sábado, junio 25, 2022

UCRANIA Y ESPAÑA "COMO PROBLEMA"

 

Un debate crucial sobre la Historia de España que refleja posturas -pese a las apariencias- sintéticas o complementarias. Sobre nuestras raíces germano-gótico-europeas, y sobre las tres/culturas que coexistieron y cohabitaron durante la Reconquista, y nos dejaron una innegable impronta histórico/cultural Y un debate -sobre "el problema" de España- que inciaron una década antes, Pedro Lain Entralgo y Rafael Calvo Serer, tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, y que la guerra de Ucrania trae de nuevo a la actualidad. Entre eslavos y germanos en Ucrania, y entre germanos y bereberes -José Antonio dixit- aquí. Un "problema" similar   

Nos duele España, sí, y más la capital de España escenario de la cumbre de ayer como aqui no lo habré dejado de mostrar. y me duele también, Castilla, más que nada, que fue de España -como lo fue de Rusia Ucrania- la matriz histórica primera y principal. Castilla hizo a España y España la deshizo, como escribió Claudio Sanchez Albornoz en su obra tardía que evoqué aquí ayer -"España, un enigma histórico"- pero de la que me olvidé aquello de mencionar y que otros en cambio se acordaron justo a seguir en mi lugar (...) Y que destapó la caja de los truenos y relámpagos para mí aquí en Bélgica: negro sobre blanco aquello en verdad, en el escrito a modo de manifiesto -léase de preámbulo del mismo- que colgué en español -en guisa de desafío (o de liberación más bien)- en el tablero de anuncios del bar del Colegio de Abogados de Bruselas hace ya más de veinte años y que me valió la expulsión (manu militari) del recinto y la exclusión (en francés, radiation) de aquella augusta corporacion, como los medios en España y Bélgica y no sólo no habrán dejado desde entonces (a su manera) -me refiero al incidente aquél, que me diga su versión o leyenda- desde entonces de recordar (....) 

Que la frasecita, no me digan, tiene miga! Y es por la carga latente, explosiva -aún por desactivar- de las contradicciones que encierra. Y es de la contradicción ínsita en nuestro ser histórico, digamos que por partida doble, léase a base de dos pulsiones contrarias y a cual si cabe más explosiva: la clasista y la identitaria, de las que la segunda vale por la causa (motriz y ejemplar) de la primera, la explosión en simultáneo de las cuales nos condujo de manos dadas y a tumba abierta a la guerra civil. Y aquí estamos, la tension aquella latente y aún irresuelta y siempre incubándose en cambio y presta a resurgir (....) Que la guerra civil castellana aquella, madre de nuestras guerras civiles por venir, sembró como aqui ya lo dije la lacra -como un flagelo o una madicion biblica- de la lucha de clases, al precio nota bene del equilibrio hasta entonces en tension de las partes que componían la España de los Cinco Reynos, en provecho de unos -las Vascongadas- y en detrimento o desventaja de otros, sin que la unión final (en 1492) -como lo señaló agudamente el historiador (marxista) francés Pierre Vilar- lograse reestablecer el equilibrio inicial aún volcandose Castilla del lado mediterrano de Cataluña y Aragon y dando la espalda a la vez -hasta hoy- al Atlantico, léase a Portugal. 

Pero en fin España nació y aquí estamos, como no dejó de atestiguarlo a su manera la memorable polémica aquella -de Americo Castro "versus' Sánchez Albornoz que como me lo señaló un amigo una vez sin que yo lo entendiera entonces muy bien, eran pese a las apariencias dos posturas sintéticas o complementarias la una de la otra a su manera, la una apuntando a nuestra raíz germana, gótico/europea, y la otra evocando aquella España de las Tres Culturas de la que dio cuenta -como ya lo dije aquí- la guerra civil castellana, donde lo árabe y lo judío -léase lo berebere (José Antonio díxit)- cohabitaron siglos durante con el resto de los españoles en (mayor o menor) armonia social y espiritual. Siempre en el marco no se olvide de la empresa de la Reconquista, divinal (sic) -como entonces se decía. De lo que el grupo o minoría ("astillada", Vicente Marrero díxit) del 36, de la revista Escorial -"los laínes" como Franco los llamaba a creer a Umbral)- con su oportunismo proverbial se supieron hábilmente posicionar, a favor del filo/semita, y por cuenta o a costa del republicanismo de su contrincante y de su germanismo latente o declarado que olía a chamusquina a seguir al 45 como no es difícil imaginar y que les pemitía en cambio el desmarcaje perfecto a aquellos falangistas -y filo/nazis- "desencantados", sin dejar ellos por eso de seguir asestando -hasta mucho después (y los del Opus en eso tenían razón)- las más sabrosas lecciones de moral (....)  

La historia es la que es, no obstante: de la Reconquista como de la guerra civil castellana, de la guerra civil (del 36) como de la Segunda Guerra Mundial (....) Y Vladimir Putin en eso lleva razón como lo vengo aqui apuntado una y otra vez. Como la tiene, reafirmando la identidad pluriétnica (sic) de su patria rusa. Y lo que no quiere ver en cambio el nacionalismo (separatista)  ucranio -o uniata/ucraniano-  a saber la realidad de una Ucrania medio ruso/eslava, medio germana (o germano/occidental) Y pluriconfesional (entre griego/ortodoxos y uniatas catolico/romanos, entre Roma y Moscú)  Europeos y germanos y triculturales a la vez, los españoles. "Problema de España" comparable mutatis mutandis al de Ucrania (...). Y mediadores en todo caso, los españoles, no jueces y parte (beligerante) como los anglosajones así nos quieren ver. Lo que no nos impide ver -y comentar- objetiva e imparcialmente los toros desde la barrera. Como hizo -negándose (nota bene) al envio de voluntarios en la guerra civil española- el belga Leon Degrelle


 

La Legión Valona de Leon Degrelle combatió en Ucrania en, la batalla de Cherkassy junto al Dnieper, a mitad de camino entre Kiev y Dniepropétrovsk, junto al Donbass. Lo que le trae -se quiera o no reconocer- de nuevo a la actualidad. En la guerra civil española en cambio, REX se negó a enviar voluntarios. Jueces pero no partes a la vez. Como nosotros en la guerra de Ucrania ahora. En la cuerda floja, alguno dirá. Lo que da no obstante a nuestra postura -irrevocablemente pro-rusa- si cabe más fuerza moral

  

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