"Viva la Italia fascista"! "Viva la Rusia soviética"! "Viva la Alemania de HITLER!" (número 4 de "La Conquista del Estado") Ramiro fue un hombre libre, en su política y en sus escritos, en su vida y en su muerte. Y como tal (patrióticamente) heterodoxo y disidente, en línea con su agnosticismo proclamado a los cuatro vientos. Rece lo que quiera la leyenda piadosa por su cuenta o a su nombre, en medios azules, ideológicamente proximos, que pretenden que murió (estrictamente) conforme al consabido patrón de la Buena Muerte, y reconocen justo a seguir que murió fusilado, justo después de intentar arrebatar el arma de uno de sus verdugos, al grito de "A mí me matarán donde yo quiera!". Estilo nuevo-el de Ramiro-en la vida y en la Muerte. Paradigma de la Otra Modernidad, la que propugnó más que ningún otro movimiento de su época, el nacional/socialismo. Ramiro LEDESMA, el hitleriano español, adelantado a su Tiempo
"Ramiro LEDESMA!.../...," y el profesor se paró en seco tras pronunciar ese nombre en el mayor de los silencios y en el auditorio no escaso, al hilo de su disertación. "Era un intelectual -prosiguió- un gran intelectual, ustedes no le conocieron" Y las palabras de Don Juan del Rosal, catedrático de Derecho Penal, resonaron fuerte en mi y me quedarían hasta hoy grabadas, por la sorpresa tan mayúscula sin duda que me produjeron, en aquellos tiempos! -años setenta (primeros)- y en aquellos vientos que soplaban furiosos en las aulas aquellas de la Complutense (Facultad de Derecho) Que no venían a ser -las palabras del recordatorio aquél-, más que un eco apenas de las que pronunció ORTEGA y GASSET -"el maestro ORTEGA" como lo evocaba invariablemente Ramiro- y fue al saber en su exilio francés, de la muerte (asesinado) de este último: "Han matado a un entendimiento". Y Ramiro LEDESMA lo era sin duda alguna, como me percato y lo calibro hoy aún mejor repasando las noticias biográficas que circulan a su nombre o por su cuenta en la Red.
Un intelectual germanófilo (cultural y filosóficamente hablando), tributario en su formación universitaria y en sus lecturas de la tradición filosófica o puramente intelectual alemana, pasando en revista aunque sólo sea la retahíla de sus influencias, NIETZSCHE, FICHTE, HEIDEGGER, SPENGLER, HARTMANN, el francés SOREL -"Reflexiones sobre la violencia"-, el italiano GENTILE discípulo ("de derechas") de un HEGEL (idealista) y tributario de su idealismo filosófico), y entre los españoles, Joaquín COSTA, y su maestro ORTEGA por cierto: de un cuño o un sello o impronta fuertemente germanizada el conjunto y en especial la porción primeriza de la obra de este último, legado sin duda de su estancia, veinteañero, en Alemania -que era entonces Prusia, antes de la Gran Guerra- y de sus contactos en paralelo con las universidades alemanas. "Alemania le hizo daño" escribió eufemísticamente de él, Francisco UMBRAL, a falta sin duda -a la hora de interpretarlo- del golpe de tuerca que precisan muchos de los escritos -sustancialmente ensayos y novelas- en la obra (ingente) de este último.
Con daño o en su provecho, como sea, la influencia alemana indeleble en ORTEGA, es algo fuera de discusión, como digo, Y gracias a ORTEGA, de puerta de acceso, Ramiro LEDESMA se pudo abrevar hasta la saciedad de la filosofía alemana. Y de toda la galaxia de nombres que gravitan en torno a él, uno sobre todo se destaca por encima de todos los otros, y es el de Martin HEIDDEGER, el de las profundas reflexiones sobre la angustia (ANGST) y sobre la NADA en las que resuena fuerte la obra y el pensamiento de NIETZSCHE: de un HEIDEGGER primera época -obligado de precisar-, anterior a su ruptura -y así vamos ya entrando en materia- con el nacionalsocialismo, de justo después de la Noche de los Cuchillos Largos (30 de junio-2 de julio de 1934), como él mismo lo da a entender en su entrevista a título póstumo, al semanario alemán DER SPIEGEL (*). Corroborado todo ello por el testimonio oral que trasmitió a su auditorio de jóvenes universitarios Umberto ECO, en Bruselas, al poco de mi llegada a Bélgica (marzo 1987), donde habló de la Tradición Primordial (sic) con la que decía que entroncaba ideológicamente el nacionalsocialismo.
Ramiro LEDESMA fracasó en su travesía política y en su empresa ideológica, pero sobrevivió en el firmamento de las ideas solares, como lo ilustra la imagen perenne -de idealismo y de juventud- que nos legó, de su estampa y de su figura, la de esa foto que nos legó, posando a la intemperie, la garra hispánica en el pecho, en atuendo deportivo o deportivamente nuevo, y como izándose del suelo áspero y desnudo igual que el de su tierra (zamorana) del SAYAGO. Y para conjurar esa imagen nueva y transgresora a la vez, tan tentadora para las juventudes de hoy como las de su tiempo, ronda dentro y fuera de la Red gravitando de cerca o suspendida más bien como espada de Damocles en medios "azules", ideologicamente próximos, una piadosa leyenda que santifica o reconcilia canónicamente sus ultimos momentos: tratando (piadosamente) así de conjurar la imagen de hombre libre y joven, y en busca de una auténtica modernidad, que se desprendía de su abierta profesión de heterodoxia, léase de agnosticismo (nacional, sin servidumbres extranjeras)
Y era esa heterodoxia o disidencia patriótica en él lo que sintonizaba sin pena con Hitler y el nacionalsocialismo, aunque la evidencia tan ruidosa haya sido silenciada y rodeada de espesos tabús durante casi un siglo. Pero con el viento/nuevo y bueno que sopla entre un sector considerable de la juventud española, es hora ya de proclamarlo de palabra y por escrito, sin rodeos ni tapujos. Ramiro LEDESMA RAMOS, el hitleriano español, oráculo de la Memoria (inicial) -en la línea de Leon DEGRELLE- de los vencidos de la Segunda Guerra Mundial. Y heraldo y profeta del Tiempo Nuevo!
(*): "Nur noch ein Gott kann uns retten" (Only a God can save us") Entrevista en "Der Spiegel", 23 septiembre 1966
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