domingo, abril 27, 2014

¿MILAGRO DE SAN WOJTYLA EN CATALUÑA?

¿Esperanzas por albergar aun de que de la Zarzuela pudiera venir la inciativa salvadoras frente al desafí separatista en Cataluña? Señal de los peores agurios al respecto por el contrario, la que nos llega cual pájaro de mal augurio de esta instantánea de las canonizaciones romanas. De que el monarca reinante parece renunciar a aquella, a fe nuestra, cediendo asi ante su santa/esposa que parece apostarlo todo en cambio a la operacion sucesoria y a los fastos (cuasi pontificios) que aquella traerá consigo. Y sin duda también, a un milagro del papa polaco San Wojtyla
Rompo expresamente "mi" precepto dominical de dedicar a la poesía mi entrada de los domingos en este blog –habiendo así aplazado ex profeso la entrada diaria correspondiente al día de ayer, y a riesgo de atragantarle (de verdad que lo siento) la sopa del mediodía tal vez a alguno- por culpa de las canonizaciones de Roma, “la ceremonia de los cuatro papas” como la titula la prensa española lo que tal vez (y no se me tome a mal) habrá hecho ahora revolverse en su tumba -de santa/indignación- a uno de los cuatro, maestro consumado en el arte “de ponerse el en el centro de atención” -den los años de su pontificado y sin duda también durante el resto de su vida- como le caracterizó uno de sus más íntimos colaboradores en el gobierno e la iglesia, cardenal para más señas.

¿Otra hipoteca pesada la que viene a imponer (como una pesada losa) estos fastos y solemnidades sobre el futuro de los españoles como lo fue el pontificado Wojtyla en la vida del que esto escribe? Porque si fuera yo solo el afectado, si se tratase -como algunas almas piadosas me lo reprocharon en alguna ocasión- de un problema estrictamente "personal" entre aquel pontífice y el que esto escribe, daría por bien empleados los treinta años ya idos -de persecución abierta o encubierta y de expatriación semi-forzosa y de ostracismo (injusto)- que me valió mi gesto de Fátima. Y otros treinta todavía o el tiempo que me quede aun de vida por el bien común y por el futuro de las nuevas generaciones, entre las que se encuentra mi propio hijo.

Me temo no obstante que la presencia augusta en San Pedro de los soberanos reinantes, sea señal, al contrario, de los peores augurios ella ataviada de la tradicional (y ya no poco) anacrónica mantilla, los únicos monarcas reinantes presentes entre las delegaciones oficiales presentes para esta ocasión en Roma. ¿Un guiño a la clase política y a la opinión que las cosas van por el buen camino y me refiero a la operación sucesoria que algunos tiene ya bien metida entre ceja y ceja, que viene a querer demostrarse en un diagnóstico certero y clarividente colgado desde hace unos días en Minuto Digital, la publicación donde colaboro semanalmente en lo sucesivo?
Banderas polacas y ucranianas (anti-rusas) las únicas que se habran visto en las canonizaciones de Roma. Esta vez ni siquiera alguna rara española, de fieles comparsas -y dando así la nota- como sucedió en la turbo/beatificación del 2011 y como tan bién se les da a algunos de nuestros devotos compatriotas. ¿Dónde fue a parar esa "marea" de jovénes españoles que anunciaban el ABC y otros corifeos de la propaganda/fide en la prensa española?
Todos mis lectores de la época de mi participación en Periodista Digital (de donde fui dado de baja) son testigos que fui tal vez de los pocos intervinientes en la red en materias de actualidad que no se dio por escandalizado con el episodio Carina protagonizado por la casa real y su egregio titular hace ahora ya más de un año. Y que aposté incluso -lo sigo haciendo?- a que de la Zarzuela pudieran surgir todavía iniciativas salvadoras o en otros términos que el actual monarca guardara aun bazas o cartas en la manga de cara al desafío catalán (catalanista) en fase de agravación acelerada los días que corren que alcanzará a no dudar -como se señala con tino en el análisis mencionado más arriba- grados de paroxismo en el último trimestre del año en curso.

La instantánea vaticana del monarca –acompañado de su santa/esposa- parecen auspiciar al contrario una renuncia de un soberano tan taurinófilo a coger el toro por los cuernos cediendo así ante su consorte- notoria anti-taurina- que lo apuesta todo sin duda a una sola carta, a saber, la de operación sucesoria (en curso, entre bambalinas) y de os fastos que traerán fatalmente consigo, a imagen y semejanza sin duda de lo que habrán visto (mutatis mutandis) hoy en Roma. La historia se repite, o digamos que el librillo o la hoja de ruta sigue siendo la misma, no cambia.
Visita del papa Wojtyla a la Argentina el 11 de junio de 1982 (fiesta del Corpus) en plena guerra de las Malvinas. En la foto, con el presidente de la Junta millitar, general Leopoldo Gualtieri. No hubo milagro Wojtyla allí entonces y no lo habrá (tras su subida a los altares) tampoco en Cataluña
Valedores exclusivos, sí, hoy como ayer la Iglesia y el Vaticano de España y de sus sistema político ante las grande potencias como lo fueron en el 45 -forzando la rendición condicionada del régimen de Franco a los Aliados-, como lo volvieron a ser en la Transición, la única que aquellas hicieron y quisieron posible -ilustrada en la figura del Cardenal Tarancón (que consagro nota bene al actual monarca) y el protagonismo tan desmesurado y desorbitante que se le reservó entonces- y como parece estar siéndolo ahora de la operación sucesoria (marca Opus Dei) en marcha.

“El tiempo se cumplió y nos fuimos salvosé reza -de lo más fúnebre- el texto bíblico (canónico) Y me temo que los principales devotos de la institución y de la operación salvadora en curso puedan mostrarse tan desencantados dentro de unos meses tan siquiera. Como lo fueron justo a seguir la visita pontificia a su país (junio del 82) los argentinos en las Malvinas Porque está claro que no serán los milagros pontificios los que salven la unidad patria frente a la amenaza (inminente) separatista. ¿Milagro de San Wojtyla en Cataluña? ¡A otro perro con ese hueso!

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