jueves, marzo 24, 2016

VIENTRES DE ALQUILER Y SEXTO MANDAMIENTO

El que más se destacó entre todos los jerarcas nacionalsocialistas en la denuncia de los abusos de menores a manos de eclesiásticos fue el Doctor Goebbels, ministro de Propaganda del III Reich. De peste sexual (sic) hablaría él. En la foto, acompañadado de sus hijos con los que sacrificaría. La Historia -”Clío engañosa” la llamó él casi al final en su diario- acabaría dándole la razón, al cabo de los diluvios y de las guerras. Y a fe mía que es imposible hoy el no sentirse obligado (en conciencia) a poner en suspenso o entre parentesis de entrada dictámenes juicios o consignas emanados de grupos e individuos situados en la órbita de la iglesia, en todo lo relacionado con el Sexo (y el Sexto) (y sus derivados)
Vientres de alquiler. Se supone que tenga que pronunciarme en este tema también. ¿O no? In dubio, libertas. Lo dije en relación con la problemática del aborto, y lo mantengo, y me reitero en ello en relación con esta nueva problemática que ahora se nos viene encima. No me siento obligado a pronunciarme en este tema cuanto al fondo, sí en cambio por cuenta de la utilización política que algunos se traen en este santo entre manos. De política religiosa, se sobreentiende.

¿Poligamia, amenaza de sustitución de una civilización (europea) por otra (la que encarna la emigración musulmana)? Todos esos son argumentos de recibo y que merecen ser pesados y sopesados sinreserva alguna, si no fuera por el interdicto (sexual) que gravita silencioso e invisible por encima de toda esta polémica tal y como algunos la viene planteando. El vientre de alquiler se merece ahora para algunos el verse convertido (como la guerra del Irak) en casus belli -porque así lo mandan la santa madre iglesia, y sus dignos/representantes.


¡Capitanes de derrota! Que nos trajeron el zapaterismo en el 2004 y nos quieren traer ahora al Zetapedro que sigue ahí agazapado y apostado a la vera del camino en espera de que se termina la semana santa. Y ello por culpa de un interdicto sexual que viene a ser la traducción en términos de moral política del antiguo (y obsoleto) sexto mandamiento, en materia de actos y pensamientos impuros con y todo lo con él relacionado. Y punto, no caben (para ellos) mas distingos o salvedades.
Instantánea del escrache contra Cristina Cifuentes de una chusma de indignados del 15-M. Cristina Cifuentes acabó con la indignación callejera. Y es lo que parece que ahora no le perdonan algunos apostólicos -que anduvieron de manitas con el 15-M (como fue el caso de Blas Piñar)- y que nos quieren traer ahora a toda costa al Zetapedro como nos trajeron al zapaterismo -en nombre del padre, del hijo y del espiritu santo y del papa (polaco) de Roma- tras los atentados del 11 de marzo. ¡Capitanes de derrota!
Y los vientres del alquiler cualesquiera que sean las circunstancias y las finalidades perseguidas parece no merecer mas que una condena o anatema inapelable de la santa/madre y su partido operante en la política español -rebasando las fronteras del PP (por dentro como por fuera)-, por lo que para ellos supone de trangresión -por muy justificadas que ellas se vean- del interdicto sexual, tótem y tabú inviolable.

Cristina Cifuentes se ve puesta ahora en la picota por cuenta de los vientres de alquiler. Lo que alguno les sirve y basta para descalificarla. En el momento precisamente tan delicado que atravesamos, entre una investidura y otra o entre unas elecciones y otras ya casi en puertas. No me caso con nadie pero esta claro que Cristina Cifuentes tiene en el haber de su balance el haber acabado con la indignación callejera. Y por eso sólo aunque sea, frente a los censores y aprendices de inquisidores -que miran por sistema para otro lado en el tema de la pedofilia eclesiástica- se merece el beneficio de la duda: en tan dudosa fortuna (Lope de Vega dixit) -del Amor, léase del Sexo- como la que aquí nos ocupa.

In dubio libertas, lo dije y lo mantengo. Libertad dentro de un orden, se sobreentiende. El de los imperativos y exigencias de salvaguarda y mantenimiento y mejoramiento la Paz Social (y pari passu del Orden Publico) En aras del futuro y sobrevivencia de la Civilización (europea)

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