domingo, junio 28, 2015

ESPAÑA NACIONAL Y ALEMANIA NAZI UNA ALIANZA DE IMPERIO

La Alemania nazi gozó de una imagen irreprochable en la España nacional durante la guerra y la inmediata posguerra y los primeros dos años del transcurso de la Segunda Guerra Mundial. Como lo ilustra esta recopilación de poemas heroicos (de 1941) con nombres de los más destacados de las letras españolas de entonces, a cargo de Federico de Urrutia sin duda el poeta falangista (joseantoniano) más destacado durante la guerra civil –más (nota bene) que Ridruejo- que siguió en el declive y el ostracismo que fueron los suyos a los de la Alemania nazi en la que creyó fervientemente (como tantos españoles del bando de los vencedores del 39) A asumir tocan
Ofensiva en puertas de memoria histórica (de los vencidos del 36 me refiero) Es lo que cabe olfatear al menos después que se pusieran a anunciar los medios el nombramiento inminente de Joaquín Bosch "juez de la democracia" para el puesto de próximo consejero de Justicia en el Ayuntamiento de Barcelona presidida en lo sucesivo por la señora Nicolau (Ada Colau para sus amigos y camaradas) El juez Bosch además de juez progresista es –como lo recuerda Pío Moa en su blog- un destacado propagandista de la ley de la Memoria Histórica.

Y en el contexto de la situación que estamos viendo por cima de los Pirineos de intensificación de la represión judicial –en Francia o en Bélgica- por cuenta del anti-negacionismo y del anti-revisionismo, cabe prever que los partidarios en España de la ley funesta de la memoria acaben dando el paso ahora, que tienen ya dado en el resto de Europa sus compañeros de viaje en todo lo relacionado con la historia de la segunda guerra mundial y algunos de sus puntos más polémicos y controvertidos, a saber, el llevar todos los litigios relacionados con aquella a los tribunales.

En ese sentido van también iniciativas recientes de la asociación de la memoria histórica remitiendo a las Cortes escritos que juzgan comprometedores del actual portavoz del PP en la Cámara, todo lo cual nos llevan a temer o a conjeturar, es cierto, que estemos en vísperas del lanzamiento de una nueva ofensiva en el tema.

Si se confirma, no vendría sino a probar la inanidad de la táctica del PP de congelar (sic) la ley sin decidirse a dar paso alguno por nimio que sea con vistas a abrogarla. Hay no obstante que rendirse a la evidencia. La ley de la Memoria es un foco de guerra civil en ascuas, como un fuego incandescente encendido e incrustado en el seno ordenamiento institucional español y como le ocurrió (mutatis mutandis) con el sarcófago de Chernóbil, su congelación (sic) poco puede hacer para impedir que el fuego acabe propagándose, y contaminando de sus ondas radioactivas (guerracivilistas)

El tweet o mensaje en las redes sociales que el juez Bosch habrá difundido –con la consigna (funesta) del "pásalo"- y que Pio Moa se encarga de refutar en el último mensaje de su blog nos aporta elementos valioso además a la hora de prever las principales líneas de ataque de la ofensiva memorística (previsiblemente) en puertas, y de detectar y reconocer los flancos más débiles y desguarnecidos de la contra propaganda destinada a conseguir la abrogación de la ley funesta y de enterrarla definitivamente (echándole tierra encima y más tierra, toda la que haga falta)

En España, el punto más sensible entre un sector de la opinión lo sea sin duda el de las fosas y los desparecidos, en Europa por cima de los Pirineos en cambio lo que más carga de movilización a favor de la ley funesta demostró hasta hoy lo fue sin la menor duda la alianza –que prefiguro el pacto del Eje (tripartito) durante la Segunda Guerra Mundial- entre el bando nacional y los nazi fascismos representados en los gobiernos de la Italia fascista y de la Alemania nazi.

La conexión nazi/fascista del bando de los vencedores de la guerra del 36 es sin duda el flanco más desguarnecido o el eslabón débil de la cadena en la medida que entre los propios partidarios y defensores de la memoria de los vencedores (el Primero de Abril) no reina ni mucho menos unanimidad en la materia, y si dudas me cabían las reacciones y comentarios que me habrá valido mi libro "Guerra del 36 e Indignación callejera" e incuso mi libro anterior donde abordaba incidentalmente el tema que escuece, a saber la relación estrecha –y no sólo de orden cronológico- entre la Segunda Guerra Mundial y la guerra civil española del 36, son más elocuentes que nada. La Alemania de Hitler ayudó a España por una consideración ideológica elemental, a saber el anti-comunismo. No nos consideraban a todas luces un país germánico, y el sitio de España se veía sin duda puesto en entredicho en la Europa del Muevo Orden que los dirigentes del régimen nazi tenían in mente (para cuando todo hubiera acabado)

Fue una alianza pues estratégica más que ideológica –aunque los lazos entre el régimen nazi y la Falange descabezada (de antes del decreto de unificación bajo la dirección de Manuel Hedilla) se hicieran valer por ambas partes desde los primeros momentos de producirse el Alzamiento- y cobró desde el principio todos las características de las alianzas de Imperio que se remontaban a los tiempos del Imperio romano. Como la que en Roma sellaron en tiempos de cónsul Aecio con los godos y visigodos, que llevó a la derrota de los Hunos de Atila en la batalla de los Campos Cataláunicos (Chalons en la actual región francesa de la Borgoña) Quería decir que fue una alianza a la que las dos partes se mantuvieron leales el tiempo que duró la guerra.

Y el flanco desguarnecido lo ofrece no solo la memoria de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, sino el capítulo de la intervención alemana en la guerra civil, y en particular el episodio que se convertiría en tema central de la guerra de propaganda a saber el bombardeo de Guernica. Guernica –como las armas químicas en Siria, en septiembre del 2013- sirvió de pretexto (en la primavera del 37) a uno de los mayores campañas de guerra de propaganda de los medios occidentales en favor del bando de los rojos republicanos como lo ilustra el fenómeno de los niños de la guerra expatriados por el gobierno republicano –y el gobierno vasco- justo entonces, que ya evoqué en este blog y en mi reciente libro en su capítulo referente a Bélgica.

Y la contra propaganda no consiguió aún (a mi juicio) el coger el toro por los cuernos al problema subyacente en el asunto de los (presuntos) bombardeos de objetivos civiles, a saber el terrorismo aéreo practicado a conciencia, plenamente conscientes, por el bando rojo desde los primeros momentos de la guerra cuando eran dueños y señores absolutos de los cielos de la Península.

Aquí ya relaté el testimonio fuera de toda sospecha que me llegó mis primero tiempos de estancia en Bélgica de un amigo de circunstancia, de familia comunista, y emanado sin duda de la memoria histórica del comunismo belga, y era que el compañero de vuelo de Malraux en su aventura española, el belga Paul Nothomb, de una familia de la aristocracia belga, partidarios además de los nacionales –de los que aquél pasa por haber sido la “oveja negra”- ametrallaba objetivos en tierra de todo tipo, mayormente civiles cabe concluir, mientras que el célebre escritor francés pilotaba a su lado el aparato.

Y lo que refuerza la credibilidad a ese testimonio inédito de fuente comunista lo es la actuación posterior del incriminado –niño de papa belga de izquierdas- que durante la segunda guerra mundial, preso de los alemanes, habría ayudado a desarticular -con sus delaciones- redes enteras de la resistencia (comunista) en Bélgica .

Ilustración del dominio aéreo por los rojos en los primeros meses de la guerra y desde el instante mismo de producirse el Alzamiento lo fueron sin duda los ataques aéreos en proveniencia de los aeródromos -caídos del lado de la República- de Getafe y de Cuatro Vientos, del Cuartel de la Montaña y de los cuarteles de Carabanchel y Campamento que fueron decisivos en el fracaso del Alzamiento en la capital de España.

Hasta qué punto es licito, en efecto, conforme a la convenciones internacionales, el bombardeo de guarniciones que no se habían declarado (aún) en estado de guerra, ese es un tema en el que sin duda urge partir una lanza -por lo inédito aunque sólo sea-, que parece que nadie se decidió a abordar de frente en la historiografía española contemporánea, lo que se explica sin duda por el celo y el cuidado (extremos) que puso el régimen anterior en salvaguardar la imagen de la institución castrense, y en concreto de su arma de aviación que habría salido un tanto dañada en la medida que se habría fatalmente sacado así  a relucir un poco por demás el protagonismo decisivo de los aviadores partidarios de los rojos –de extrema izquierda y comunistas muchos de ellos- en los primeros instantes del Alzamiento en Madrid.

La Legión Cóndor bombardeó ciudades, sí, como lo hacía la aviación republicana en las localidades (menos importantes) controladas en un principio por los nacionales- en una guerra aérea sin cuartel que aquellos acabaron perdiendo al cabo de poco más de un año de comenzada la guerra.

Cabe decir como sea que la imagen que dejaron los alemanes de la Legión Cóndor entre españoles de antes –de zona nacional- y de (justo) después de terminada la guerra, fue irreprochable, como lo ilustra la actitud claramente germanófila que gozaba de práctica unanimidad en la España de la posguerra inmediata y en los (dos) primeros años del transcurso de la Segunda Guerra Mundial.

Y como me lo confirmó el testimonio que le oí yo de mis propios oídos a un falangista histórico del mayor relieve, Felipe Ximénez de Sandoval que evocó delante de mí y de amigos míos -en mis años universitarios- su paso por el crucero "Canarias" durante la guerra civil y el recuerdo inmejorable –de estupendos camaradas (sic)- que le dejaron los soldados alemanes con los que tuvo ocasión de confraternizar entonces, durante la contienda.

El otro flanco desguarnecido –aunque menos- lo es el calificativo de totalitario y dictatorial (sic) que le endosa la memoria de los vencidos al régimen de Franco, y por vía de consecuencia, por el apoyo que tuvo (en vida o post mortem apenas) de regímenes no democráticos durante la Segunda Guerra Mundial y en la posguerra, como sucedió con el Chile del general Pinochet. Pero eso será tema de otra entrada. Mi palabra

4 comentarios:

Anónimo dijo...

http://bergman3000.blogspot.com.es/2015/06/holocaust-myth-is-over-big-jew-lie-is.html

Anónimo dijo...

hola, soy julio sanz...

...aunque no comparto todas las ideas que difunde radiocristiandad, me parece interesante y digno de estudio un articulo que se publica en este enlace:

https://radiocristiandad.wordpress.com/2015/06/26/la-carta-de-la-tierra-o-como-sustituir-los-diez-mandamientos/

Anónimo dijo...

http://www.mt.de/lokales/regionales/20476803_Hausdurchsuchung-bei-Holocaust-Leugnerin-Ursula-Haverbeck-in-Vlotho.html

Juan Fernandez Krohn dijo...

Lástima que el alemán no sea un idioma más divulgada de lo que lo es –y no digamos entre españoles-, así la opinión pública en España en Bélgica en otros países podría tomar conciencia de las reacciones entre alemanes –mucho más extendidas de lo que se nos da a entender, y no solo entre estudiosos atípicos (y aislados o solitarios) de otros países- a la legislación y a las prácticas judiciales particularmente represivas en Alemania como lo ilustra este reportaje que me hace llegar una mano anónima.

Españoles y belgas, y franceses e ingleses y demás sabrían así (con gran estupor) que la Justicia alemana esgrime sin el menor rubor el concepto de Embrujamiento del Pueblo (Volksverhetzung) en sus acusaciones en contra de la difusión de tesis negacionistas. Vuelta a la caza de brujas (que se dio en el pasado tanto entre católico como entre protestantes en todos los países europeos, salvo nota bene en la Península)