domingo, mayo 01, 2016

LA CIA, TRAS EL 15-M FRANCÉS ¡NO PASARÁN!

Graves incidentes en la noche del pasado jueves al viernes en la Plaza de la República en París, epicentro de “Nuit Débout”, el 15-M francés. Bajo la mirad complaciente(y cómplice) de la alcaldesa de la capital, una oriunda (de Huelva) nieta e hija de anarquistas. El motivo detonante -oficialmente quiero decir- de la protesta lo es la reforma de la ley francesa del Trabajo que viene a moderar un poco (y no mucho más que eso) los privilegios de las centrales sindicales y de sus afiliados. Pura cortada: una maniobra de altos vuelos de desestabilización en el fondo, como lo fue el mayo del 68.Pero no pasarán, los franceses escarmentaron con el mayo francés, y Francia no es Ucrania. ni España (¡ay dolor!) es Francia tampoco
Un fantasma recorre el mundo, la indignación, y otro le va abriendo el camino que habrá recorrido el mundo miles y miles de veces ya desde el final de la Segunda Guerra Mundial, omnipresente en las novelas negras de James Ellroy el niño mimado de la novela negra USA ambientadas en los Estados Unidos de la posguerra (años cincuenta, sesenta y principios de los setenta)

Y es el fantasma de la CIA, que acabó imponiéndose contra otro rival, del del KGB, al cabo de la guerra fría. ¿Quién esta detrás del 15-M francés? Se preguntan ahora algunos en las redes, y la respuesta anónima no se hace esperar: la CIA que quiere frenar cueste lo que cueste el camino antes de que sea demasiado tarde -antes de las elecciones presidenciales USA del próximo mes de noviembre- el ascenso imparable (a primera vista) -como lo muestran y confirma sondeos recientes- del Frente Nacional de Marine (et Marion) Le Pen.

La pasada noche del jueves al viernes, la plaza de la República en París, epicentro de este movimiento de indignación callejera, habrá sido teatro de enfrentamientos entre indignados y fuerzas del orden de una violencia que raramente se vivieron con el 15-M español hay que reconocerlo. Salvo en la operación (nota bene) de Toma del Congreso.

 Y lo que más llama la atención en los vídeos que circulan de los incidentes de ayer es lo calculado -y timorato incluso- de la respuesta de las fuerzas del orden, se diga lo que se diga, tres o cuatro porrazos de más puestos a un lado -que lleva (faltaría) a ciertos medios a rasgarse las vestiduras-, frente a la actitud claramente insurreccional, encapuchados, cócteles molotov a granel y incendios de vehículos que daban a la Plaza de la República una imagen siniestra en extremo y ofrecían en bandeja a la opinión publica en Francia -y en los demás países- las primicias de una situación insurreccional que huele que tira para atrás a una escenario de guerra civil (larvada apenas) Y que se habrá reproducido ademas en simultáneo en otras grandes capitales del Hexágono ((Lyon, Toulouse, Rennes, Nantes)

Y la prueba del apoyo de los poderes públicos caucionado por el presidente de la República y el gobierno socialista francés, lo es el eco que siguen encontrando en los medios que daban en las últimas horas la mayor cobertura al concierto -cursilerías de Verdi al canto- celebrado con el mayor boato en ese mismo escenario de la plaza de la República hoy sábado. como si quisieran exorcizar a cualquier precio el efecto y desastrosos y deplorable producido por las escenas de violencia insurreccional en la opinión publica.

En España algunos se frotan ya las manos, como el diario la Vanguardia, rehén de nacionalistas separatistas desde hace décadas que celebra en su edición el primer mes cuplido (a trancas y barrancas) el 15-M francés y canta ya su victoria que traería, dicen, un proceso constituyente (sic) en Francia y en toda Europa. España por cierto incluida, con lo cual, a creerles, la próximas elecciones se verían ya innecesarias, que sueñen, que eso no cuesta dinero, con tal que no lo hagan a costa de los demás. Atención al disco rojo, hay que responderles, como en la revolución de Asturias.

Pero no pasarán, la sociedad francesa escarmentó con el mayo del 68 y pese a los esfuerzos denodados de ciertos medios y de un sector de la clase política está claro que esa protesta indignada se estanca. Habas contadas. Por mucho oxigeno que le inyecten los medios en vísperas de las manifestaciones sindicales del Primero de mayo -mañana domingo- donde lo mas ilusos esperan hacer resurgir el movimiento, la suerte esta echada.

La historia no se repite (o no de la misma forma) No habrá un nuevo Mayo del 68 no habrá una “nueva primavera de los pueblos” (europeos) a imagen y semejanza de las primaveras árabes. Por mucho que se empeñe el afroamericano y cripto musulmán Barak Obama y por mucho que la CIA se empeñe a fondo en el empeño. Como lo hicieron en el Maidán de Kiev y como a todas luces lo están haciendo en Francia ahora.

Francia no es Ucrania. Y España (¡ay dolor!) no es tampoco Francia. Y que se piense de mí lo que se quiera

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