jueves, abril 27, 2017
WOJTYLA "DEFENSOR DE PEDÓFILOS"
La religión es temática rodeada de tabúes en lo que se conviene en llamar la derecha mediática religiosa -la Gaceta, Alerta Digital, Infovaticana etcétera, etcétera- en donde cabe incluir la sensibilidad “patriota” Y dentro de esa muralla intocable de tabúes cabe incluir por supuesto todo lo que de cerca o de lejos se relaciona con la figura del papa estrella Juan Pablo II. Un papa que se vio aprobado en plebiscito en esos medios, en la misma medida (grosso modo) que el autor de estas lineas se vio siempre objeto de exclusión -léase de excomunión latae sententiae- entre ellos, como en este blog lo vengo denunciando (desde hace poco tiempo) Un papa "muy facha", decían, como queriendo autoconvencerse (...), después del "rojo" de Pablo VI. Y una prueba de los paños calientes con los que su figura se aborda sistematicamente en esos medios y en esos sectores, lo es una noticia que ha saltado ahora a los titulares de la prensa en lengua francesa y de la que vengo a saber de refilón o de rebote por así decir a través del diario Alerta Digital, emblemático si los haya de esa derecha mediática religiosa (léase político/religiosa) a la que aludí más arriba. Y es de una pieza de teatro (ver foto) que viene representándose desde hace dos meses en Varsovia donde se ve una efigie tamaño natural del papa Wojtyla objeto de una felación por parte de una de las actrices protagonistas, tras lo cual la figura papal se ve ahorcada con un cartel colgado al cuello de “defensor de pedófilos” Alerta Digital no lo refiere explícitamente -beaterío obliga- sino en una alusión indirecta con motivo de otro escándalo del que al autor de esa obra, el autor croata Oliver Frljic, se habría visto envuelto en su propio país por otra obra,que en esa publicación patriota describe como representando a Jesús en trance de violar (sic) a una mejer musulmana. Una presentación sin duda un tanto caricatural que viene a ser (se me antoja) como un tiro por elevación contra la pieza anti-papal que se representa actualmente en Varsovia, y contra su autor. Y es curioso que lleve ya dos meses en escena, pese a las protestas y manifestaciones de la extrema derecha polaca (“católica” y “nacionalista”) Lo que viene a desatar el carácter atípico, desconcertante y un tanto hermético para occidentales -léase para españoles- del pueblo polaco. Que parecen tener propensión a derribar de sus pedestal a sus propios ídolos nacionales,como lo fue hasta hoy en Polonia el papa Wojtyla. ¿Dejó de serlo para ellos? Seria dese luego (parafraseando a Nietzsche) la noticia más terrible y más extraordinaria de nuestra época
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