Grave incidente cargado de negros presagios ayer en Barcelona, no tanto por el desplante en sí -bajo los auspicios de Arturo Mas nota bene- del provocador catalanista sino por la debilidad flagrante y escandalosa de la que habrá dado muestras el principe heredero, rebajándose a tenderle la mano una segunda vez, y hablándole en catalan (sin éxito) En otras circunstancias y en otros lugares fuera de Cataluña supo mostrar de antiguo -en la imagen al menos que arrastra entre muchos que le trataron y le conocieron de cerca- mucha más arrogancia y mucha menos condescendenciaLa primera en la frente. El grave incidente cargado de negros (por no decir negrísimos) y funestos presagios que se produjo ayer en la inauguracion del mega/congreso -"el único realmente global (se puede leer en la presentación del mismo en los medios) que se celebra en España"- de operadores móviles organizado por la GSM Asociation en Barcelona, que esta contando entre los (influyentes y poderosos) asistentes nada menos que a Marc Zuckerberg, el joven (de treinta años) fundador de Facebook y catalogado recientemente por el Jerusalen Post (con el puesto numero veintitrés, cuatro sólo por debajo de Adelson, el del proyecto de Eurovegas) entre los cincuenta judios mas influyentes (sic) del mundo, y donde el principe heredero Felipe de Borbón sufrió ayer un desplante en público a cargo de un notorio separatista catalán -rico hombre de negocios a la vez por lo que de él ahora leo- en presencia del presidente de la Generalitat, de su "ministro" de industria y del alcalde (catalanista) de Barcelona viene a ser sin duda la línea roja de lo intolerable para algunos -pocos, muchos-, por la conducta de todos y cada uno de sus protagonistas, incluido la del principe hereredero.
Otro incidente en cierto modo análogo en el que se vio envuelto Felipe de Borbon en Pamplona en el 2011 en plena movida de los indgnados, de una joven que le interpeló en publico critica pero sin desaire como ahora sucede me mereció una actitud radicalmente distinta a la que me merece este otro tan inquietante.
¿He cambiado yo? Que se piense lo que se quiera, digamos que han cambiado mucho las cosas -los tiempos y los vientos- des tres años a esta parte, y después de aquello, vino el desinflarse progresivo de la movida del 15-M al cabo de una larga ristra de altercados callejeros, vino el desenlace de la Guerra en Libia con la suerte tragica reservada al coronel Gadafi, vino después la guerra civil en Siria que habrá copado la alctualidad sin pausa casi nidescanso hasta la crisis de las armas químicas del pasado mes de septiembre donde el poderio de la mayor potencia del planeta se vio puesto a ruda prueba, y salio de mala manera por la puerta trasera por no decir claramente derrotada.
Marc Zuckerberg, fundador de Facebook. Esta sonrisa angelical -de ángel de la biblia (judía)- se les puede acabar atragando a muchos de sus devotos españoles que podrían acabar en menos de un santiamén cayéndo del cielo del internet en el infierno " global" que este joven judio brillante catalogado por el Jerusalen Post entre "los cincuenta judíos mas influyentes del planeta" nos promete ahora en Barcelona -donde es una de las estrellas del congreso del GMSA en cuya inauguración se vio verbalmente agredido el heredero- después de haber cumplido (a la perfeccion) en Kiev su cometido desestabilizador, con perfecta conciencia mesianica sin la menor duda de su parte (...)Y sobre todo se habra venido incubando desde entonces una situacion explosiva en Cataluña con el deterioro de la situación institucional y de la opinion publica alli en todo este tiempo a ojos vista. Y entre todo lo sucedido de crucial y transcendente durante todo este tiempo, a mi modesto juicio al menos figura a no dudar un incidente todo menos trivial por lo que habrá tenido a todas luces de premonitorio y lo fue el ocurrido el pasado mes de septiembre en la libreria Blanquerna en Madrid con ocasion de la conmemoracion de la Diada (catalanista)
Causa real o simple pretexto -o pura coincidencia-, es un hecho que el articulo que inmediatamente publiqué en Periodista Digital sobre aquel tema -solidarizándome con los aguafiestas por supuesto- vino a poner, por decision de sus responsables, un punto final a mi colaboracion en la blogosfera de aquel diario de internet. Y lo que pudo parecer entonces a algunos nada más que eso, un final (y punto) , se iba a convertir para mí en punto de partida por el contrario de un proceso de reflexión -y a la vez de revision- que se esta revelando a pasos agigantados de lo más fructifero y liberador -como aqui algunos se han dado ya sin duda cuenta-, y que habrá encontrado en el agravamiento de la situacion en Cataluña uno de sus detotantes principales y del que no se ven libres ciertas figuras de nuestro pasado reciente -como las de Franco y de José Antonio Primo de Rivera- ni de nuestro presente onipresente e insoslayable como lo es el rey Juan Carlos y por via de filiación como quien dice el propio príncipe heredero.
¿La Monarquia actual, léase la dinastia reinante, una imposicion extranjera, de resultas de nuestra derrota en el 45? Esa es la pregunta en el aire que viene gravitando sobre los más recientes de mis artículos en esta bitacora. Y el interrogante se ve dramáticamente acentuado de pronto ahora por este desagradable incidente ante el que no cabe ya optar por la táctica del avestruz de meter la cabeza debajo del ala, como tal vez hubieramos estado tentados de así hacer en el pasado (en el subsconciente tan siquiera )
Carrillo fue aparentemente el único de sus súbditos españoles con el que Juan Carlos se sintió en la obligacion de tratarle de usted, sin duda porque sabía que de ello dependía su permanencia en el trono. La monarquía no la trajeron las derechas contrariamente al clisé tan consagrado. La trajeron los aliados en el 45 entre los cuales se encontraba la Unión Soviética ¿Qué de extrañar pues que Juan Carlos se interese ahora tan solícito por la suerte del Centro español de Moscú (de "niños de la guerra") amenazado de cierre por falta de subisdios, como se interesó tanto y tantos años (¡ay dolor!) -mientras quedó en vida alguno- por los de Bélgica. Muy simple: porque se trataba de vencidos del 36 que fueron vencedores en el 45"En Cataluña no va pasar nada", aseguró tajantemente hace poco el principe heredero ¿Hablando se entiende la gente, Felipe de Borbon? Hablando en catalán tal vez, y ni por esas, como se habra puesto tan clamorosamente ayer de manifesto. Y para empezar, algunos nos preguntamos cuales van ser las consecuencias para el responsable del desplante de ayer, en claro y en crudo si se le va a multar o castigar (o detener) o procesar por su gesto y su comprtamiento que tipifican -nota bene- un delito de desacato recogido en nuestro codigo penal. Aunque la pregunta está de sobra porque está claro que no le va pasar nada. A tenor aunque sólo sea del desternillamiento de los autorizadísimos acompañantes del principe en el incidente y de la reaccion tan desconcertante (y escandalosa) que fue la de todos ellos a continuación de estrechar la mano del autor del desplante como si tal cosa. Como si entre todos se hubieran cocido la encerrona (...)
Gallo de muy otro cantar hubiera sido el que un incidente igual o análogo se hubiera dado en otro lugar y en otras circunstancias. Como si la ley del embudo fuera pauta de conducta, en la relacion con sus subditos, de la familia reinante y como si tuvieran catalogados a los españoles entre los de primera y los de segunda categoría. Y entre los primeros, los descendientes (beligerantes) de la memoria de los vencidos de la guerra civil -y "pari passu" de los ganadores y vencedores del 45- como lo era Santiago Carrillo el único ciudadano (aparentemente) al que el rey se sentía en el deber de tratar de usted, y también los fautores de separatismo en las autonomías conflictivas. Y entre los segundos, todo el resto y en particular los descendientes de la memoria de los vencedore del 36 -léase de los vencidos del 45- y también los que no tragan con los sueños y quimeras -a largo como a corto plazo- que parece alimentar la familia reinante en relacion con el futuro de Cataluña (...)
¿Una impresión a titulo puramente personal la mia? Gato escaldado, como sea (...) El autor de estas líneas fue protagonista de un ruidoso incidente repercutido considerablemente en los medios españoles y extranjeros con ocasion de la visita del rey Juan Carlos a Bélgica el 16 de mayo del 2000 y por lo que lo menos que cabe decir es que pagué (y cómo) contante y sonante.
Cuando me detuvieron en mayo del 2000 delante del palacio real de Bruselas por proferir acusaciones en contra del rey Borbón -por el asunto de Estoril que acabé poniendo en sordina años más tarde por razón de fuerza mayor (los cincuenta años transcurridos de aquello) (...)- me movía sobre todo, además de un instinto de legítima defensa frente al acoso del que me sentia víctima, un innegable sentimiento de afrenta que de una forma más o menos consciente arrastran de antiguo muchos de mis comptriotas por la preferencia (afrentosa) que el monarca mostró de antiguo por unos españoles frente a los otros, por los que perdieron la guerra del 36 en suma...frente a los que acabaron perdiendo la guerra mundial en el 45. Y ese sentimiento me acompañó siempre hasta hoy desde entonces. La monarquía no la trajeron las derechas -diga lo que diga Pío Moa (al que respeto)- sino los aliados, tras nuestra derrota en el 45¿No son comparables? Es posible aunque no estoy tan seguro de ello. Como sea, siempre, antes y después de aquello, senti y resenti el comportamiento claramente discriminatorio del monarca y de la familia reinante entre unos españoles y otros, como una clara afrenta -para mí y todos los míos,- aunque por momentos prefiriera olvidarlo -¡mi palabra!- y limpiarme el rostro como quien dice con la mano apenas, de una única respuesta a las palabras y gestos afrentosos.
La hipótesis no obstante que vengo esgrimiendo de un tiempo a esta parte -en el marco del proceso de revisión que dio inicio en mi tras la reanudacion de este blog y mi marcha de Periodista Digital como ya lo señalé mas arriba- de una monarquia reinante como imposicion extranjera, en claro o en crudo, como una de las condiciones no negociables de la rendicion pactada a los aliados de Franco y de su régimen en el 45, me hace ver y analizar las situaciones de una forma radicalmente distinta en lo sucesivo y reaccionar en consecuencia de forma también completamente distinta.
Y está claro que si la familia real quiere seguir difrutando del respeto de una mayoria amplia de españoles, tiene que demostrar (nos) su legitimidad -como se lo pedia al presidente ucraniano ahora depuesto el vicepresidente ruso hace tan sólo unos dias (...)- frente a todo y a todos los que la vienen deslegitimando dia a dia, desde incidentes como el de ayer a la llamada ley de la Memoria Historica (...)
Haciéndose respetar dentro y fuera de Cataluña y dando garantias tajantes e irrevocables sobre todo, a la opinión publica, que una situacion (insurreccional) como la que acabamos de presenciar en la calles de Kiev no va reproducirse más pronto de lo que nos imaginamos -en la proxima Diada o en la fecha prevista por la Generalidad para su consulta (léase el 9 de noviembre próximo)- por las plazas y calles de Barcelona
No hay comentarios:
Publicar un comentario