamista (marca EI) arrecia en suelo europeo alcanzando niveles de barbarie y salvajismo hasta hoy nunca visto.

Así al terrorismo ciego de Al Quaida -a base de bombas y explosivos- se habrá sumado otro tipo de terror (marca EI) cualitativamente diferente aunque no a la zaga en la cuantía del terror que deliberadamente provoca y del clima se inseguridad y de incertidumbre que propaga en torno suyo -y en lontananza- y es el terror de arma blanca -de avilantez (sic) particular, le decía Francisco Umbral- como lo ilustra el asesinato (salvaje) -decapitado- de un sacerdote ya de edad en la iglesia de una localidad cercana a Ruán (en Normandía) y el ataque -del que ya noticié en este blog- a dos mujeres policías delante de la sede de oa policía belga en Charleroi a manos de un individuo -de nacionalidad argelina, residente ilegal en Bélgica- que las atacó con un machete a gritos de Allahukbar! A tiempo y a destiempo decía Saulo de Tarso que había que predicar el mensaje bíblico (judeo/cristiano), y a fe mía que no puede ser mas inoportuna esa publicidad gratis -y entusiasta- que están brindando ahora a los grupos yihadistas (y terroristas) que combaten en Siria algunos medios españoles.

Mientras escribo estas lineas, las noticias verdaderamente fiables nos llegan con cuenta gotas y el confusionismo mas absoluto reina a cuenta del desenlace de la batalla crucial que se viene riñendo al sur de la ciudad asediada. No hay que ser no obstante un especialista en temas bélicos ni un estratega de tiempo de guerra para ver claro aunque solo sea un poco a través de las cortinas de humo que vienen lanzando los medios españoles y extranjeros favorables a la insurrección islamista. En busca todos ellos nota bene, de un efecto (mágico) de óptica que galvanice hasta las nubes la moral de los unos y eche abajo por los suelos la moral de los otros, tales como el de la ruptura de un cerco -como el de Oviedo durante nuestra guerra civil- o el de la ruptura de todo un frente (en plan de marcha triiunfal, como sucedió en el frente de Aragon, tras la reconquista de Teruel entre enero y marzo del 38.

Nada de eso estùa sucediendo en Alepo las horas que corren,nos lo vendan como nos lo vendan. El tiempo juega a favor del régimen sirio, y de su ejército y de sus aliados por mucho que algunos cacareen. Y las horas que corren venimos asistiendo a una zona (estival) de turbulencias en la política internacional y en el desarrollo de los grandes conflictos en curso por razón de la incertidumbre que viene fatalmente a presidir los últimos meses de la presidencia Obama -principal responsable (con su vicepresidenta Hillary Clinton) de la eclosión del conflicto sirio, en una secuela inmediata y directa de la erupción de las primaveras árabes-, y de la carrera presidencial que tiene emprendida los dos candidatos que se enfrentan irreductiblemente en un sinfín de asuntos y cuestiones y tal vez mas que no otros temas en materia de política internacional y en particular en relación con el conflicto en Siria, transluciente -a juicio del autor de estas lineas- de telón de fondo en la disputa enconada que viene enfrentando Donald Trump a una de las grandes figuras del bando republicano, John McCain protector (y padrino) señalado de la rebelión siria anti-Assad desde sus inicios.

La incertidumbre propicia las aventuras y las reacciones a la desesperada que por cuenta de la actualidad siria venimos observando en estos últimos días de ofensiva yihadista. El cerco de Alepo venía siendo preparado por el ejercito sirio y sus aliados desde hace ya tiempo. Y el ataque yihadista -de varios miles, al precio de bajas sin cuento entre los atacantes (¿quinientos, mas de mil?)  de ahora, por jaleado que se vea en los medios no deja de acusar un crasa carencia de cobertura aérea y en armamento pesado, secuela inevitables del reflujo del apoyo internacional a la causa de la rebelión, lo que augura de lo frgil (y efímero) de los avances que puedan haber registrado los rebeldes yihadistas en las últimas setenta y dos horas. La Arabia Saudita, principal patrón junto con el Catar, de la rebelión islamista tiene ahora otros gallos que pelar en el Yemen vecino, y Turquía que venía ofreciendo su principal santuario a la rebelión, se ve inmersa -y como ensimismada- en una crisis interna de la mayor magnitud provocada por el fracaso de la tentativa de golpe anti-Erdogan hace tres semanas. Y mañana nueve de agosto precisamente está anunciada una reunión en la cumbre entre el mandatario ruso y su homólogo turco, sobre la que el conflicto en Siria planeará (muy) de cerca sin la menor duda.

Los medios especulaban en las ultimas horas de la coincidencia del arreciar de la la batalla de Alepo estos últimos días con la inminencia del reanudarse las conversaciones de paz -patrocinadas por Rusia y los Estados Unidos- en Ginebra. La carta rusa es a juicio del autor de estas lineas el dato de mayor claridad y solidez en el laberinto del Oriente Medio y de la guerra en Siria a ojos de observadores occidentales (y españoles) por lo menos. Y seguimos apostando por ella, como es lógico. Por un deber sagrado de memoria además y por un imperativo no menos ineludible de defensa de la civilización amenazada, en el Oriente medio como en Europa. Y en espera de la contraofensiva del ejercito sirio y de sus aliados que está al caer sin duda alguna, como todos los indicios a ello apuntan

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