El triángulo rosa, señal de infamia de los homosexuales en Alemania bajo el régimen nazi. Testimonio del espeso tabú existente en la propaganda como en la legislación del nacionalsocialismo, que dictaría penas de muerte contra los que propalaran chismes y rumores sobre la (presunta) homosexualidad -o bisexualidad- del Fuhrer. La realidad no obstante era muy otra
La homosexualidad fue el principal rumor que rodeó la figura del Fuhrer y le sobreviviría tras su muerte. Y el tabú espeso que lo rodeaba en gran parte se basaba en el parr.175 del código penal alemán, -endurecido bajo el régimen nazi, y prolongado hasta hoy-, que penaba las relaciones homosexuales y, hasta 1969, incluso "los actos contra natura con animales" Y lo ilustra en la obra que aquí estamos comentando, la decena de sus paginas donde se registran todo tipo de testimonios personales y de testigos individuales al respecto, a base de indicios, coincidencias y casualidades o suposiciones tan vagas como anónimas, buscando colmar sin duda la flagrante laguna que nos ofrece esa encuesta, a base de chismes y rumores, sobre la sexualidad del Fuhrer, sin la menor prueba que les acompañe. Con dos fuentes no obstante, o lugares de memoria principales, a saber, el periodo de su vida transcurrido en las líneas de frente, y los baños públicos y clubs de gays -muy populares en la República de Weimar-, y sobre todo, los albergues para los sin/techo, muy populares en la Alemania de entonces, conocidos como "hoteles para hombres". De la primera sobresale un compañero de armas del Fuhrer que le acompañó inseparable durante años, tras finalizada la guerra, entre unos lazos de amistad rodeados de rumores.
De los "hoteles para hombres" se puede decir que arrastraban la reputación de refugios o lugares de encuentro de homosexuales, en una variopinta población de marginales, de SDF (sin techo) desempleados y toda clase de bohemios y de buscadores de alojamiento o de empleo. Un hito fundamental e insoslayable en la encuesta en pos de la (supuesta) homosexualidad del Fuhrer, lo fue la innegable amistad del Fuhrer con Ernst RÖHM, entre los pocos que se atrevían a tutearlo, jefe de las SA, y notorio homosexual y víctima en la Noche de los Cuchillos Largos del propio Hitler que ordenó matarle, según ciertas versiones, con el propósito de evitar la difusión de todo lo que aquel sabía sobre la (presunta) homosexualidad del Fuhrer.
Y a partir de ahí se suceden los testimonios en la obra que comentamos de medidas tendentes a reprimir ese tipo de rumores, lo que iría a culminar en la sentencia del Tribunal del pueblo (Volksgerichtshof) -presidido por Roland FREYSLER-, contra los supervivientes a las muertes e interrogatorios, implicados en el atentado de VON STAUFFENBERG contra Hitler (Operación Walkiria) -gran parte de ellos ejecutados-, y contra miembros de La Rosa Blanca (Weisse Rose) y otras organizaciones de la Resistencia alemana, y en donde se dictó pena de muerte (sic) contra los que propalaran rumores sobre la homosexualidad del Fuhrer. Otro testimonio más concreto y preciso -de un escritor británico-, lo fue el que daba cuenta que Hitler posó -en una academia de bellas artes o un centro análogo, se supone- de modelo para un desnudo (*), bajo las órdenes de un oficial alemán homosexual, sin que queden más que especulaciones de lo que después sucedería (...)
Ernst RÖHM, lider de las SA y amigo de Hitler, como lo calificó en su entrevista a Der Spiegel, Martin HEIDEGGER. Según ciertas versiones, Hitler ordenó -en la Noche de los Cuchillos Largos- su asesinato con objeto de evitar la difusión de todos los secretos que guardaba aquél sobre la (presunta) homosexualidad -y (presuntamente) bisexualidad también- de Adolfo HITLER
(*) Una practica frecuente y plenamente admitida en Bélgica y en Bruselas, cuando yo allí llegué (segunda mitad de los ochenta)
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