lunes, julio 11, 2016

ABSTENCIÓN O NUEVAS ELECCIONES ¿QUÉ DIJO OBAMA?

Hemingway en una corrida en la España de la posguerra poco antes de su muerte (por suicidio, en 1961) Volvió por primera vez a España tras la guerra civil a España en 1953, coincidiendo con los pactos bilaterales España-Estado Unidos. Fue uno de los grandes propagandistas en lengua inglesa de las Brigadas Internacionales y en particular del batallón Abraham Lincoln de las Brigadas Internacionales -que ahora habrá recordado el líder de Podemos-, y se desentendió de ellos en la posguerra. Reconociendo así implícitamente el papel de chivos expiatorios y de carne de cañón que se les reservó en el bando rojo/republicano, lo que viene a salir ahora relucir en la más reciente historiografía. Franco también tuvo sus tropas de choque, pero no eran voluntarios inexpertos (y extranjeros) sino tropas veteranas
Ya pasó y ya se fue, Míster Marshall. No sin la cartilla bien leída -uno por uno y a puerta cerrada- a su tres subalternos honoríficos españoles (y de plantilla) Diez minutos por junto para los tres, tras hacerles esperar una hora. Rajoy por lo menos no tuvo que esperar más de diez minutos y tuvo derecho en cambio a tres cuartos de hora de entrevista y a la presencia de su augusto invitado en su conferencia de prensa tras el encuentro. Y se permitió además también sus (pequeñas puyas) al presidente de la nación mas poderosa de la tierra. Con ese jamón (esplendido hay que suponer) -¿Pata Negra, Cumbres Mayores?- que regaló a su augusto invitado que va de cripto musulmán -léase musulmán a escondidas- entre sus propios súbditos estadounidenses.

O por su silencio un tanto estruendoso ante la mención de aquél al auge del populismo (sic) de este y otro lado del Atlántico -en una alusión apenas velada a las posibilidades electorales de Donald Trump-, y sin dejar de aprovechar la presencia del inquilino de la casa Blanca para explotar su victoria electoral en las pasadas elecciones del pasado mes de junio, a te la sonrisa aquiescente de su invitado. ¿Victoria política del jefe de gobierno en funciones?

El miércoles sin más tardanza lo sabremos tras el encuentro del jefe de gobierno en funciones y el principal líder de la oposición, pero todo apunta -en principio- a Rajoy como el director beneficiario de este viaje, y sobre todo si se me apura del cambio de programa de último minuto que evito el paseo de Obama por las calles de Sevilla, léase el paseíllo triunfal -como así amenazaba aquello de convertirse- para la anfitriona anunciada a saber, la presidenta (socialista) de la Junta andaluza, tan encarnizada rival de Rajoy como lo pueda ser el secretario general de su propio partido (PSOE).

Como sea, nos quedamos con ganas de saber lo que se dijeron el presidente norteamericano y sus interlocutores de último minuto a solas, quiero decir lo que él les dijo que eso no nos lo revelaron de seguro estos últimos en sus declaraciones o mensajes posteriores. Lo que dijo sobre todo a Pedro Sánchez con el que habló -por confesión de éste- sobre la situación política española (sic), de especial interés por la posición de arbitro (in extremis) de la que sigue disfrutando el secretario del partido socialista tras “la segunda vuelta” electoral de hace dos semanas.

Y tampoco lo que le dijo al líder de Ciudadanos, que lleva su servilismo hasta anunciar su participación en la próxima convención demócrata de cara la próximas elecciones presidenciales de noviembre próximo en Norteamérica. Lo que pudo decir a Iglesias también nos interesa, más si cabe en la medida que Podemos pasa a los ojos de muchos por una criatura -como lo fue la Spanish Revolution (léase el 15-M)- de la administración Obama, y de la embajada de Estados Unidos en Madrid en concreto, con cuyo titular -un notorio militante de la causa homosexual- el líder de la coleta suele encontrarse (vox populi) a menudo. Y que no podía dejar de invocar la guerra civil interminable de coartada principal de su conexión norteamericana tan visible y no poco escandalosa por discreta y en un segundo plano que se mantenga.

La Brigada, que me diga el batallón Lincoln, yálgame unos santos de palo. Olvidados hasta por sus propios compatriotas. Carne de cañón, chivos expiatorios del bando rojo eso es lo que fueron, como lo reconoce la moderna historiografía, tal y como lo puso de manifiesto un reportaje reciente de casi dos horas de duración de marca francesa y retransmitido hace un mes en la televisión estatal belga francófona, del que ya me hice en estas entradas. Franco tuvo sus chivos expiatorios, es cierto, pero eran tropas aguerridas y veteranas, de la Legión, y de Regulares y de la Mehala (moros marroquíes) que sufrieron cuantiosa bajas durante la contienda pero no la sangría de las brigadas internacionales, voluntarios inexpertos muchos de ellos -estudiantes manipulados por la propaganda de los medios oextranjeros u obreros en paro de los diferentes países occidentales tantos de ellos- que la república puso sistemáticamente en primera línea del frente, en todas las grandes batallas de la guerra civil como lo estuvieron por ejemplo en la batalla del Jarama.

Hasta algunos de sus principales propagandistas (y compatriotas suyos) de los años de la guerra civil -como Ernest Hemingway o John Dos Passos- se desinteresarían de su suerte en la guerra fría, cuando aquellos se vieron blanco de la vigilancia y de la represión de comunistas durante la campaña -conocida por caza de brujas- del senador (anti-comunista) Mc Carthy que algunos iletrados partidarios de aquél confunden ahora con el general Mc Arthur -el de Filipinas- por las redes sociales. Y no deja de merecerse aquí una glosa el regalo que hizo a su ilustre invitado el rey Felipe VI, de un ejemplar del Quijote, y sobre todo la dedicatoria de la pluma de su propia mujer, Letizia, de una cita de aquél (capítulo cincuenta y ocho de sus segunda parte) “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos” (¡bella frase!)

Como un rotundo mentís, de que los españoles antiguos hubieran tenido que esperar a gozar y apreciar de un libertad, o libertades -que la Libertad con mayúsculas no existe-, de la que gozaban sus antepasados del Siglo de Oro, tres, cuatro siglos hasta la época actual de triunfo de la democracia (en particular tras el 45) O abstención o nuevas elecciones, esa es la disyuntiva ante la que nos encontramos. Y la respuesta a ella a no dudar la tiene Pedro Sánchez (alias Zetapedro)

A saber, la que le dio (a todas luces) de viva voz, Barak Obama. A él y a los otros dos comparsas. Y si no dijo nada, peor que peor, como una luz verde para que el cuatro caminero prosiga la guerra por su cuenta, la guerra civil me refiero, que nunca se acab

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