miércoles, septiembre 07, 2016

ALCÁZAR DE TOLEDO LA GUERRA CONTINÚA

Instantánea recogida en el film “Sin novedad en el Alcázar” -por el que viene ahora el escándalo del guerra civilismo irreconciliable- del derrumbe de uno de los torreones y de una de las fachadas del Alcázar de Toledo durante el asedio -reconstruidos después de la guerra-, en flagrante desautorización de la leyenda partidista y beligerante de la memoria de los vencidos, que el Alcázar no se rindió porque el general Moscardó se habría servido de escudos humanos, que disuadieron a los rojos de atacarlo. Moraleja: la propaganda de guerra ochenta años se prosigue más feroz que nunca. La guerra continúa
Tiempo de verano, tiempos de memoria. De memoria histórica sobre la guerra civil. Y en clave ideológica además cabe precisar, de cambio climático Y estos días tan calurosos que vienen a prolongar el verano madrileño mas de lo normal que me diga de lo climáticamente normal -contribuyendo así a difundir un poco más la religión (o psicosis) del cambio climático- no podían escapar a la regla. Y así, el film “Sin novedad en el Alcázar” exponente emblemático de cine franquista (sic) retransmitida ayer en uno de los programas de TVE habrá desatado una campaña de protesta en ciertos sectores e incendios varios en las redes sociales que se diría que no podían faltar a la cita. Y el estruendo del escándalo montado por cuenta de este film memorable habrán llegado hasta el Parlamento Europeo donde una diputada de Podemos se habra apresurado a denunciar a TVE por difusión de propaganda fascista (sic)

Capítulo interminable de la guerra civil europea (Nolte díxit) la guerra civil española, como lo ilustra la propensión de uno de los dos bandos beligerantes a extender su teatro de operaciones por cima de los Pirineos. Ante la pasividad proverbial por cierto -como una segunda natura- de los defensores o representantes de la memoria heroica de los vencedores del primero de abril del 39. Un chantaje al que tanto aficiona la izquierda anti-sistema al que hay que acabar poniendo coto y termino, como sea. El asedio del Alcázar fue una de las paginas de la guerra civil española mas imperecederamente grabadas en la memoria colectiva.

Una gran batalla de guerra psicológica que acabaron ganando los nacionales en toda regla -y con todas las de la ley- y que se a cabo revelando de la mayor importancia estratégica. Corre una versión en la historiografía sobre nuestra guerra civil que Franco desvió intencionalmente la linea de avance hacia Madrid, sirviéndose de los defensores del Alcázar de pretexto o de coartada dentro de un designio estratégico global de querer prolongar la guerra en lo que a unos les parecía denotar una falta de fe (ciega) en la victoria y según otros en cambio venia a corroborar la tesis en cambio -que recoge Umbral en su obra Leyenda del Cesar Visionario- de que Franco buscaba (intencionalmente) a prolongar la guerra dentro de una estrategia de alta política y del mayor alcance , y era la de limpiarle fondos a España (sic), “lo que se hace mejor en la guerra que en la paz, en la frase que le atribuye Umbral en la obra citada.

¿Secuestró el general Moscardó -como lo hacen circular ahora en las redes sociales algunos guerra civilistas recalcitrantes - a la población civil refugiada con él en el Alcázar? A este propósito me permitiré el testimonio trasmitido po uno de los defensores del Alcázar padre de unos amigos de infancia el autor de estas líneas sobre uno de los momentos de mayor dramatismo de la defensa del Alcázar toledano y fue la visita del eclesiástico Vázquez Camarasa -canónigo (un respeto) de la catedral de Madrid- enviado por los rojos en misión de paz (sic) y de mediación (sic)- que vistió el Alcázar durante el asedio y celebro misa allí dentro en el transcurso de la cual dio un sermón a los sitiados que era claramente un llamamiento a rendir las armas. Y que ante el desconcierto y los efectos de desmoralización fáciles de maginar de las palabras y del mensaje sinuoso -e insidioso- de aquel visitador “apostólico”, una delegación de mujeres del Alcázar fueron a hablar con el general Moscardó a su puesto de mando para hacerles participe del sentir generalizado entre la población civil refugiada dentro. “Preferimos morir con ustedes que vivir con esta canalla”

¿Escudos humanos en el Alcázar como los hubo tantos en zona roja durante la guerra, en Badajoz sin ir más lejos? Como sea, es un hecho innegable la explosión de una mina en los últimas semanas del asedio que derrumbo uno de los torreones y redujo a ruinas toda una fachada del edificio lo que denota poca consideración de los rojos por la vida (y milagros) de mujeres y niños que algunos dan ahora de llave de explicación del fracaso del asedio. "Sin novedad en el Alcázar" lo mismo que "Raza" son testimonios emblemáticos de una memoria cinematográfica superviviente de los vencedores del primero de abril, lo que explica el furor que suscitan entre los que siguen queriendo ganar ochenta años después la guerra que entonces perdieron los suyos, o -más plausible si cabe aún- que ganaron los verdugos de los suyos (sus abuelos o bisabuelos) Y a buen entendedor pocas palabras bastan

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