Imperturbable, con más cara de circunstancias que nunca, y perdido "como párroco en un cabaret" o como un yanqui en la Corte del Rey Arturo, Donald TRUMP ayer, en primera fila de los asistentes al funeral por el Papa Francisco. Saliendo así más que airoso del paso, de este histórico e intimidante desafío de la diplomacia vaticana a escala mundial, y de su extraordinaria influencia global
Majestuosos, o como reza la prensa de hoy, "majestuosamente teatrales", y desesperadamente interminables los funerales del Papa/grande -más grande que el papa magno (San Karol, su predecesor) y más santo aún que él también? (y la respuesta queda por razón de fuerza mayor en el aire)
Capaz o susceptible como sea, la ceremonia de ayer, de suscitar descargas -hasta las lagrimas- de emoción religiosa y piedad (más o menos) sincera, entre la masa de fieles del publico asistente y de incitar a la conversión -y a la confesión y comunión- a la legión de escépticos , mundanos o simples curiosos, entre aquellos. O de descargar simplemente electrochoques de perplejidad y estupefacción entre ciertos invitados a la ceremonia, mayormente allí presentes por pura cortesía o por razón de la diplomacia vaticana, o por imperativos de la política internacional, que me diga de una "política/religiosa", en la formula -"maurrasiana"- cuasi mágica (tabú hasta ayer, casi hasta hoy en el Vaticano)-, que se invita por su cuenta en esta entrada y en estos funerales de excepción.
Y pienso en particular -muchos aquí ya me han adivinado-, en uno de los asistentes de excepción, en primera fila junto a su esposa, "perdido" -al decir de un comentarista sagaz- en esta ceremonia "como un párroco en un cabaret", o como un yanqui en la corte del rey Arturo (o del rey de reyes papal, qué más me da!) Donald TRUMP, protestante evangélico, -de los de oración y desayunos de oración, manos juntas ante las cámaras-, y buen hijo (amantísimo) de un padre -alemán, emigrado en los States-, dueño y encargado de un bar de alterne ante el Altísimo -dicho sea con perdón-, qué se os había perdido en esa cueva papal? El lío (global) de los aranceles, o la guerra de Ucrania donde no conseguís hacer firmar la Paz? Como sea, mis respetos y mi felicitación sincera por haber sabido salir airoso del paso con ayuda (que todo hay que decir) de su fiel santa/esposa, haciendo ésta delante de su santo, de embajadora. A sus ancas, él detrás de ella, y trayéndolo así -por su cuenta y riesgo (como en el bolsillo, todos lo pudimos ver)- de nuevo y tras la cuarentena de las ultimas semanas, al concierto de las grandes potencias, y de la comunidad internacional.
Mi gesto de Fátima (13 de mayo, 1982). Ante el papa Juan Pablo II. De lo que no reniego, ni antes ni después del óbito papal. De un innegable impacto mundial -aunque sólo sea, de por su repercusión en los medios del mundo entero. UN GESTO GLOBAL
Y un gran ausente, Vladimir PUTIN, en la boca y en la mente de todos. Y otro también de los de andar por casa, y de cuyo nombre prefiero no acordarme. Como a la sombra de otro de los grandes ausente: de "su" amigo (del que aquí ya hablé), el chino XI-JIN-PING. Los instantes o minutos del encuentro a solas en los rincones o pasillos de Basílica o de la capilla, TRUMP-ZELENSKI, gran éxito o victoria en la historia de la diplomacia vaticana a través de los siglos? La crónica de los días o semanas que nos espera, nos lo dirá. Y a mí, qué huella o qué impresión tan grandiosa santa/ceremonia, aquí algunos -muchos pocos?- se preguntarán. Intimidante y amedrentadora a fe mía, esa (impresionante) demostración de fuerza (tranquila) Que me lleva -como a todo el mundo- a reflexión, o más bien a circunspección, por propia experiencia con el golpe en mis huesos -que aún me duele y escuece santo dios!- de ese poder tan temible tan mundano y tan político y tan papal -que me habrá traído de nuevo a España desde Bélgica, sin cambiar -la muerte antes!- mi manera de pensar. Y sin renegar, Dios me libre! de mi gesto de Fátima, y de lo que tuvo -de por su repercusión mundial innegable-,- de un acto eminentemente GLOBAL
Encuentro el pasado domingo (de Pascua) en Roma -Residencia papal de Santa Marta- entre el Papa Francisco y el vicepresidente (católico) de los Estados Unidos, J.D. VANCE, ardiente defensor de la identidad europea, al que el Papa reprendió fuertemente en el tema de la inmigración
1 comentario:
Teatro Cirquense
Publicar un comentario