Plinio Correa de Oliveira (profesor Plinio) -al que recordé en mi entrada de ayer- es un autor de la mayor relevancia en la historia del pensamiento contemporáneo y sin embargo poco conocido y divulgado entre españoles. Exponente emblemático de una doctrina católica y contrarrevolucionaria que pasaría (sistemáticamente) por alto no obstante en sus obras y en sus escritos el tema (mayor) de la democracia, que merecer especial atención ahora en cambio a Pío Moa. Lo que a juicio del autor de este blog contribuiría no poco a la implosión de la TFP (que él fundó) tras su muerte, como lo pone en evidencia una de la corrientes enfrentadas por su herencia y su legado, los llamados “disidentes” que esgrimen frente al núcleo inicial de los fundadores el perfil “democrático” del fundador. “El profesor Plinio fue un demócrata", declararía (sintomáticamente) el representante del ala disidente (mayoritaria) de la TFP, al hilo del contencioso interminable entre las dos tendencias irreconciliable (en vías de dirimirse en los tribunales) La imagen de la foto coincide grosso modo con la que de él guardé (sobre todo por la mirada) de la entrevista que me concedió -los dos a solas- en diciembre del 79, casi veinte años antes de su muerte, y prostrado ya en silla de ruedas (de resultas de un misterioso accidente de tráfico que nunca se esclareció)En unas declaraciones recientes de las que ya estaba yo al corriente y a las que había hecho alusión en mi blog en francés justo antes de que me llegasen también por mano amiga -lo que da idea de su importancia- respondía Pío Moa a las preguntas de uno de sus entrevistadores a cuento de su libro “La guerra civil y la democracia”. Y en una de sus respuestas, el historiador revisionista viene a decir algo que se ve entresacado en el titulo del articulo de la Gaceta que recoge esa parte de sus entrevista, y es que la guerra civil española siegue siendo actual (sic), lo que Pío Moa explica porque, según él, no ha sido asumida sino falsificada y radicalmente tergiversada y por eso permanece como una especie de pesadilla (sic) sobre la convivencia española.
No quiero dármelas de precursor y de profeta pero sobrados indicios me llevan a pensar que sobre esas frases de Pío Moa -sin duda de la mayor trascendencia, y que suenan verdaderamente a inéditas- graviten (de muy cerca) las entradas de mi blog y los libros también en los que habré abordado precisamente ese tema, y pienso en particular en mi libro autobiográfico “Krohn, el cura papicida” que le hice llegar finalmente -antes del pasado verano- tras tentativas infructuosas a Pio Moa, a pedido suyo via un mensaje que me hizo llegar por medio de una de mis cuentas en las redes sociales (lo que dicho sea entre paréntesis no me mereció hasta hoy de su parte respuesta o comentario de ningún clase). Y pienso en particular en uno de los capítulos de ese libro que dedico a mis años de estancia en Bélgica y que lleva por titulo (elocuente) “Bélgica tierra de acogida y teatro de operaciones de la guerra civil española interminable”
Y como ya lo dejé escrito en mi blog en francés, pienso que la raíz del problema no se sitúa en un plano puramente histórico -como Pío Moa parece así querer dar a entender- sino que es simplemente porque la guerra civil española se prosigue al día de hoy aunque por otras medios, en una sucesión interminable -entre tormentas y bonanzas – de capítulos y episodios de guerra asimétrica y de guerra de propaganda (sobre la misma guerra civil, del 36), que vienen a resumir en substancia la tesis que vengo defendiendo en est blog al hilo de sucesivas entradas sobre el tema desde hace ya un rato. Mi planteamiento es distinto al de Pio Moa, es cierto, pero en la intuición -de la pesadilla interminable- estamos grosso modo de acuerdo él y yo. Hay otro extremo de esas declaraciones de Pío Moa que se merecen verse aquí entresacadas y es cuando pasa afirmar que la nación, la cultura cristiana y la propiedad privada (sic) son valores esenciales y previos (sic) a la democracia.
Lo de previo se merecería también una aclaración, como la que daba Maurras de su célebre fórmula “Politique d'abord” (la Política primero) "Primera -venía a apostillar- en el orden del tiempo, no en el de la dignidad” Una primacía puramente de cronología histórica la de esos valores esenciales que menciona Pío Moa en relación con la democracia, o una primacía o excelencia per se (o a secas)? Y me viene a la mente un autor -poco conocido en España- del que me habré ocupado en mi entrada de ayer donde diserté de la implosión del movimiento tradicionalista brasileño TFP -Tradición Familia Propiedad-, y habrá sido sin duda por esa defensa que propugna Pío Moa -rara y poco frecuente es cierto en la actualidad- de la propiedad privada, uno de los pilares ideológicos de aquel movimiento como su propio nombre indica. Y me refiere al fundador de aquella, Plinio Correa de Olvieira (Profesor Plinio)
Ocurre que la implosión de la TFP a la muerte de su fundador en dos grupos que llevan veinte años -sin visos de llegar a su fin- enfrascados en un contencioso judicial por la apropiación del legado del fundador, no es ajena en mi opinión a las indefiniciones o ambigüedades del profesor Plinio en relación con la democracia, tanto en el plano teórico o doctrinal, como las que jalonan puntualmente su trayectoria propia y la de su movimiento El profesor Plinio, algo que a sus devotos no les gusta mucho el recordar, fue partidario (ardiente) de los nacionales durante la guerra civil española, cuando sus simpatías parecieron inclinarse del lado de los carlistas. Anteriormente había figurado entre los padres de la nueva constitución (liberal democrática) brasileña -encabezando al entramado de asociaciones y movimientos diocesanos del Brasil- en la asamblea constituyente de 1934. Durante la Segunda Guerra Mundial no obstante, a partir de cierta fase de la misma (en 1942), el profesor Plinio evolucionó hacia un antifascismo virulento y beligerante en nombre de la doctrina católica más rancia y tradicional y en oposición al régimen de Getulio Vargas, que los militantes brasileños de la TFP que yo conocí execraban (tratándole de nazi y de fascista)
El profesor Plinio y sus amigos del núcleo fundador de la TFP participarían no obstante en la marchas por la Familia con Dios por la Libertad (sic), que provocaron la caída del presidente izquierdista Joao Goulart y la instauración del régimen militar (1964) En sus posicionamientos ideológicos los largos años que se mantuvo -hasta el final de sus días- al mando de la TFP, el profesor Plinio no dejaría no obstante de profesar y elaborar un pensamiento propio contrarrevolucionario inspirado en lo más rancio del magisterio eclesiástico (y pontificio) y también en la corriente reaccionaria y legitimista europea (mayormente francesa) -que expresaría mayormente en su obra más divulgada “Revolución y Contra-Revolución”- sin pronunciarse no obstante nunca de una forma cualquiera que hubiera podido prestar el flanco a acusarle de enemigo o adversario (intelectual aunque fuera) de la democracia.
Y así, el grupo de los “disidentes” que emergería con la implosión de la TFP tras su muerte hicieron valer (con éxito) el derecho al voto de una mayoría de sus asociados y militantes de la TFP frente al núcleo (minoritario) de fundadores -que se escudaban en los estatutos fundacionales de la organización-, y no dejarían de invocar por su parte al profesor Plinio , al que describían (sic) como un demócrata.
Y así, creo coincidir en el fondo con Pio Moa si digo que la reivindicación democrática arrastra un signo guerra civilista indiscutible entre españoles, en la medida que fueron los vencidos de la guerra civil los que la revindicarían y esgrimirían como arma ideológica de guerra de propaganda (o propaganda de guerra)
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