domingo, mayo 15, 2016

15-M FRANCÉS, LOS FRANCESES NO LES CREEN

Portada del libro que dediqué a Podemos (en su fase ascendente) y al 15-M (todavía renqueante entonces) ¿Me merezco una medalla en el Quinto Aniversario de un fracaso polvoriento? ¿Nada que ver la campaña que durante cinco años y contra viento y marea habré llevado adelante (en so-li-ta-rio) en contra de la indignación callejera, en el encallamaiento (electoral) de los unos y en el fiasco (callejero) de los otros? En algún sitio les debí hacer daño desde luego como me lo ilustró el boicot -o censura solapada- de la que ese libro se vio objeto en alguna que otra librería de mi barrio (universitario) madrileño
15-M francés. Los franceses no les creen, o dejaron de creer. Es lo que indica el ultimo sondeo de una gran instituto francés de opinión, que refleja una caída vertiginosa de ese movimiento en la estima de la opinión publica después de haber llegar a cosechar al iniciarse esa movida hasta un setenta por ciento de opiniones favorables, un porcentaje que ha descendido por la primera vez a menos del cincuenta por ciento en el último sondeo.

¿Por qué? Mayormente -según el análisis recogido en ese sondeo- por culpa de la imagen de violencia y de degradación (callejeras) que llevan como pegada al cuerpo. En mayo del 68 también era un poco así -se me dirá (con razón)- pero se ve que todos (parafraseando a Nietzsche) nos hicimos entretanto (mucho) mas serios en las cosas del espíritu y es lo que a fe mía cabe decir de las generaciones actuales de franceses, comparados a la de sus padres (o sus tíos mayores o sus abuelos) Su posición como sea se debilita también a ojos vista, como lo prueban los desalojos pacíficos que habrán tenido lugar en las últimas horas, en Paris -la Escuela de Bellas Artes, a unas centenas de metros de la Asamblea Nacional (Palais Bourbon)- y en alguna capital de provincia (Toulouse y Rennes)

Los franceses tampoco creen en un lanzamiento mundial del 15-M francés como el que tienen planeado para mañana en Paris, en un guiño (descarado) al 15-M de la Puerta del Sol (en su quinto aniversario)

Y sus homólogos españoles tampoco parecen andar muy sobrados de fe ( de moral) tampoco, como todos los signos lo indican, por mas que algunos medios nos quieran vender a todo precio a Podemos y a su alianza con Izquierda Unida (escenificada en la Puerta del Sol) como los herederos de los indignados aquellos.

Y esa operación marketing tampoco parece hacer mucha gracia a algunos padres fundadores de la protesta de Sol, a tenor de las declaraciones recientes recogidas en la prensa, pidiendo a Podemos y a Izquierda Unida que dejen de utilizar al 15-M. Una vestal incorruptible que no se casaba y no se casa con nadie, así siguen viéndolo algunos de los que hace cinco años tanto se revolcaron por el suelo.

Nunca me creí (del todo) lo de su transversalidad, aquí ya todos lo saben. No dejé nunca tampoco no obstante de ser consciente de la magnitud del desafío ideológico que nos planteaba a todos -y en especial a algunos particularmente avizor de la actualidad mas cadente (como el que esto escribe)- la versión de pos marxismo particularmente ambigua e insidiosa (e indigesta) que aquellos encarnaban;

Y si se me apura diré que me parece mucho menos corrosivo el viraje -de vuelta al redil (de la izquierda)- que acabaron personificando los dos (jóvenes) lideres de los dos partidos políticos que pretenden encarnar la indignación en toda su pureza. ¿“Sorpasso” a la vista, en las elecciones del 26-J? Es posible, pero no creo que esa alianza tan de andar por casa les de la llave de la Zarzuela.

En el quinto aniversario del fracaso de la indignación, creo modestamente como sea merecerme si no una medalla, sí un reconocimiento, de lo mucho que bregué en solitario -este blog y el anterior de Periodista Digital dan fe de ello, lo mismo que el libro que dediqué al tema- contra esos fantasmas amedrentadores en un principio (el del 1(-M y el de de Podemos que le siguió) y que demostraron no ser (sÓlo) molinos de viento

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