jueves, febrero 11, 2016

SÁNCHEZ Y EL SANEDRÍN DE JUECES (Y PERIODISTAS)

Tribunales populares -y de urgencia- de la republica durante la guerra civil. Su sombra (negra), gravita sobre la justicia y la magistratura en la España de hoy. En la foto, el ministro comunista Jesús Hernandez interrogando (sentado) a un prisionero de guerra italiano, desde la mesa del presidente del tribunal (...) La separación de poderes es uno de los mitos fundadores del sistema democratico. Hay países no obstante en los que se guardan más las formas y las apariencias que en la España actual donde reina una politización de jueces que no se da -doy fe de ello- por cima de los Pirineos. ¿Del sanedrin o gobierno secreto de jueces al que (atónitos) asistimos -por cuenta de la lucha contra la corrupción (financiera)-, a un nuevo régimen sin garantías de justicia alguna, de tribunales populares (como el que condenó e hizo asesinar a José Antonio Primo de Rivera)? O como el que me condenó a mi (hace treinta y tres años) en Portugal -de unos jueces escorados descaradamente a la izquierda, anti-fascistas- sin pruebas materiales, y con el solo argumento de mi confesión de intención (que fue lo que me condenaría y haría reo de un acto en grado de tentativa apenas )(...) Lo dejo aquí al juicio de penalistas (demócratas o sin serlo)
“Los padres de estos retro progres -leo en un comentario reciente en la red- eran la base social del franquismo”, lo que retrata si no una realidad sociológica, sí al menos una impresión anclada en un sector relevante de opinión publica entre los jóvenes incluso a tenor del tono coloquial del comentario que aquí recojo al hilo de una discusión sobre tiriteros, listado de calles (franquistas) y demás cuestiones y asuntos relacionados Lo que deja insinuar que muchos anti-franquistas de ayer, hijos y nietos tal vez de anti-franquistas, o no lo son ya o lo son mucho menos guerracivilísticamente que esos nuevos conversos del anti-franquismo militante y beligerante.

Y a fe mía que el berenjenal que se tiene montado entre el ayuntamiento, el rectorado de la Complu (como la llaman ahora) y la cátedra de memoria histórica -de la Complutense- a cuento de planes y listados por cuenta de la ley (funesta) de memoria histórica son (un poco) de vergüenza ajena) y hace fatalmente pensar en niñerías más que otra cosa.

¿Tendrán razón al final el gobierno PP y Mariano Rajoy que la memoria histórica no interesa a nadie, sobreentendido con la salvedad hecha de un puñado de imberbes -léase de los que no vivieron aquello más que por la película que les contaron (del tiempo de sus abuelos)- y de otro puñado de fanáticos perfectamente desconectados de las preocupaciones de hombres y mujeres en la España de hoy y del espíritu de nuestra época?

No estoy tan seguro, y se me reconocerá que a falta de la prueba del nueve podemos seguir sintiendo perfectamente legitimados y justificados en las aprensiones y las llamadas de alerta que venimos expresando y prodigando desde hace ya rato en el tema. Una de cal y otra de arena. Llevaba ya mediado este articulo cuando a la caída de la tarde el panorama de los titulares de los medios españoles versión digital- cambia radicalmente y pasa a ser ocupado por la noticia/sensación del registro del PP en su sede madrileña de la calle Génova. Como un toma y daca.

Políticos corruptos (léase los del PP) y titiriteros, las monedas de cambio del juego político que se traen entre manos jueces (de la democracia) y periodistas de la prensa global al cabo de más de mes y medio de crisis como ya llevamos. ¿Jueces de la democracia o gabinete en la sombra de un gobierno de jueces (y de periodistas)? Esa es la duda que nos viene corroyendo a algunos, obligados a la lectura (y análisis) diario de la prensa global en lengua española (que la extranjera nos escuece menos tal vez porque nos afecte menos también, no lo sé)

¿Por qué ahora, ese registro tan político ¿ Por qué precisamente contra personas del entorno de Esperanza Aguirre, el electrón libre del PP que con el que cuentan como el santo advenimiento los mentores y cerebros de la operación de acoso y derribo en curso para desestabilizar y dividir por dentro al partido de sus fobias y obsesiones? Financiación ilegal ¿ Donde esta la ley, en los textos (crípticos y laberínticos tan a menudo) o en los cerebros -y corazones como una nueva ley natural/democrática de los inquisidores de la cruzada anti-corrupción, todos o casi todos ellos como por causalidad en la orbita de la izquierda o de la extrema izquierda?

¿Un partido de corruptos (el PP) en el que se aplauden todos ellos entre ellos, aplaudiendo incondicionalmnte y elogiando incondicionalmente al líder, como lo viene destilando e insinuando la operación de acoso y derribo en curso? ¡No me digan! Si no aplauden, es señal de que están en contra del líder, y si le aplauden, señal que son todos unos neo-estalinianos disfrazados (palabras mayores, no me digan, sobre todo viniendo de antiguos rojos conversos como están viniendo en lo sucesivo)

El juez que habrá ordenado ahora el registro -tan propagandístico de la sede del PP no es virgen políticamente hablando, lo menos que se puede decir, no hay mas que echar un vistazo a su curriculum y a los enlaces de internet que mencionan su nombre. O a sus opiniones (abortistas) sobre el aborto, que no son las mías. Gobierno de jueces (y periodistas) Spain is different.

No me digan, la separación de poderes y la independencia del poder judicial que tanto se invoca en la prensa española se fundan en una premisa (sacrosanta e intocable) en otros países, en Bélgica por ejemplo y es la del perfil rigurosamente apolítico de sus jueces y magistrados. Algo que hay que atreverse a señalar (y a denunciar) sin miedo a que se nos acusa de falta de patriotismo por sacar a relucir comparaciones (siempre odiosas) con un país extranjero (que en el caso de Bélgica no lo es tanto) Pero es la verdad desnuda y flagrante, de la que sin duda me habrán sido preciso tantos años de estancia aquí en Bélgica para acabar calibrándola y apreciándola en su medida justa.

En la segunda mitad de la década de los noventa la sociedad belga se vio fuertemente sacudida -doy fe de ello- por el escandalo de las redes pedofilas y de los niños abusados (sexualmente) o muertos y desaparecidos. El poder judicial se vio entonces puesto seriamente en entredicho por un sector considerable de la opinión publica (con la que se sentía totalmente identificado el que esto escribe) Y veinte años mas tarde, sonó sin duda la hora de hacer balance (desapasionado y objetivo) Y es que si el poder judicial y su credibilidad acabo saliendo del trance mas o menos airoso en Bélgica, lo fue sin duda gracias a ese apoliticismo escrupuloso del que la magistratura y el poder judicial belga cualesquiera que fueran sus lacras o cualesquiera que sigan siendo sus sombras a día de hoy- habrán sabido hacer gala.

Comparaciones odiosas, pero inevitables. No hay en Bélgica jueces de izquierda ni de derechas, ni pretendidamente o supuestamente tales, como en España. Esa es la diferente flagrante que clama al cielo y que debe hacerse oir por los techos y tejados del régimen democrático (en España) Antes de que sea demasiado tarde, léase antes que veamos al tapado de ese sanedrín judicial -en la mente de todos- levantándose con el santo y la peana (de la investidura)

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