Trump, comparado a Mussolini en la prensa global. El multimillonario norteamericano (nacido en el 46), -y viento en popa en las primarias de su partido- viene a ofrecer un rotundo mentís a esa mitomanía –o efebo/manía- de “una nueva época”, que habrían venido a inaugurar las primaveras árabes y el movimiento de los indignados, queriéndose marcar así un punto de arranque al ascenso irresistible de nuevas generaciones y al arrumbamiento “pari passu” de los mayores de cincuenta (o sesenta años) Como se habría visto ilustrado en la irrupción fulgurante de nuevas estrellas (jóvenes) en la política española, significativamente situadas todas ellas a la izquierda del tablero ideológico (o al centro iquierda o a la extrema izquierda) Una vieja mitología -de la juventud (manipulada) asociada al poder omnímodo de los medios- que tiene no menos de ciento cicuenta años de existencia. En el duelo (a vida o muerte), como sea, entre el “anciano”Rajoy y el joven (y dentrífico) Zetapedro, al final habrán vencido la sensatez y la experiencia¿Principio de fin del PSOE? La derrota (traducida por un fiasco estrepitoso a la hora del recuento) en la cámara de diputados el pasado viernes del candidato socialista -un primor en la serie de investiduras de la democracia/española, que venía a sellar innegablemente un fracaso personal e intransferible, no parece augurar otra cosa. A costa o a manos del PP o de Podemos, lo que aún está por ver.
Y confieso que al autor de estas líneas se lo ponen difícil a la hora de encontrarle y encajarle al resultado del pasado viernes su exacta glosa (periodística) Pensé y sigo pensando que Podemos no era más que una vesion indignada -la última hasta ahora- de la memoria de los vencidos de la guerra civil española. La confrontación tan radical o obstante, tan abrupta y en apariencia irreversible a fuer de emocional (hasta el paroxismo) está llevándome a seriamente replanteármelo, humildemente lo confieso.
Y es en la medida que el PSOE nueva moldura -la que habrá venido a encarnar el rostro joven, dentrífico y fotogénico, del candidato ahora derrotado- no venia más que a encarnar un desafío mayor aún y mas insidioso si cabe precisamente por eso eso por lo joven lo fotogénico de la nueva imagen de marca que Zetapedro ofrecía, que a su vez no venía menos a encarnar la memoria aquella tan vieja y tan rancia de los vencidos de la guerra del 36 como el propio interesado no habrá tenidp el menor empacho en poner al destape o de manifiesto desde que accedió a la jefatura de su partido, en un sinfín de promenores y de detalles nimios o menos nimios, a comenzar por su forma invariable de saludar, siempre, a tiempo y a destiempo, puño en alto, al contrario incluso de lo que era la regla en su predecesor José Luis Zapatero.
¿Quién ganan a quién en materia de guerracivilismo, Podemos o el PSOE (nueva imagen)? Difícil de responder a esta pregunta ya digo. Apostaría no obstante por una respuesta que a algunos les pueda parecer un tanto desconcertante o insólita o inesperada viniendo de quien viene, y es si les digo que entre Zetapedro y el Coletas lo tengo claro desde que empezó a reñirse entre los dos ese duelo a vida o muerte casi, días pasados en las cortes (españolas)
El Coletas es un poco para mi lo ya visto, como aquella indignación callejera y universitaria que calé -hasta los huesos- en mis tiempos de la universitaria madrileña hace ya cuarenta años, precursores o predecesores en línea directa de los indignados de ahora, como ya lo expuse y argumenté en detalle en mi libro “Guerra de 36 e Indignación callejera” dedicad al análisis histórico e ideológico del 15-M y de los indignados.
Y en la medida que les calé como digo, -quiero decir que les vi el plumero entonces y que no me dieron el pego (a mí y a otros trece o catorce, no muchos más en toda la Universitaria madrileña)- me siento hoy en medida de poder exorcizar mentalmente y -llegado el caso- a modo de consecuencia, también por la vía de los hechos consumados, a sus descendientes ideológicos (indignados) Zetapedro despide un tufo -me refiero el que de él difunden los medios- de inhóspito y de hostil (insidiosamente hostil) que no se me escapó desde el primer momento de su aparición (sorpresa) en la política española.
Y con su estruendoso fracaso del pasado viernes, una legión de fantasmas -a cual mas guerracivilista y amedrentador- que le hacían de séquito, habrán salido corriendo perdiéndose en la llanura como quien dice. Otros fantasmas -los que rodean a Podemos- siguen ahí gritando cerca nuestra. Pero esos como digo ya me os conozco (un poco)
Hasta el punto que no me resisto de comparar esa memoria de vencidos que Iglesias y sus acólitos tanto enarbolan con la memoria acomodada (sic) de la División Azul, tal y como se fue fraguando en décadas de posguerra que venia a hacer de aquellos divisionarios (heroicos) -no sin provocar cierto sonrojo- campeones (sic) de la lucha antifascista.
Mutatis mutandis el anticomunismo que Pablo Iglesias destapa ahora -en socorro de su estrategias parlamentarias- no deja de producir cierta vergüenza ajena. Por no hablar de otros gestos suyos (en la mente de todos) ¿Memoria "vencida" de los vencidos de la guerra civil la que vienen cultivando y enarbolando Iglesias y los de Podemos?
¿Con la que estarían ofreciéndonos en el fondo -por detrás de los gestos y las palabras si no una paz firmada o un armisticio, sí en cambio un acta de capitulación tan siquiera, que en marzo del 39 brillaría por su ausencia? ¡Vivir para ver fantasmas míos!
1 comentario:
interesante el articulo de vazquez de prada en abc de hoy sobre donald trump
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