"COLOSO TRISTE" EL EJÉRCITO DEL PRIMERO DE ABRIL

Primero de Abril. Ochenta y un aniversario de una victoria que acabó en rendición política y en derrota pactada. Y esa es la clave de explicación de ochenta años de Historia de España y de su Ejército, el ejército invicto del Primero de Abril que acabó convirtiéndose -en expresión certera y un tanto enigmática de Francisco Umbral- en un “coloso triste” Triste ¿por qué? Pues porque acabó cediendo a la fatalidad histórica y viéndose obligado a echar por la borda los frutos y logros -militares- de la victoria en aquella contienda bélica. Y lo simboliza el triste destino de la División Azul, la vanguardia del ejército victorioso del 36 que se vio diezmado en el frente del Este durante la Segunda Guerra mundial y se vieron condenados a la repatriación forzosa cuando las tornas cambiaron, con sol de poniente para Alemania y sus aliados. Y simboliza inmejorablemente esa tristeza castrense la vuelta del ultimo jefe de la División, el general Emilio Esteban Infantes -Cruz de Hierro de primera clase-, al mando supremo de la unidad durante la gesta de Krasni Boor (ver foto) que diezmó a aquella -con mas de cuatro mil bajas de un total de cinco mil novecientos efectivos- y que salvó el honor (castrense) del ejército español y le hizo un puesto en la memoria colectiva y en los anales de la historia militar. Y que cuando llegó de vuelta del frente del Este a la Estación del Norte de Madrid no le esperaba nadie (...) La tristeza de la rendición ante la fatalidad histórica y no ante el enemigo en el campo de batalla. Ese es, insisto, el dato irrefragable rodeado del más espeso de los tabúes durante décadas que da la clave absolutamente de la psicología colectiva del ejército español y de su mandos a todos los niveles y grados del escalafón en setenta años de posguerra (europea) Un ejercito invicto y a la vez resignado y rendido a la fatalidad, al Fatum de la Historia. Y siempre en espera -desde entonces- de recobrar la ilusión colectiva de los grandes destinos. De escuchar de nuevo la voz clara del mando, que se confundirá a no dudar con la voz de la sangre. “Que nos liga a los destinos de Europa”