domingo, octubre 11, 2015

¿TERCERA GUERRA MUNDIAL EN MARCHA?

Cuando las barbas del vecino veas pelar, reza el refrán castellano. Y todo lleva a pensar que por encima de otras cabezas de turco por designación -en los planes y objetivos me refiero de los fautores y protagonistas de las primaveras árabes-, el presidente ruso Vladimir Putin tenia razones más que sobradas para darse -por encima de cualquier otro- directamente por aludido, como a todas luces así parece haber sido, y como la escalada en curso en Siria (si necesidad hubiera) lo confirma. Lo que viene a confirmar a la vez el carácter de signo mayor de nuestro tiempo –que no se nos escapó a algunos desde un principio- de la ejecución salvaje del coronel libio retransmitida a escala del planeta, por cuenta de la democracia. Y, pari passu de su valor de ejemplo y de haber servido de escarmiento en cabeza ajena, como sirvió a la clase obrera en los países occidentales la guerra civil española. Y recogiendo el guante de esa forma, el mandatario ruso viene ahora a dar al mundo otro ejemplo no menos contundente: de lealtad (ciega) a las alianzas de guerra que hizo grandes a los grandes imperios, algo de especial pertinencia entre aquellos españoles amantes de su historia y a los que duele España (y su decadencia)
El semanario francés (de izquierdas) "Le Nouvel Observateur" publicó el pasado jueves un amplio reportaje sobre la campaña en ciernes de bombardeos rusos sobre Siria bajo un título en extremo sensacionalista “¿Ha comenzado ya la Tercera Guerra Mundial?” que se ve surcado de negro presagios por la significación del órgano de publicación referido, abierto defensor de antiguo de lo intereses geo estratégicos del Estado de Israel en el Oriente Próximo y es en la medida que trae fatalmente a las mentes las campañas de ciertos medios de difusión belicistas –en general escorados a la izquierda- durante el periodo de entreguerras que acabaron haciendo de la ruptura de hostilidades en septiembre del 1939 –fecha oficial del comienzo de la Segunda Guerra Mundial- la crónica de una guerra anunciada.

¿La historia se repite? Los paralelismos y evocaciones de orden histórico no faltan desde luego en el artículo que encabeza y da su titulo a la vez al reportaje al que aquí se alude. Y en particular el atentado de Sarajevo, detonante del estallido de la Gran Guerra (léase la Primera Guerra Mundial del 14-18) Y no deja de ser significativo en extremo que coincidente con el reportaje del Nouvel Observateur, el diario “Le Figaro” publicase un articulo donde parecen sondearse las intenciones (de orden íntimo) del premier ruso por detrás de la campaña de bombardeos en curso, con un titulo no cabe más ilustrativo, “En la mente de Putin se trata de evitar a Assad la misma suerte de Gadafi” Todo queda dicho.

¿La soga en casa del ahorcado? Más profundo y relevante todavía juicio del autor de estas líneas quien se precia –lo que me costó tres noches blancas (un decir)- de haber captado o creído captar en su momento el carácter de signo mayor de nuestra época, de nuestro tiempo, en la ejecución salvaje retransmitida en directo a escala del plena del coronel libio, por cuenta de la democracia (…) Un antes y un después, a partir de entonces en la historia de la Humanidad y en sus caminos de futuro.

Y es que si las previsiones agoreras del referido semanario francés acabasen viéndose cumplidas y la actual campaña de bombardeos ruso sobre territorio sirio acabara degenerando en una conflagración generalizada, de detonante primero y principal de la misma –comparable mutatis mutandis al atentado de Sarajevo- tal vez pasara a la historia no la campaña en curso -en los medios de la presa global como en el espacio aéreo sirio- sino lo que a los ojos de algunos analisras y observadores –como lo ilustra el articulo del diario “Le Figaro” que acabo de citar- sea tal vez la causa motriz de aquella, a saber el valor de ejemplo del final trágico del coronel libio, en otros términos, de haber servido de escarmiento en cabeza ajena.

Y Vladimir Putin no anda desde luego descaminado, como lo prueban los análisis y juicios –ampliamente difundidos en los medios- que le habrán merecido la serie de acontecimientos que tuvieron su punto de partida en las primaveras árabes, y que comparte (grosso modo) de pe a pa el autor de estas líneas. Una serie de revoluciones provocadas y manipuladas -como un juego de niños- por las potencias occidentales y la prensa global en contra de unas dictaduras (sic) que no dejaban de ser (sic) gobierno legítimos, al hilo al mismo tiempo de una política de exportación (sic) de la democracia a las cuatro esquinas del planeta proseguida sin descanso –a través mayormente de las llamadas revoluciones de colores (como la fallida “spanish revolution”) - por la Administración USA desde la caída del Muro.

De qué escandalizar, ya solo con esas frases legiones y legiones de apóstoles y propagandistas de la democracia/real que brotarian como hongos “urbe et orbe –y muy particular entre españoles- al calor (radioactivo) de los acontecimientos acaecidos en el Magreb y en el Oriente Próximo hace cuatro años. Cuando las barbas del vecino veas pelar, reza el refrán castellano.

Y está claro para el autor de estas líneas que por encima de Assad y de otros gobernantes del Magreb y del Oriente próximo puestos directamente en la mirilla de los fautores y principales protagonistas de las primaveras árabes, Vladimir Putin debía a justo titulo darse directamente por aludido con más razón sin duda que ningún otro, como a todas luces así habrá sido (…)

Mientras escribo estas líneas, siguen llegándonos ecos de la matanza perpetrada hoy en Ankara que se enmarca en la escalada de tensión que se viene operando en torno al conflicto sirio. Y así, inmediatamente después de producirse el atentado y haciendo oidos sordos a los mensajes emanados tranquilizantes (y propagandisticos) del partido en el poder, manifestaciones se habrán formado espontáneamente en las calles de la capital turca acusando del atentado a engranajes del estado turco bajo control del partido (de Erdogan) actualmente en el poder de responsabilidad directa en la matanza.

¿Y acaso es muy disparato y temerario el conjeturar que el amigo turco de Zapatero -el gran beneficiarlo político nota bene- de los atentados sangrientos del 11 d marzo, pueda de una forma u otra encontrarse detrás él también –a título de beneficiario aunque solo sea- de ese nuevo atentado comparable en parte por el número de víctimas (sensiblemente inferior no obstante) a los atentados de Atocha. No creo en las meigas pero hay las

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