miércoles, febrero 08, 2017

¡FRANCISCO DIMISIÓN! (SIN ACRIMONIA)

Yolanda Couceiro Morim de la redacción de Minuto Digital, en una foto reciente en compañía de Geert Wlders, el líder anti-inmigración holandés. Minuto Digital fue una de las raras excepciones -nobleza obliga el reconocerlo- en los medios llamados “patriotas”, que rompieron el boicot -innoble e hipócrita- del que me vi objeto en esos medios durante décadas por razón de la excomunión que arrastro (latae sentiae) -que no me fue nunca comunicada- de resultas de mi gesto de Fátima. Se interrumpió mi colaboración -completamente benévola y desinteresada- con ellos en un momento dado, pero no se lo tengo en cuenta porque entiendo que pagué el precio (lógico) de la libertad de expresión que siempre entendí poder ejercer sin en el menor tapujo (por mi cuenta y riesgo, también es cierto) Y casualidad o no, me siento mas cerca y mas identificado con las posturas de esa publicación digital, que de otras que les son cercanas ideológicamente. En todo lo referente por ejemplo a los derechos y a la igualdad de la mujer, las que comparto plenamente. Piense lo que piense el papa de Roma en el tema
En algunas de mis recientes entradas me he posicionado claramente en relación con ese sector ideológico minoritario y mas o menos visible u operante en la España de hoy que responde a la auto denominación) de “patriotas y que lo quieran o no arrastran la etiqueta de extrema derecha de puertas afuera, y lo habré hecho distanciándome de forma definitiva e irreversible de todos esos grupos (o grupúsculos) a los que acuso -sin excepción- de haberme hecho objeto durante décadas de un tratamiento -innoble e hipócrita y solapado- que es el reservado a los excomulgados en la iglesia católica. Por eso no me invitaron nunca al menor acto, por eso no me ofrecieron -salvo excepciones honrosas como la de Minuto Digital (nobleza obliga el reconocerlo)- nunca tribuna alguna, ni audiovisual ni por escrito, por eso no respondieron nunca a mis mensajes o a mis tentativas de toma de contacto, como si me estrellase contra un muro, lo que eran en realidad para mi, por culpa de esa fatalidad político religiosa de la que ellos mismos se veían esclavos lo reconocieran o no lo reconocieran.

Y ahora, algunos de esos grupos o medios situados en la órbita de lo lo que convine en llamar la derecha mediática religiosa parecen embarcarse en una campaña pública -lo nunca visto en siglo y medio de historia europea- contra el que hoy por ocupa la sede primada de la iglesia en Roma. .¿Signo de deshielo de que están cambiado las cosas? Pronto lo sabremos. De momento, el único protagonista de la actualidad mundial que gozo hasta ahora de inmunidad -frente a ataques, criticas y campañas de cualquier tipo- en los medios de la prensa global, a saber el papa de Roma se ve puesto de pronto públicamente en la mirilla de sus adversarios, con lo que la opinión publica absorta viene a saber que sí, que el vicario de cristo tiene también enemigos en la tierra. Como diría Nietzsche, la noticia más terrible y más extraordinaria de nuestra época. Los medios atribuyen casi unánimes la campaña de carteles anti-papales por las calles de Roma a los grupos (sic) ultra/conservadores, pero está claro que no se trata de un fenómeno minoritario sino de la punta del iceberg de un descontento hondo y generalizado.
¿Nos impide acaso la opición resuelta por el el Orden -frente al caos y a la algarada de la indignación callejera- que venimos defendiendo en este blog, el atacar al representante a por excelencia del orden establecido, a saber líder de la potencia de índole espiritual mas influyente y de mayor audiencia y seguimiento del planeta? L Iglesia del Orden despareció tras el concilio le sucedió una central de inteligencia y agitación -y de subversión- al servicio de otras centrales mas potentes de inteligencia a escala del planeta. Fuera escrúpulos pues. Se me fueron además hace muchos años -décadas-, todos aquí se lo imaginan, debo no obstante decir que ni tengo nada personal -como no lo tenía contra el papa polaco- contra el actual pontífice ítalo/argentino, ni tampoco puedo decir que sus actos sus palabras ni sus gestos -que en absoluto comparto ni suscitan en mí la menor muestra de empatía- me produzcan descargas de bilis en manera alguna. Tanto más que no comparto algunas de las posturas o de la criticas que les formulan sus detractores, que salen ahora a la luz por ves primera.

Ni en el tema del matrimonio/indisoluble, ni en la postura anti-abortista (extrema) ni siquiera en su beligerancia declarada en contra de lo que se da en llamar en lenguaje clerical la ideología del género. Otros vendrán que bueno te harán. Y el papa peronista esta haciendo añorar ahora a algunos tanto a su predecesor como al papa Wojtyla que él mismo canonizó. Y así parece que entre los defensores que le están saliendo ahora a un papa puesto en la picota se esté diseñando una revisión crítica de la figura del santo papa/magno, destinada a exonerar al papa actual de todo tipo de responsabilidades en la plaga de abusos de menores, uno de los borrones (y lacras) mayores del pontificado de Juan Pablo II y que habrán arrastrado nolens volens sus dos sucesores. Y así, en las situaciones movedizas que esta campaña inédita anti-papal está empezando a generar cabe destacar el rece bandazo del papa Francisco en el tema del aborto que se diría que le lleva a querer erigirse en apóstol de esa nueva religión del ADN a tenor de una de sus últimas intervenciones (de hace unas horas tan siquiera)

Y a recoger velas a todo correr, igualmente en temas de política internacional dejando correr el rumor que estaría dispuesto a encontrarse con el presidente Trump al que atacó (sañudamente) -y condenó- antes de que llegara a la Casa Blanca, mientras deja correr rumores en paralelo que seria el actual inquilino del despacho oval en Washington quien estaría realmente detrás de la campaña de desestabilización en curso en contra suya. A mi que me registren. Y lo digo curándome en salud de algunos comentarios en las redes sociales que alertan contra el riesgo (sic) de un posible magnicidio del que la actual campaña anti-papal podría estar preparando el terreno.

Y se me ocurre de ponto que en la medida que el papa deja de ser blanco de endiosamiento y se convierte ean un jefe de estado como otro cualquiera pese a las peculiaridades derivadas de la naturaleza espiritual de su misión y de su cargo disminuyen ipso facto los riesgos o amenazas (físicas) contra su persona. O en otros terminos, que la psicosis (colectiva) -alentada antaño por los medios de atentados contra el papa polaco- se esfuma o desaparece como por ensalmo Y es desde el momento que se empieza a ver en él un dignatario susceptible de dimisión o de verse relevado de su mandato, como lo fue su predecesor. Por lo que sentimos en el derecho -entre otras muchas razones- de reclamar su dimisión (dicho sea sin la menor acrimonia)

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