Un film, un buen filme de guerra acorde con los vientos de guerra (winds of war) que de nuevo soplan, y con los horizontes de guerra (sic) que nos depara el futuro de nuevo ante nuestra gran sorpresa como en un respetuoso (mentís) de los lamentos semi/profeticos del historiador francés ("nationaliste") Dominique Venner, citado a menudo en este blog, para quien esa era una de las perspectivas -u horizonte de las mismas- de la que se verían privadas las nuevas generaciones (colmo de la fatalidad). Y me refiero al film en pantalla estos ultimos dias en ciertas salas del centro de Bruselas que está cosechando los mayores réditos de audiencia y de taquilla por su telón de fondo más que nada, se me antoja. Y es el de la actualidad de los fregados bélicos en los que se ve enfrascado la mayor potencia (USA) de la tierra. Por qué ese film y por qué ahora? Un filme tan a contracorriente de las sensibilidades y de las mentalidades de hoy (por lo que nos cuentan) hasta el punto que en las escenas (previsibles,a fuer de convencionales) del final de film parecian hacerse oír -así al menos me parece que lo oi yo- la palabras del célebre slogan que popularizaría (horresco referens!) Donald Trump "Make America great again!" Cualquier parecido con la realidad, pura coincidencia?
Es lo que nos cuesta (y cómo) de creer o de admitir a medida que nos adentramos -en, picado como en los vuelos supersónicos que nos ofrece este film- en el guion y en la intriga, y en lo que no nos son difíciles de reconocer por pelos y señales, paises y escenarios -del Eje del Mal por descontado-, y así todo nos queda claro. Una preparación psicologica, ambiental a un escenario de guerra, en Ucrania, faltaria más. A una temperatura bélica, a una atmósfera de heroísmo (colectivo e individual) y de camaraderia -que sonaba hasta hoy a "kitsch" (cursi, ridículamente desfasado o mal/pensant)-, y a lo que hay que aclimatar de golpe y de buen grado o a la fuerza, por las buenas o por las malas, al conjunto de nuestra despreocupada opinión publica occidental. Y asi, como digo, todo se explica: si en vez del Oriente -léase el Iran?- transponemos la batalla de Sievieredonetsk a todo arder en fuego de artilleria y de aviación (de la más alta tecnologia como en este film de éxito) (y de furor)
Y es que la guerra en Ucrania sigue ardiendo sin parar, y al mismo tiempo o en paralelo, la guerra en los medios, y de la emociones (en francés, "guerre des coeurs") Y hay que seguir vendiendo cueste lo que cueste lo que nos queda aún por vender, de los éxitos y de las victorias y de la buena dinámica (sic) de los buenos, que aun están por llegar (ay dolor!). Sobre todo en el escenario preferente de los últimos partes de guerra, a saber en el frente del Dombas. "Ahora que Franco ha ganado la guerra!", cantaban en España (en Madrid) siglos ha. Y ahora que los malos estan ganando la guerra, "vamos a contar mentiras. traslará y traslará!"
Un film como hecho de encargo ("à l'emporte-pièce", en francés) Un cuento de buenos y malos de gran calidad cinematográfica -de por el alto nivel técnico y tecnológico, y de por el brillo (estelar) de los protagonistas-, dicho sea en honor a la verdad. Y una arma (temible), no de destrucion/masiva sino de guerra de propaganda. Con un telón de fondo de la más rabiosa actualidad
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