martes, febrero 07, 2017

ROMA CARTELES CONTRA EL PAPA

Carteles en las calles de Roma contra el Papa. Lo nunca visto desde la Segunda Guerra Mundial por lo menos. Y mucho menos entre españoles. ¿El gran tabú por los aires las horas que corren? Todo lleva a pensarlo. La campaña contra el papa Francisco que acaba de saltar al primer plano de los medios españoles venía incubándose desde hace un rato tanto en sectores eclesiásticos como en otros perfectamente laicos de la Península Italiana opuestos al mensaje y al magisterio, o a la política (religiosa) del actual pontífice, y que tiene como vértices mas emblemáticos a los cuatro cardenales conservadores que firmaron una carta abierta al papa acusándole de hereje sotto voce, al Gran Maestre (que acaba de verse destituido por el papa) de la Orden del Malta, y el jefe de la Liga Norte, Mateo Salvini, que mantiene desde ya hace rato un pulso a la luz del día contra papa Francisco en el tema -en ascuas- de la acogida de refugiados y de la inmigración en masa enla Península Italiana. ¿Camino de la gran ordalía del siglo XXI en los países católicos- en torno al poder “espiritual” -tan tangible y tan corporal, y tan político y tan temporal al mismo tiempo- del papa de Roma sobre las conciencias? ¡Vivir para ver fantasmas míos!
Los españoles no despertamos de pronto -y hablo también en primera persona- con las salpicaduras, en primera plana los medios españoles de una crisis que venía incubándose en el mas absoluto de los sigilos -por parte de la prensa española me refiero- desde hace un rato y de la que hasta ahora se habrá mantenido cuidadosamente al margen a opinión pública por debajo de los Pirineos. El pasado sábado, la Ciudad Eterna -en ciertos barrios próximos al Vaticano- apareció llena de carteles contra el papa Francisco. “¿Donde está tu misericordia?”

El telón de fondo del estallido de la crisis en curso lo son la carta abierta de cuatro cardenales conservadores hace unos meses contra la encíclica pontífice Amoris Laetitia que cuestiona el matrimonio/indisoluble, ciertas medidas represivas tomadas por el papa ítalo/argentino contra congregaciones de cariz conservador o tradicionalista y lo mas reciente de todo, el conflicto frontal del papa Francisco con la Orden de Malta una especie de estado soberano sin fronteras y con mas autonomía dentro de la iglesia de la que gozaron siempre los jesuitas.

La súbita noticia de la aparición de carteles se habrá visto inmediatamente precedida de una reunión entre el jefe de fila de los cardenales conservadores, el norteamericano Burke, y el líder de la Liga Norte, Mario Salvini que mantiene un pulso encarnizado con el papa Francisco en el tema de la afluencia masiva de refugiados e inmigrantes las costas italianas.

 Lo nunca visto, ni en los tiempos del concilio, ni mucho menos en el pontificado interminable de Juan Pablo II ni siquiera en el des su predecesor tampoco, Pablo VI que en bien de aspectos llevó a adelante contra viento y marea un reformismo de claro signo trasgresor más desafiante y provocador si cabe que el del actual pontifice. Hasta el punto que a algunos nos habra hecho falta un rato para digerir la noticia de los carteles anti-papels y otro rato más para asimilarla y recabar información sobre el tema antes de ponernos a darle a la tecla y a redactar estas lineas de urgencia (y en caliente)

El poder del papa sobre las conciencias es la gran incógnita de nuestra época, y digamos que presidió y gravitó de cerca sobre la historia contemporánea en sus principales capítulos y episodios de política religiosa y en particular en algunos acontecimientos que mas desgarraron los países católicos como lo fue la política pro republicana de León XIII -lo que los franceses llamarían el Ralliement (léase el acatamiento “en conciencia” del régimen republicano en Francia por parte de so católicos)- como lo seria décadas después y casi en simultaneo la firma de los arreglos del episcopado mejicano con el gobierno anti-clerical (1929) que se tradujo en la derrota militar de los Cristeros y en el ajusticiamiento -colgados en caminos y carretera- de sus principales dirigentes, y de este lado del Atlántico la condena pontificia de Charles Maurras y de la Acción Francesa.

Y el escenario mejicano no se produjo de milagro en España durante al guerra civil por la muerte del papa que dejó a los Cristeros en la estacada, a saber Pío XI (Aquiles Ratti) del que todos los indicios apuntan a que era partidario de otros “arreglos” con la República española a la que había sostenido abiertamente desde su proclamación en los años que precedieron al estallido de la guerra civil. Rumores tenaces que se perpetuaron hasta hoy apunta a que aquel pontífice “demócrata” -como lo habia sido su predecesor Leon XIII- moriría antes de tiempo (por decirlo con un eufemismo) para así permitir que le sucediera otro pontífice, Pio XII -Monsignore Eugenio Pacelli que había sido secretario de Estado del anterior- el cual defendía unas posturas de política/religiosa en las antípodas del anterior.

¿Se esta sellando acaso un compromiso histórico las horas que corren entre ultra conservadores y anti-clericales adversario de la política en materia de inmigración del actual pontífice? Si es así cabe preguntarse los efectos que una situación así podría acarrear entre españoles, un país caracterizado por la sumisión absoluta al papa en materia de política religiosa antes y después del concilio, y en particular desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial en el 45 como lo tengo harto explicado y defendido en estas entradas y también en algunos de mis libros. “¿Donde está tu misericordia? “Le preguntan ahora al papa en los carteles pegados por las calles de Roma. Como un torpedo en la línea de flotación del presente pontificado y yo diría de la Santa Sede en los tiempos modernos.

La gran coartada -al misericordia (y la compasión)- del pontífice actual en el tema explosivo de los refugiados y de la inmigración en masa como lo habrá sido del desarrollo del magisterio pontificio en las décadas que se siguieron a la terminación de la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, como lo explica y prueba un libro parecido recientemente en Francia -que lleva significativamente por subtitulo “El papa y el suicidio de Europa” y que ya comenté en estas entradas.

¿Intocable -e indestronable- el papa de Roma, léase su poder/espiritual -tan tangible y tan “corporal”- sobre “las conciencias”? ¿Más que su gran amiga y protectora (y valedora) Hillary Clinton? Se admiten apuestas

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