En algunos fotos es impresionante, como en ésta. Y me refiero al extraordinario parecido fisico del doctor Mireles con uno de los protagonistas -Gian Maria Volonté- de un film que hizo más célebre aún la banda sonora de Ennio Morricone, "La muerte tenía un precio" (1966) "Film de culto" para muchos, entre los que me encuentro (...) ¿El Méjico profundo -que no renegó en el fondo de herencia española- el que se yergue desde lo mas hondo detras de él y que algunos dimos por muerto?"A Jesús Barragán Leñero, ex-mayor del ejército mejicano refugiado en España en los años sesenta. Que fue mi amigo y que no renegó de mí cuando me detuvieron en Fátima. In Memoriam
El doctor José Manuel Mireles, líder de los grupos de autodefensa contra el narcotrafico del estado mejicano de Michoacán que se habrá visto propulsado al primer plano de la actualidad en la prensa española -entrevistado en la edición de ayer martes del Pais- tras el accidente de avioneta del que fue victima dias pasados y del que sobrevive (a lo que parece) con cien mataduras en la cara y en el cuerpo, parece -por su extraordinario parecido fisico con uno de sus protagonistas (Gian Maria Volonté)- un personaje de "la Muerte tenia un precio o de algun otro de aquellos filmes "westerns espagueti" que imortalizaron las bandas sonoras de Ernio Morricone con el telón de fondo del Méjico profundo, hispano e indio a la vez y se diría que eterno (o perpetuo) o indesarraigable en cualquier forma de la memoria colectiva de los españoles, como de mi memoria propia personal e intransferible.
Hace ya mucho años, incluso décadas -aqui ya lo tengo registrado- que le di la espalda olímpicamente a la actualidad candente y doliente y a los problemas sin solución aparente de los países hispanos (y luso/hispanos) del otro lado del Atlántico. Digamos que desesperé (un poco) de ellos o les di por imposibles (por muertos, dirá aqui alguno).
No es menos cierto no obstante que me traje de mi estancia allí, bien dentro, una América hispana y americana a la vez, mejicana sobre todo para qué deberia negarlo, porque si es cierto que no pasé en Méjico -mayormente en el distrito federal y en Jalisco (Ciudad Guzmán y Guadalajara)- más de tres semanas, de vuelta ya hacia el Viejo Continente, hay algo en el alma mejicana, en su forma de ser, de espontánea, de joven e infantil incluso, de auténtico, de hilarante también para qué negarlo (pero sin desprecio) que me cautivó entonces y a lo que parece lo sigue haciendo.
Porque si me daba pereza y me costaba horrores el superarla -y a fe mía que es cierto lo que estoy diciendo- a la hora de ponerme abordar el tema "mejicano" como aqui lo estoy haciendo, tengo que confesar también que la personalidad mejicana ciento por ciento del doctor accidentado, rebosando como quien dice por todos los poros de las fotos que de él circulan -en la red y en la prensa impresa- de esa mezcla de tabasco (y pólvora) y tequila que parece esconderse en sus declaraciones tan explosivas como elocuentes, me habrá decidido a ello, desternillado, literalmente partido por la mitad de la risa al leerlo, también es cierto.
"El problema de fondo fue cuando empezaron a llegar a tu casa y te decían: «Me gusta mucho tu mujer, ahorita te la traigo, pero, mientras, me bañas a tu niña, porque esa sí se va a quedar conmigo varios días».../...Ahí empezó el movimiento. Escogimos la forma en que queríamos morir: si nos iban a matar amarrados, mejor que nos maten defendiendo» Sin palabras.
Bandera de la Union Sinarquista (1937) ¿Fueron los cristeros un fenómeno pre-fascista? La cuestión lleva décadas en el aire en busca de respuesta, aunque la afirmativa parece evidente por más que escandalice a algunos puristas. Cuando surgió el sinarquismo -filo/fascista o fascistizante- en medios próximos nota bene de los cristeros vencidos, no hacía aún ni diez años que había finalizado la guerra. Leon Degrelle llegó a viajar a Méjico hacia el final del conflicto y entró en contacto con ellos antes de fundar el movimiento rexista (...) En mi época de la Universitaria madrileña llegué a conocer a un militante sinarquista destacado, colegial entonces del Colegio Mayor Guadalupe, José Antonio Chávez Paura (de Aguas Calientes), una figura sin par, personalidad extraordinaria unos años mayor que yo, del que guardé un recuerdo de lo más cordial hasta hoyMe desinteré hace siglos de los problemas de los países de la América hispana, ya digo, y el problema en ascuas ya desde hace años del narcotráfico en Méjico me dejó además de indiferente profundamente desconcertado y perplejo. No entendía nada como les ocurriría a tantos, de este lado del charco por lo menos.
Y todavia entendia menos que el problema se viese agravado y recrudecido y como multiplicado por mil, con los gobiernos recientes del PAN -la derecha mejicana- cuando fue el PRI en cambio en la imagen que siempre arrastró en muchos como en mí, el que llevaba colgado el sambenito de todos los pecados de Israel y en particular de la corrupción y de la connivencia con el narcotráfico.
Y a confirmarme en mis perplejidades irrumpe ahora la figura de este doctor valiente que por lo que él mismo confiesa arrastra una trayectoria política de lo más correcta (de izquierdas) en el PRI, y en el PRD, más a la izquierda todavia en baremos y coordenadas de la politica española.
En esta célebre trilogía del niño travieso de la novela "negra" americana se vierte una visión dantesca de la mayor potencia del planeta (hasta no hace mucho al menos) y por vía de conseuencia del mundo actual -presa y a la merced del crimen organizado que no asimilé del todo hasta hoy, lo confieso. Y tal vez el mentís mas fuerte a ese fantasma atroz se esté fraguando en MéjicoEn las novelas "negras" del autor norteamericano James Ellroy -que me leído (prácticamente) todas, como ya lo conté aquí- y en particular en su célebre trilogía "Underworld USA" que me zampé literalmente en su momento, se presentaba una imagen propimente dantesca de la sociedad norteamericana y del sistema politico de la mayor potencia (hasta hace poco por lo menos) de la tierra, carcomidos hasta los tuétanos y hasta en las mas altas esferas por el crimen organizado particulrmente ligado al narcotrafico.
Y esa vision de pesadilla que se diría que nos sigue y persigue de por vida a los que en algun momento mordimos el anzuelo del autor y le hincamos el diente a sus novelas empieza a esfumarse se diria ahora a la vista de este movimento de autodefensa en pleno auge -y de otros similares en otros estados de Méjico.
Y a la par que ellos se yerguen -como el dios bliblico-, sus enemigos tiemblan y tiembla tmbién o se ve al menos sometida a fuertes scudidas la imagen que heredamos algunos de la realidad mejicana y de su historia marcada al rojo por la tragedia de las guerras cristeras.
¿Un movimiento pre-fascista los Cristeros como vendria a ilustrarlo elejemplo del belga Leon Degrelle que estuvo en Méjjco muy joven, un adolescente en plena guerra cristera, sin duda por las vías de la "Lovaina/connexion" que estuvo innegablemente en los origenes de aquel movimiento católico, insurreccional y democrático a la vez (o democrata/cristiano)? (...)
"La guerra cristera es una respuesta más -quizás la más gloriosa- del pueblo católico ante la opresión de la Revolución. Los cristeros representan la aspiración del pueblo católico mexicano a sobrevivir frente a la Revolución" Estas frases pertenecen al Doctor Albiñana -en la foto (de la Causa General)- que fue testigo directo de aquello en sus años de estancia en Méjico -desde el principio hasta el final de la década de los años veinte- hasta que el presidente Calles le echó del país. Entre su óptica y la de Valle Inclán en "Tirano Banderas" -best-seller de la época aquella- está claro por quien optó la conciencia mayoritaria de los españoles. ¿Nada que ver esa disparidad con el final tan distinto que tuvieron uno y otro? El Doctor Albiñana, o el emigrante español (en América) que permaneció fiel a la MemoriaComo sea, el Mejico cristero se ve de una forma u otra fatalmente convocado -de convidado de piedra- en la crisis actual que sacude la sociedad mejicana y al funcionamiento del estado (federal), hasta en sus cimientos, que de una forma u otra vienen a poner en entredicho no sólo su presente en ascuas sino su pasado más o menos reciente (y no tan remoto) en algunos de sus episodios mas decsivos y de sus hitos o jalones mas emblemáticos y significativos. Como el de la revolucion mejicana que habra gravitado sobre la trayectoria de aquel país hispano durante más de un siglo.
Los españoles heredamos una vision rosa de la revolucion mejicana y fue la que nos sirvió en bandeja Valle Inclán en su novela de ambiente mejicano "Tirano Banderas" (trasunto valleinclaneasco -y no poco caricaturesco y calumnioso a la vez- de Porfirio Diaz) Y el no haber conseguido superar hasta ahora aquel encantamiento o ensoñación colectiva fue también sin duda otra de las secuelas de nuestra derrota en el 45.
Y el doctor mejicano por el que viene ahora el escándalo y también la esperanza de todos los que le siguen nos devuelve ahora a algunos tambié la fe y la esperanza y el apego (que nunca perdimos del todo) a un Mejico profundo que creíamos muerto y enterrrado.
Y las ganas de reir también, de eso no hay duda ninguna. Doctor Mireles, mejicano puro: siete vidas tiene el gato
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