martes, septiembre 02, 2025

INSULTOS "ASIMÉTRICOS" EN LA GUERRA ASIMÉTRICA


¿Insultos "asimetricos" como los que se oyen contra el Presidente de Gobierno que se queja ahora de ellos? Por todas partes, dentro y fuera de los estadios: no más asimétricos que las campañas de guerra híbrida (sic) en las que -por cuenta de "su" "memoria" (polarizante) - nos tiene a los españoles crispados y enfrentados. Siembra vientos y recogerás tempestades

"¡Esa  palabra, ni nombral-la, Señó Juan, ni nombral-la!" Todavía resuena en mis oídos esa frase de un emigrante (y exiliado) español, con el acento inconfundible -creo que era de Málaga - y de tono vehemente en extremo, mirándome fijo a los ojos, pero sin animosidad alguna tampoco, y fue a un comentario mío trivial en absoluto en el que sin el menor ánimo de polémica  o de contienda -mi palabra, pero torpemente (confiteor), porque me debí esperar lo que me esperaba- utilicé la palabra de rojo (¡lo que dije Dios!) Sucedió en una tertulia improvisada de emigrantes españoles en un bar/cafetería muy concurrido  del centro de Lausanne -que ellos llamaban la Casa del Pueblo (...)- en donde di a parar -perdido y de paso como allí estaba pardiez!- no recuerdo bien cómo: Y el que dijo aquello por lo que allí contó -sin duda en atención a mí (blanco de todas las miradas)- arrastraba un largo exilio en Alemania oriental  a punto ya de volverse de regreso a España -eran Navidades del 85, recién salido yo de Portugal preso, los años de la Perestroika, justo antes de la caída del Muro-, tras muchos años fuera aquél, por lo que nos dijo. Y viene aquí a cuento de la entrevista de ayer que Pedro SANCHEZ hizo, perdón, que me diga, la que a Pedro SÁNCHEZ hizo (¿en qué estaría yo pensando, por favor?) la periodista -y maestra de periodistas- Pepa BUENO, ex-directora del País (y desconocida, gajes de la expatriación, hasta hoy para mí) De lo que puestos a entresacar, yo señalaría dos extremos en lo que contó Pedro SANCHEZ en la misma. Primo, su despiadado ataque a los jueces que se meten en política, visiblemente en plan de juez y parte, y a punto de derivar sus palabras en un descarado alegato pro domo (estará aquí todos de acuerdo) . Y secundo -a fuer de polémico, lo más incisivo- cuando hablando de la polarización -y crispación- del debate político en la España de hoy, declaró: "La polarización es asimétrica: yo no insulto". Y como dijo Jack, vamos por partes (a guisa de respuesta)

Y de entrada, blanco y en botella: la frase a la que aludían ayer el director y los tertulianos del programa de TVE "La Noche en 24 horas", a cuento de las referidas palabras de Pedro SANCHEZ en su entrevista, que me diga en la entrevista que se le hizo (¡pido de nuevo perdón!), a saber la de Hijo de p..., que a tenor incluso de lo que se dijo ayer -por varios intervinientes incluso- en el referido programa, se oye últimamente (un poco) por todas partes, yo no la he pronunciado nunca, aunque (confiteor) no me divirtiese y regocijase (a veces) menos el oírla (...) Como el grito aquél de ¡TARANCON AL PAREDÓN!, que tampoco llegué a pronunciar, pero del que siempre pensaba al oírlo que se lo tenía bien merecido (...) Un insulto y grito malsonante aquél (contra el Presidente del Gobierno), y grave sí, pero es sólo en la medida que nos suena a muchos como un sintoma -pódromo ("podrome" en francés)- léase, un aviso preñado de negros y aciagos presagios, y señal inconfundible en cualquier caso que vamos por mal camino (...) Y es que como advirtió (agudamente) ayer una de las intervinientes en el referido programa (*), nos tememos que ese sea el último paso antes del enfrentamiento o de la agresión física (sic), léase de la guerra civil. Los pueblos que no aprenden de la Historia están condenados a repetirla.  

Dicho esto, mi comentario aquí quedaría (fatalmente, e injustamente) incompleto,  si omitiese una (ineludible) apostilla. Y es el contexto en el que toda esta marea invasora de polarización y crispación que amenaza de englutirnos a todos, tiene lugar ahora. Y es la guerra hibrida (sic)-no menos asimétrica sí, pero esta vez del lado izquierdo (...)- a la que venimos asistiendo desde los tiempos de José Luis ZAPATERO, con el que arrancarían esos formidable fautores de gresca y de crispación -y de seria amenaza a la convivencia entre españoles y a la Concordia -en flagrante ruptura nota bene de los consensos alcanzados (a veces a caro precio) gracias a la Transición-, que fueron las sucesivas leyes de la Memoria.  Que fatalmente se traducirían -como ya lo señalé en entrada reciente de este blog-, en una negación (sic) del pasado y de la Historia, ultrapasando así la línea roja que se fijó con la Damnatio Memoriae, de los tiempos del Derecho Romano -que condenaba a la infamia e ignominia , pero no al olvido y a la desaparición -"vaporización" -díxit Georges ORWELL (*)-, como lo pretende ahora el PSOE por cuenta de la (interminable) guerra civil del 36. Sin el más mínimo precedente o comparación en el mundo de hoy (civilizado) Y sólo en ese contexto se debe enjuiciar y analizar la polarización y la crispación a las que  (absortos e impotentes) asistimos hoy, y a la secuela inevitable de insultos -o invectivas injuriosas y lacerantes, no menos (y a las pruebas me remito) que la de "rojo"- como las de "facha" o "fascista" que la izquierda española (invariablemente) espeta o prodiga a sus adversarios.  

¿Sólo descalificaciones políticas (sic) como defendía ayer uno de los intervinientes en el programa al que aludo?: con no menor carga de infamia y peyoración  "mutatis mutandis" -cuestión (sobre todo) de nivel (of course)- que el insulto vulgar (de la calle) aquí aludido. No menos, en cualquier caso, que la de "rojo" Con el agravante que no son voces (vulgares) de un ciudadano de a pie -L'Uomo Cualunque-, sino (mayormente) de individuos investidos de dignidad  los que las profieren. Capaces -ay dolor!- de sellar nuestro Destino

Ainhoa MARTINEZ HOYOS, interviniente en el programa de ayer, La Noche en 24 horas de TVE. Advirtió  (agudamente) de los riesgos que conlleva la polarización política y  -consiguiente crispación social - a lo que asistimos. Que los insultos puedan fatalmente derivar en agresión física, sí: en una espiral de violencia como la que nos condujo a la guerra civil (del 36)

(*): Georges ORWELL, "1984"