miércoles, junio 15, 2016

RAJOY NO SE DEJA

Cayetano Galeote. El cura/justiciero -por motivos de honor- que escapó al garrote vil y acabó sus días en un manicomio. Un libro publicado hace un año revisa su figura, que fue objeto de diabolización en su tiempo, a izquierdas y a derechas, tanto en el sector de la sociedad española situado en la órbita de la iglesia como en en el anticlerical y librepensador, tal y como lo ilustra los escritos de gran animosidad que aquel inspiró a Benito Pérez Galdós, cino del liberalismo español decimonónico. Cayetano Galeote del que se decía que andaba amancebado y que usaba pistola desde sus tiempos de estancia en Puerto Rico y Fernando Poo, que vivía (modestamente) del estipendios -de dos pesetas por la misa (hasta que se la quitaron)-, era del decir de todos un cura cumplidor y generoso que prestaba asistencia gratis con el contento y satisfacción de sus superiores -lo que le permitía vivir a su aire, libre e independiente (sic) como él quería- y fue sin duda victima de la institución eclesiástica y también de la tiranía de la prensa -en gran parte anti-clerical- de su época y sin duda por todo eso, su figura se merece revisión. Victima en parte de unos medios que muestran de nuevo ahora su poder temible y omnímodo de manipulación en la crisis política por la que atravesamos los españoles
Una guerra (psicológica, de propaganda) en los medios, la que estamos presenciando desde el desenlace de las elecciones del 20 de diciembre. Y me refiero a la operación de acoso y derribo contra Mariano Rajoy que habrá vuelto a reanudarse con mas encono que nunca tras el debate a cuatro de ayer martes. No les debo nada a los medios españoles (ni a los extranjeros) Me lincharon y me insultaron y me difamaron y crucificaron intermitentemente durante décadas, sin conseguir no obstante destruirme psicológicamente ni encerrarme en una cárcel o un un manicomio para el resto de mis días.

Ni tampoco encasillarme en la imagen o sambenito -dez infamia- del cura asesino y desquiciado, una figura criminológica -y de guerra psicológica y de propaganda- de la que me ocupé en mi ultima entrada. O peor aún, la del cura asesino/frustrado. Alios ego vidi ventos, alias prospexit animo procellas, sigo diciendo ufano hoy parafraseando la célebre máxima de Cicerón -en román paladino, ya me vi en otras peores- que citaba en su obra mas divulgada Plinio Correa de Oliveira.

Y cuando parecía que se me abría una puerta por tímida y discreta que fuera -y me refiero al blog que durante cinco años mantuve abierto y actualizado a diario en Periodista Digital-, me dieron el portazo al final sin la menor explicación creíble, con la simple excusa a modo de coartada que habían recibido amenazas de llevarlos a los tribunales por culpa mía. Punto. Sin mayores abundamientos.

No vi el debate de ayer por entero, solo las cuatro primeras intervenciones y las replicas correspondientes. Una parte de los medios ,los mismos que vienen protagonizando la operación de acoso y derribo a la que aludí más arriba da en sus ediciones de hoy unánimemente por ganador al líder de Ciudadanos.

Y Pedro Jota Ramírez que perdió su poltrona -de director de un diario de gran tirada me refiero- por culpa del escándalo de los papeles de Bárcenas que él mismo montó y quiso convertir sin éxito en un Watergate a la española, va incluso mas lejos proclamando ganador y verdadera estrella del debate al líder naranja. Rajoy perdió los estribos, acusan unánime los profesionales de la manipulación periodística. Si ellos lo dicen. Y lo dicen sin duda porque contra lo que se esperaban, el presidente en funciones contraatacó sin miramientos -en el plano de los ataques y acusaciones personales-, reprochando al aprendiz de inquisidor (color naranja) el haber reconocido en publico haber cobrado en negro, o pagado así (lo mismo da en resumidas cuentas)

Curiosamente, ninguno de los kamikazes periodísticos patrocinadores de la política de de la tierra quemada a la que venimos asistiendo, fue tan lejos como Pedro Jota aplaudiendo como éste hizo los ataques ad hominem de Alberto Rivera en contra de Marino Rajoy y en temas aun por dirimir en los tribunales. Con lo que viene a demostrarse una vez mas que la independencia judicial -uno de los postulados intocables del ideal democrático- es una especie de deus ex machina para algunos aventureros que esgrimen sólo cuando les interesa.

Dice Rivera que no llama indecente a Rajoy -como sí lo hizo su amigo y aliado Pedro Sánchez-, pero lo tiene como tal por lo que explica, y me hubiera gustado presenciar la escena en directo por si acaso no se le fueron otra vez, en el calor de la intervención las manos, al líder naranja, lo que tanta aprensión y preocupación parece producir en sus padrinos -y mecenas (periodísticos)- y de lo que ayer salia en el juicio critico de aquellos con un aprobado discreto. Y a fe mía que no sé a qé se refieren con lo de las manos de Alberto Rivera si no es esa pulsión irresistible de la que da tantas muestras de ponerse en jarras (sic) en sus momentos de mayor acaloramiento.

Sigo sin comprender muy bien esa atención casi exclusiva que Mariano Rajoy parece mostrar por el estado de salud de la economía -y del sector bancario- pero esa es a todas luces su gran baza y no se le puede negar -en nombre de qué- el derecho a utilizarla. Se la tiene jurada algunos a Rajoy pero del debate de ayer salio vivo a todas luces. Lo que le hace sin duda aún más peligroso para sus contrincantes directos y para sus enemigos irreconciliables. Y esa sigue siendo mi apuesta

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