Ramón SERRANO SUÑER, en Alemania nazi (en la foto, junto a HIMMLER, más comparsa que nunca (...) Católico (de profesión) y educado en los jesuitas, se apartó (prudentemente) del III Reich -casuística jesuita obliga, faltaría (...)- cuando empezaron a perder (...) Como el presidente de UNA VOCE (del que nos ocupamos aquí) Y en suma, como la diplomacia de la Santa Sede también. Y es que la Alianza informal con el Vaticano o el pacto implícito con la Iglesia católica fue para Alemania el flanco desguarnecido -en francés, "ventre mou- por donde perdió la guerra de los servicios secretos, y del espionaje (dentro y fuera de los confesionarios) En el principio del Fin. Y por eso, la Iglesia del Concilio (y de después) no lo tiene claro en materia de Historia: sobre la II Guerra Mundial, y sobre nuestra guerra civil (del 36)
En este blog ya expuse y defendí la tesis -personal e intransferible (que nunca vi defender a nadie quiero decir- conforme a la cual, Alemania perdió la guerra en los frentes porque la perdió primero entre los servicios secretos por culpa mayormente del Vaticano, léase del secreto de confesión y de los confesionarios. Y puse como ejemplo y botón de muestra ilustrativo, a Sor PASCUALINA (Lehnert), la secretaria inseparable e incombustible del papa PACELLI -Pío XII, depositaria de sus secretos, políticos de Estado amén de los otros, más íntimos y personales. Y ahora al calor de la actualidad pontificia -en torno al nuevo papa PREVOST- me doy de bruces, navegando en Internet, con otra figura clave en materia de la Segunda Guerra Mundial y en lo referente al espionaje. Y se trata de alguien al que sin hablarle nunca ni tratarle le conocí muy bien, aunque solo fuera por verle pasar justo delante de mí, y de la fila de seminaristas al lado de mí, de aire mustio, contrito y devoto acompañado o seguido de su mujer a la hora de la comunión durante la celebración de la Misa tridentina en el Seminario (tradicionalista) de Ecône.
Y se trataba -conforme a lo que circulaba allí sotto voce viéndole pasar, del presidente nuevo y flamante de la asociación, UNA VOCE, de defensa del Latín, de la polifonía sacra y del canto gregoriano, de la cual se habrá hablado (y discutido) mucho de nuevo ahora en torno al nuevo papa PREVOST. Una asociación en primera línea entonces de la defensa del Latín, y de la Misa en latín. De la Misa vaticana y no tridentina -la precisión se impone- y por esa precisa razón puesto (discretamente) en entredicho o bajo sospecha allí, entre muchos seminaristas -y entre ellos yo- que (piadosamente) veíamos en él un reo del doble juego, o poco menos que un traidor. Pero lo que no podíamos ni sospechar era la dimensión política -de alta política-, y propiamente histórica (sic) del personaje como nos lo revela ahora la noticia digital que habrá visto la luz a su nombre circulando por la Red. Y es la de un alto cargo de la ABWEHR, el servicio de espionaje alemán-, "el primo de VON PAPEN" -como le llamó la prensa británica- , de quien se ocupó públicamente el mismo Joseph GOEBBELS, que veía en él, el responsable del desmantelamiento del servicio de espionaje que mandaba el Almirante CANARIS, en provecho del de HIMMLER (y de HEYDRICHT), el SD (SICHERHEIT DIENST) Alguien -Eric VEHRMEREN de SAVENTHEM de su nombre completo- que llegaría a estar en contacto después de la guerra, en Inglaterra -en donde se refugió- con Kim PHILBY, el destacado espía soviético (un respeto) que tanto escandalo (mediático y judicial) armó.
Y todo lo que procede trae de nuevo a la luz lo queramos o no, la dimensión o significación política -de política religiosa quiero decir- de Monseñor Marcel LEFEBVRE, puesta bajo el celemín o bajo sordina tanto por sus seguidores más fieles como por los más encarnizados de sus detractores, y era como un ejemplo más (aquel) de la cuerda floja (sic) por la que el obispo francés discurrió siempre a la hora de fundar y edificar su obra sacerdotal a un lado y a otro de las trincheras que levantó la Segunda Guerra Mundial, en particular en Francia, entre la Resistencia y la Colaboración. Y es lo que explica o me explica al menos a mí, lo ambiguo (sic) de su actitud -que la espiral de confrontación eclesiástica en la que se vería embarcado acabaría de borrar, con la ayuda de los medios-, a su pesar, y fue sobre todo en relación con el Concilio Vaticano II. (Que tanta discordia creó, en aquel medio cerrado -como una olla a presión- del seminario de Ecône (casi todo el tiempo que pasé allí, entre los "liberales" -blandos, "mous"-, y los "duros" (anti-libéraux), que grosso modo acaudillaba yo) (...) Las actas del cual, él mimo firmó: "No podía hacer otra cosa" como me lo confió él mismo a mí. Ante mi (interna) consternación (...)
Y era por los lazos de solidaridad que le unía con los demás padres conciliares, y en definitiva a ël y a todos ellos -sobre todo los miembros del episcopado francés- con el bando de los vencidos de la Segunda Guerra Mundial. Lo que le impidió levantar alta y clara la disidencia, viéndose obligado a replegarla y a reducirla a partir de entonces a una cuestión estrictamente litúrgica (en apariencia), difícilmente comprensible para el gran publico y para la inmensa mayoría de sus fieles (por propia definición) Enésimo ejemplo en suma, el de De SAVENTHEM, justo con Bernard FAY, u otros "malditos" que pasaron por Ecône, o del capellán de la LVFB ( Division SS Carlomagmo) del que aquí hablé- de lo que denunció el filosofo existencialista católico Gabriel MARCEL. Que la Iglesia les dejó a deber -a los católicos que (sinceramente) abrazaron el Nuevo Orden- una explicación (sic) Y una oferta de diálogo como la que brindó a su bando izquierdo, en nombre de Karl MARX y de Sigmund FREUD
Eric (VERMEREN) DE SAVENTHEM, presidente de UNA VOCE -de defensa de Latín, de la polifonía sacra y del canto gregoriano- por donde viene ahora el escándalo y la controversia en torno al papa PREVOST. Que conocí en el seminario de Econe. Figura emblemática de la alta Política (religiosa) y del espionaje -de alto mando de la ABWEHR (servicio secreto alemán) como lo fue- como los que circulaban por el seminario de ECONE, bajo el patrocinio de Monseñor LEFEBVRE, el fundador
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